Un reencuentro en la antesala de la paz
El comandante Ramiro Dur¨¢n, 16 a?os de vida guerrillera, se re¨²ne con su padre en la Conferencia de las FARC
El comandante Ramiro Dur¨¢n y su padre celebraron su reencuentro con un plato de chorizo, costilla y arroz en el rancho de la X Conferencia de las FARC. En el a?o y medio, desde que la guerrilla decretara el alto al fuego unilateral y el nivel de confrontaci¨®n en Colombia disminuyera, se han comunicado con cierta asiduidad, pero no se hab¨ªan visto desde m¨¢s de a?o y medio. ¡°El hecho de ser revolucionario no significa que se rompan los lazos afectivos ni familiares¡±, asegura el mando del Bloque Sur con base en el Putumayo, cerca de la frontera con Ecuador. ¡°Pero prima la fuerza de las ideas, la causa por la que se cogi¨® el fusil¡±.
Con 20 a?os Ramiro Dur¨¢n, el alias que emplea en las FARC, comenz¨® a recibir amenazas. Llevaba desde los 14 involucrado en movimientos estudiantiles en su ciudad, Neiva, pero cuando lleg¨® a la Universidad Libre de Ense?anza de Bogot¨¢ a estudiar dos carreras ¡ªcomo se encarga de repetir su padre con gran orgullo durante la charla¡ª cuenta que la persecuci¨®n se hizo m¨¢s dura. Fue entonces, cuando por su seguridad, decidi¨® ingresar ¡°en el movimiento¡±, en la guerrilla de las FARC y abandonar sus estudios. ¡°Uno entiende las circunstancias en las que vive un guerrillero, en las que va a vivir su hijo¡±, explica un hombre que prefiere mantenerse en el anonimato por seguridad, que se define como defensor de los derechos humanos y que recurre a las ense?anzas de Salvador Allende para rememorar el d¨ªa que se despidi¨® de su v¨¢stago. ¡°En ese momento, adem¨¢s, ¨¦l iba a ser un superh¨¦roe por c¨®mo estaba siendo la arremetida estadounidense, la misma que hab¨ªan aplicado en Vietnam¡±.
La mam¨¢ de Ramiro no lo entendi¨® con el mismo pragmatismo. No ha venido a la Conferencia a ver a su hijo y cuando se le pregunta al comandante por ella se zafa con una frase: ¡°El amor de madre por ser el m¨¢s puro es ego¨ªsta¡±. Y luego a?ade: ¡°Por fortuna, por el ambiente de respeto y tolerancia democr¨¢tica que hay en el hogar donde me form¨¦, ha existido respeto a la decisi¨®n de una persona adulta¡±.
En los Llanos del Yar¨ª se repite de manera constante: ¡°Estaremos para lo que diga el movimiento¡±
Han pasado 16 a?os desde que Ramiro decidi¨® convertirse en lo que ¨¦l denomina ¡°un militar revolucionario¡±. Se ha convertido en comandante de uno de los frentes del bloque al que pertenece y es uno de los 300 delegados de las FARC que participa en la Conferencia explicando a sus camaradas del Secretariado cu¨¢les son las dudas de sus guerrilleros sobre c¨®mo ser¨¢ el posconflicto en Colombia. En este tiempo reconoce que ha tenido la suerte de comunicarse con su familia. Ramiro tiene m¨®vil, un lujo que no muchos se pueden permitir en un campamento. ¡°Durante un lapso de cuatro a seis a?os no pudimos hablar, cuando la ofensiva por exterminarnos fue atroz¡±, cuenta. En ese tiempo llegaron a su casa noticias de su muerte. ¡°Y estaba dentro de lo posible, hubiera sido una muerte profesional¡±.
Padre e hijo reconocen que fueron tiempos dif¨ªciles, pero cada uno lo justifica a su manera. ¡°Cuando vas a la guerra hay que concentrarse en los planes. Si est¨¢s en el combate no te acuerdas de tu mam¨¢ o pap¨¢, tienes que estar en pelear, en disparar, sortear el momento y ya¡±. En su casa se aferraron a su principio filos¨®fico: mantenerse positivos. ¡°As¨ª se lo dec¨ªa a la mam¨¢: ¡®No pongas energ¨ªa negativa porque al hombre no le pasa nada. Est¨¢ luchando por unos ideales y eso lo va a mantener vivo. Y surti¨® efecto porque aqu¨ª estamos. Y con el deseo de seguir en la lucha legal por el cambio de este sistema podrido¡±.
¡°Nosotros vamos a hacer un ejercicio de movilizaci¨®n a la pol¨ªtica no de desmovilizaci¨®n¡±, acompa?a Ramiro. En esa transici¨®n hacia la vida civil cuenta que retomar¨¢ los planes aplazados. Tiene 36 a?os y piensa en formar una familia al mismo tiempo que reconoce que los proyectos individuales seguir¨¢n sujetos a los colectivos, como le ha sucedido en los ¨²ltimos 16 a?os de su vida. El comandante y sus compa?eros de base parecen no estar dispuestos a una nueva etapa de independencia. En los Llanos del Yar¨ª se repite de manera constante: ¡°Estaremos para lo que diga el movimiento¡±.
Su padre lo entiende, aunque no se rinde. ¡°Mi sue?o es que termine sus dos carreras y yo har¨¦ todo lo posible para que as¨ª sea¡±. Entre el estudio y lo que ordene el partido pol¨ªtico que saldr¨¢ de este evento, los dos sue?an con ba?arse en una poza de agua cristalina en una de las fincas que la familia tiene en el Caquet¨¢.
¡ª ?Tienen miedo a lo que viene?
¡ª Ramiro: ¡°Yo le tengo miedo a las serpientes¡±.
¡ª ?Y a algo m¨¢s?
¡ª En este pa¨ªs, fallecer por causas naturales cuando se tienen ideas de izquierda en la cabeza es una victoria. Y si sorteaste la guerra y a la contrainsurgencia m¨¢s grande que se haya conocido en la historia del hemisferio occidental, para terminar asesinado por un sicario en una esquina de Bogot¨¢ no ser¨ªa justo.
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