G¨¹len, el cl¨¦rigo al que Turqu¨ªa acusa del golpe, culpa a Erdogan
EL PA?S visita en su exilio de Pensilvania al l¨ªder del g¨¹lenismo, antiguo aliado del presidente turco y hoy su enemigo n¨²mero uno
Parece una historia familiar con una trama retorcida de conspiraciones bizantinas, odios enquistados y unos escenarios pintorescos que van desde el bullicio de Estambul a las monta?as boscosas de Pensilvania. Ambos protagonistas eran aliados, hasta que dejaron de serlo. Es una batalla turca, entre enemigos ¨ªntimos, pero tambi¨¦n una batalla dentro del islam.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan llama al cl¨¦rigo musulm¨¢n Fetul¨¢ G¨¹len terrorista y lo acusa de haber orquestado el golpe de estado del 15 de julio. G¨¹len compara a Erdogan con los nazis y le devuelve la acusaci¨®n. El golpista no es ¨¦l ¡ªun hombre de 75 a?os que vive alejado del mundanal ruido en Saylorsburg, un pueblo de mil habitantes en las monta?as de los Poconos¡ª sino el presidente turco.
¡°Antes lo ve¨ªa como una posibilidad¡±, dice G¨¹len en una entrevista con EL PA?S, el semanario Die Zeit y la agencia de prensa DPA. Se refiere a la implicaci¨®n de Erdogan en el golpe. ¡°Pero en d¨ªas recientes, con todas las pruebas que han salido, que ¨¦l lo plane¨® se ha convertido en una certeza. Se est¨¢ aprovechando del golpe para reforzarse¡±.
G¨¹len es m¨¢s que un cl¨¦rigo. Es un l¨ªder espiritual, inspirador de una organizaci¨®n, Hizmet (Servicio), vinculada a centenares de escuelas por todo el mundo y acusada ¡ªahora por Erdogan, pero en el pasado por otros cr¨ªticos del movimiento¡ª de infiltrarse la educaci¨®n, la administraci¨®n, las fuerzas armadas turcas y los medios de comunicaci¨®n. Miles de g¨¹lenistas fueron encarcelados tras el golpe en Turqu¨ªa, o perdieron el empleo. Turqu¨ªa ha pedido a Estados Unidos, donde G¨¹len vive desde hace 17 a?os, su extradici¨®n.
"Lo que est¨¢ ocurriendo con los simpatizantes de Hizmet [en Turqu¨ªa] no es una sorpresa. Si mira a la historia de las personas dedicadas al bien de la humanidad, siempre han sido perseguidas. Si mira a la historia de los profetas, No¨¦, Abraham, Jes¨²s, todos sufrieron", dice G¨¹len. ¡°Si me acusan de algo, deber¨ªan ser ellos [Erdogan y sus aliados en Turqu¨ªa] quienes lo demostrasen¡±.
G¨¹len asegura haber desconfiado de Erdogan desde el principio. Cita una reuni¨®n que mantuvo con ¨¦l en 1998 o 1999. ¡°Por respeto a su petici¨®n compart¨ª algunas ideas con ¨¦l. M¨¢s tarde me enter¨¦ de que cuando iba hacia el ascensor le dijo a quien le acompa?aba que deber¨ªan acabar con el movimiento a la primera oportunidad", recuerda. "Eran intolerantes desde el principio¡±.
A la pregunta sobre si est¨¢ en condiciones de garantizar que sus simpatizantes no estuvieron implicados en el golpe, responde: ¡°Si hay personas implicadas en el golpe, que me conoc¨ªan antes, y que fueron enga?adas para participar, creo que est¨¢n cometiendo una traici¨®n en contra del gobierno y contra mis principios¡±.
Durante la entrevista, realizada en una sala de uno de los edificios del Centro de Oraci¨®n y Retiro Generaci¨®n Dorada, el antiguo complejo de vacaciones donde reside, G¨¹len insiste en que ¨¦l es dem¨®crata y europe¨ªsta. Reitera su compromiso con el entendimiento entre las religiones y repite sus proclamas en contra del golpismo.
Para explicar su pasada alianza con Erdogan, sostiene que ¨¦l siempre ha apoyado a los l¨ªderes que prometieron ¡°mejorar la democracia, los derechos humanos y las libertades de Turqu¨ªa¡±. ¡°Yo cre¨ªa y sigo creyendo que la pertenencia de Turqu¨ªa en la Uni¨®n Europea consolidar¨¢ la democracia turca y evitar¨¢ futuros golpes militares o el gobierno de un solo hombre que busca Erdogan¡±, dice.
A la pregunta sobre si Erdogan deber¨ªa dimitir, mide sus palabras: ¡°Me parece que la v¨ªa actual de Erdogan da?a a Turqu¨ªa y a la regi¨®n. Pero corresponde al pueblo turco mantenerlo o forzar su marcha con sus votos¡±, dice. Al mismo tiempo, evoca la Alemania de los a?os treinta y cuarenta. "Esto puede darles una idea de la situaci¨®n en la que est¨¢ Turqu¨ªa hoy", dice.
Al contrario que otros l¨ªderes musulmanes, G¨¹len no critica la injerencia occidental en los asuntos de los pa¨ªses donde esta confesi¨®n es mayoritaria. ¡°Necesitamos el apoyo de todo el mundo democr¨¢tico en el exterior, para ayuda a los musulmanes a apartarse de estos problemas¡±, dice.
Se ha comparado al g¨¹lenismo con la organizaci¨®n cat¨®lica Opus Dei: centrada en la educaci¨®n, influyente en la pol¨ªtica y las altas esferas profesionales, y creadora de lealtades dif¨ªcilmente quebrantables. Una de las acusaciones m¨¢s insistentes sobre los g¨¹lenistas es su capacidad de infiltrarse en las estructuras de poder turcas. Hasta el punto de crear un Estado paralelo.
G¨¹len se distancia de las purgas ejecutadas en la d¨¦cada pasada por funcionarios g¨¹lenistas, cuando Erdogan era su aliado, y rechaza la palabra infiltraci¨®n, pero defiende el derecho de los seguidores de su movimiento de trabajar para el Estado.
¡°Si eres un ciudadano turco legal es normal trabajar, postularte, y que te nombren en estas posiciones. Esto no es infiltraci¨®n¡±, dice. ¡°Puede que yo pida a las personas que se eduquen para servir a tu pa¨ªs, ir a estas instituciones para servir a tu pueblo¡±, contin¨²a, ¡°pero si me pides que nombre a veinte personas que trabajan para el gobierno, no las conozco por su nombre¡±.
En el pulso desigual entre Erdogan y G¨¹len, Estados Unidos ¡ªsocio Turqu¨ªa en la OTAN y en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico en Siria¡ª tiene un papel clave. En sus manos est¨¢ su futuro, la decisi¨®n de extraditarlo.
G¨¹len desea que la Uni¨®n Europea, EE UU y la OTAN presionen a Erdogan para que regrese a la democracia. Si es preciso, con sanciones. Y reitera su llamamiento a que una investigaci¨®n internacional investigue el episodio.
¡°Si tal investigaci¨®n concluye s¨®lo una d¨¦cima parte de los que Erdogan sostiene, me compro mi billete y voy a Turqu¨ªa¡±, dice. Por ahora, avisa, no ve ninguna posibilidad de un juicio justo en su pa¨ªs ¡°mientras la tiran¨ªa del se?or Erdogan contin¨²e¡±.
¡°Siempre vivo con a?oranza¡±, explica el cl¨¦rigo, que en estos a?os en EE UU no ha aprendido ingl¨¦s. ¡°Si muero aqu¨ª, por favor llevad mi cad¨¢ver a mi patria y enterradme junto a mi madre¡±.
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