Rousseff no era caza mayor
Las municipales de octubre dar¨¢n una idea aproximada de la fuerza que a¨²n tienen Lula y el PT
Discutir si la destituci¨®n, t¨¦cnicamente irreprochable, de Dilma Rousseff por graves irregularidades presupuestarias, fue o no un golpe de Estado es perder el tiempo; lo que importa ha sido qu¨¦ intereses pol¨ªtico-econ¨®micos fuertemente conservadores llegaron a la conclusi¨®n de que hab¨ªa que quitarla de en medio para llegar a la pieza principal, el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. La primera presidenta en la historia de Brasil era una gran actriz de reparto, pero la presa mayor es el patriarca de la izquierda socialdem¨®crata de Brasil.
El impeachment de la se?ora Rousseff era un jal¨®n necesario para preparar el terreno de cara a las presidenciales de 2018, a las que el l¨ªder y creador del Partido de los Trabajadores (PT) ha anunciado ya su intenci¨®n de presentarse. Pero, al mismo tiempo, lo que era oposici¨®n y hoy representa el presidente Michel Temer, cuya ejecutoria hist¨®rica podr¨ªa calificarse de centro-derecha y hoy plenamente neoliberal, puede haberle hecho un favor a Lula libr¨¢ndole de una expresidenta convertida en estorbo. La que en su d¨ªa hab¨ªa sido apodada ¡°gerentona¡±, la que estaba guardando el sill¨®n para su jefe, que ya hab¨ªa sido presidente de 2002 a 2010 y no pod¨ªa presentarse hasta las pr¨®ximas presidenciales, llegaba exhausta a la separaci¨®n interina del cargo en mayo pasado y el cese sin remisi¨®n a primeros de este mes.
La debacle comenz¨® hacia 2014 con una acelerada crisis econ¨®mica, al cabo de unos a?os en los que el PT y Lula se ufanaban de haber metido, no sin optimismo estad¨ªstico, a 30 millones de ciudadanos en las clases medias y casi acabado con la indigencia en el pa¨ªs. Y Rousseff hab¨ªa reaccionado con impecables instintos conservadores, aceptando la necesidad de recortes y atrincheramientos presupuestarios, lo que era, sin embargo, del todo insuficiente.
La Fiscal¨ªa acusaba en marzo a Lula de ocultaci¨®n de patrimonio y blanqueo de capitales, a cuenta de una lujosa propiedad que estaba a nombre de una empresa beneficiada con contratos del Estado, a la que se investiga en el llamado caso Lava Jato; un alias de la pelea por el control de Petrobras, la gran firma brasile?a de cuyas comisiones, derramas y desviaciones m¨²ltiples se ha nutrido media clase pol¨ªtica brasile?a; y en agosto el Supremo abr¨ªa una investigaci¨®n contra ambos, Rousseff y su jefe, por obstrucci¨®n a la Justicia, todo ello en el marco de la investigaci¨®n sobre la empresa petrolera. Y la pol¨ªtica de privatizaciones, en la que Temer ha anunciado ya que hay que embarcarse, es la cuesti¨®n de fondo; una privatizaci¨®n que afectar¨ªa a la inmensa riqueza del crudo, que al parecer es todo un mar dentro del oc¨¦ano, neg¨¢ndole a Petrobras la exclusividad en la explotaci¨®n de los yacimientos, conocidos como presal; y ante lo que un Lula da Silva en plena posesi¨®n de sus facultades pol¨ªticas resultar¨ªa veros¨ªmilmente un serio obst¨¢culo.
Todo este acertijo, emboscada o tour de force podr¨¢ tener, sin embargo, una primera respuesta en octubre, con ocasi¨®n de las elecciones municipales. Entonces habr¨¢ una aproximaci¨®n a cu¨¢nto PT y cu¨¢nto Lula quedan en condiciones sobre el campo de batalla.
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