La herida racial persiste en la recta final de la presidencia de Obama

En lo que va de a?o, 702 personas han muerto por los disparos de la polic¨ªa en Estados Unidos, seg¨²n un recuento de The Washington Post. De estos, 321 eran blancos, 172 negros y 111 hispanos. Los blancos son, en t¨¦rminos absolutos, las principales v¨ªctimas de una Polic¨ªa a veces mal entrenada y quiz¨¢ miedosa en un pa¨ªs en el que las armas circulan por doquier y cualquier sospechoso puede tener pistola.

Pese a la predominancia blanca entre las v¨ªctimas, los negros est¨¢n sobrerrepresentados entre ellas. Un 24% de v¨ªctimas son negros, mientras que representan el 13% de la poblaci¨®n. Un 45% de v¨ªctimas son blancas, aunque representan el 63% de la poblaci¨®n civil.

En Charlotte, Keith L. Scott, un hombre negro de 43 a?os, muri¨® el martes por la tarde cuando la Polic¨ªa acudi¨® al edificio donde viv¨ªa en busca de otra persona. Scott ten¨ªa una pistola y supon¨ªa una amenaza inminente, seg¨²n la Polic¨ªa. Su familia sostiene que s¨®lo ten¨ªa un libro en la mano. El agente que dispar¨® era negro. Algunos ven en este hecho, que no es ins¨®lito, una prueba de que las muertes por disparos de la polic¨ªa no tienen nada que ver con la discriminaci¨®n ni el racismo. Otros, que independientemente del color de la piel de los agentes, las fuerzas policiales ejercen una violencia estructural que se ensa?a en las minor¨ªas.

16 agentes y varios manifestantes resultaron heridos en una noche de disturbios en Charlotte. Seg¨²n los medios locales, un grupo intent¨® sin ¨¦xito saquear un centro comercial Wal-Mart. Otro cort¨® el tr¨¢fico en la autopista interestatal 85 y quem¨® el contenido de camiones de mercanc¨ªas.

Un d¨ªa antes, la Polic¨ªa de Tulsa difundi¨® un v¨ªdeo sobre otro episodio, ocurrido el viernes pasado. En el v¨ªdeo se ve a cuatro polic¨ªas apuntando a Terence Crutcher, un hombre de 40 a?os, en una carretera junto a su coche parado en medio de la calzada. Crutcher va con las manos alzadas y camina hacia la ventana del coche. Alguien, identificado como la agente Betty Shelby, dispara y se desploma. Shelby est¨¢ de baja con sueldo. Las autoridades locales y federales han abierto investigaciones paralelas.

Tulsa y Charlotte ser¨¢n dos episodios m¨¢s en un ciclo que estall¨® hace dos a?os con la muerte de un joven negro por disparos de la polic¨ªa en Ferguson, un suburbio de San Luis (Misuri) y las posteriores protestas violentas. A las denuncias por la discriminaci¨®n racial, vistas con simpat¨ªa por la Administraci¨®n Obama, responden algunos conservadores acusando al presidente de legitimar la demonizaci¨®n de las fuerzas del orden.

La campa?a para las elecciones presidenciales de noviembre lo complica todo. El republicano Donald Trump aparece como el candidato de los blancos frente a la dem¨®crata Hillary Clinton, abanderada de la diversidad.

Grupos neonazis, antiguos l¨ªderes del Ku Klux Klan, activistas de la derecha extrema y nost¨¢lgicos de la supremac¨ªa blanca apoyan a Trump. En sus m¨ªtines, el candidato republicano ha criticado el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) y se ha presentado como el defensor de la Polic¨ªa ante el supuesto hostigamiento de los activistas. Al mismo tiempo, ha intentado seducir a los votantes afroamericanos ¡ªvotantes fieles del Partido Dem¨®crata¡ª con visitas a iglesias negras.

No ha encontrado el tono. El martes dijo que los barrios negros est¨¢n ¡°peor que nunca. Honestamente, lugares como Afganist¨¢n son m¨¢s seguros que los centros de algunas ciudades¡±, a?adi¨®.