La Iglesia mexicana saca a la ultraderecha de las catacumbas en su ofensiva antigay
El oscuro cardenal Norberto Rivera, criticado por su proximidad al pederasta Marcial Maciel, lidera el pulso a Pe?a Nieto
La Iglesia mexicana ha salido del armario. Tras d¨¦cadas de aparente sinton¨ªa con el poder, los obispos han roto hostilidades y auspiciado de una inmensa ola de protestas. El objetivo declarado es derribar la iniciativa presidencial de avalar constitucionalmente los matrimonios homosexuales. Pero detr¨¢s de las manifestaciones, que este s¨¢bado culminan en la Ciudad de M¨¦xico, se ha conformado un amplio frente que ha sacado de las catacumbas a la ultraderecha y busca imponer su agenda a un Estado que ha hecho de la laicidad y la separaci¨®n de la Iglesia uno de sus principios rectores.
La ofensiva eclesial tiene un capit¨¢n. Es el oscuro y poderoso cardenal Norberto Rivera (Durango, 1942). A un a?o de que presente su jubilaci¨®n, el primado de M¨¦xico ha vuelto a emerger de las sombras. Encarnaci¨®n del inmovilismo y la complacencia con las ¨¦lites, su figura qued¨® marcada para siempre por su defensa del pederasta Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo. Considerado un ac¨®lito suyo, Rivera perdi¨® su cr¨¦dito y, bajo las sospechas de haber encubierto ¨¦l mismo a curas ped¨®filos, su presencia p¨²blica se diluy¨®. Pero nunca perdi¨® su influencia y ahora, al mando del sector m¨¢s extremista del episcopado, ha aprovechado para dar el golpe.
El momento ha sido escogido con sumo cuidado. Hace apenas siete meses el Papa enardec¨ªa al pa¨ªs con su visita. En la misma catedral de la Ciudad de M¨¦xico, de la que es obispo Rivera, el Pont¨ªfice lanz¨® una sonora a reprimenda a la jerarqu¨ªa y a sus continuas intrigas. ¡°?Si tienen que pelearse, pel¨¦ense como hombres, a la cara!¡±, les dijo. Y acto seguido les pidi¨® que volvieran la mirada a las necesidades de los pobres y los oprimidos. ¡°No se necesitan pr¨ªncipes¡±, sentenci¨® Francisco.
El mazazo fue entendido como una mensaje a Rivera y su cohorte de prelados. Pero pasado el tiempo, la advertencia ha quedado sin nadie que la vigile. M¨¦xico carece ahora mismo de nuncio. El anterior ha sido enviado a Washington y el sustituto, el arzobispo Franco Coppola, a¨²n sigue en la Rep¨²blica Centroafricana. A este s¨ªndrome de sede vacante se suma el escaso peso del presidente de la Conferencia Episcopal mexicana, Jos¨¦ Francisco Robles Ortega, enfrascado en una pugna interna con su antecesor en el Arzobispado de Guadalajara, el carism¨¢tico, virulento y muy conservador Juan Sandoval, uno de los grandes aliados de Rivera. ¡°La batalla llega al punto de que Sandoval se niega a abandonar la casa del arzobispo¡±, indica el soci¨®logo Bernardo Barranco.
Sin nuncio ni estructura que le controle, el primado de M¨¦xico se ha visto con las manos libres para actuar y ha aprovechado un momento pol¨ªtico perfecto. El presidente Enrique Pe?a Nieto atraviesa sus peores horas. Su popularidad, con la econom¨ªa estancada y la violencia en alza, es la m¨¢s baja de un jefe de Estado en 25 a?os, y sus ¨²ltimos errores, como la desastrosa visita de Donald Trump, hacen presagiar un tormentoso fin de mandato.
Ante esta debilidad, la Iglesia ha movilizado a sus huestes contra uno de sus objetivos predilectos: el matrimonio homosexual. La llamada ha tenido numerosos focos, pero su principal altavoz ha sido el enfebrecido semanario Desde la fe, bajo el mando de Rivera. De sus p¨¢ginas han partido los mayores ataques a Pe?a Nieto. No s¨®lo por su iniciativa de consolidar constitucionalmente el matrimonio gay, ya avalado por la Suprema Corte de Justicia y vigente en 10 de los 32 estados, sino contra su forma de hacer pol¨ªtica y hasta sus reformas, a las que ha calificado de ¡°pura ret¨®rica populista¡±.
En esta batalla, Pe?a Nieto se ha visto sorprendido por un enemigo inesperado: su propio partido. El PRI ha congelado la iniciativa presidencial en las c¨¢maras legislativas. La impopularidad de la propuesta en los estados m¨¢s conservadores, el batacazo en las elecciones regionales y el propio desgaste del mandatario, al que apenas quedan dos a?os de gobierno pleno, han llevado a sus parlamentarios a dar la espalda a su iniciativa con la esperanza de remontar vuelo en pr¨®ximos comicios. ¡°Lo m¨¢s seguro es que el PRI deje que sea la izquierda del PRD quien retome la ley. Puede asumir los costes y adem¨¢s obtener beneficio, porque su rival, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, evita el asunto del matrimonio homosexual¡±, se?ala Alejandro D¨ªaz, profesor de la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnol¨®gico de Monterrey.
La protesta ya no s¨®lo pide la retirada del matrimonio igualitario, sino que exige modificar la Constituci¨®n para incluir un concepto de familia acorde a su ideolog¨ªa
El regate del PRI a su propio presidente, lejos de acallar las protestas eclesiales, les ha dado nuevos br¨ªos. Hace dos semanas salieron a la calle en 120 ciudades. Este s¨¢bado lo volver¨¢n a hacer en la capital. El movimiento, bajo el padrinazgo de la Iglesia, se ha aglutinado en torno al Frente Nacional de la Familia. Un grupo de discurso radical, detr¨¢s del que algunos expertos vislumbran la mano de El Yunque, la semisecreta organizaci¨®n de la ultraderecha mexicana. Entre sus desaforadas proclamas figura que la homosexualidad es reversible; la transexualidad, una enfermedad mental, y que los anticonceptivos causan esterilidad.
Envalentonado por sus victorias, la protesta ya no s¨®lo pide la retirada del matrimonio igualitario, sino que, en un paso que hace prever un conflicto de largo aliento, exige modificar la Constituci¨®n para incluir un concepto de familia acorde a su ideolog¨ªa y abrir la educaci¨®n a la Iglesia. Algo que hasta ahora era un anatema en M¨¦xico.
Pocas veces tensi¨®n eclesial ha llegado a tanto en M¨¦xico. Aunque los choques e incluso los derramamientos de sangre han marcado la historia de la Iglesia mexicana (en la Guerra Cristera entre 1926 y 1929 murieron cientos de miles de personas), el episcopado acab¨® aceptando las duras condiciones que le impon¨ªa la Revoluci¨®n Mexicana. Con su milenaria versatilidad, se amold¨® al r¨¦gimen pri¨ªsta hasta lograr que en 1991 el presidente Carlos Salinas de Gortari diese luz verde a una reforma constitucional que permiti¨® su reconocimiento jur¨ªdico y, un a?o despu¨¦s, el restablecimiento de relaciones con el Vaticano. Fue el inicio de una luna de miel. Una convivencia con el poder que ahora se ha roto y que parece casi imposible de restablecer antes de las pr¨®ximas elecciones presidenciales de 2018. ¡°Hay un ¨¢nimo de revancha; la jerarqu¨ªa es profundamente conservadora y aristocr¨¢tica, durante a?os han vivido como un estigma su relaci¨®n de sometimiento con el poder¡±, se?ala Barranco.
Otro de los motivos de esta quiebra radica, seg¨²n los expertos, en el intento de recuperar un terreno perdido. La secularizaci¨®n de las grandes urbes y la competencia de las iglesias evang¨¦licas y pentecostales (que tambi¨¦n apoyan la protesta) han debilitado a la Iglesia. El 83% de la poblaci¨®n se declara cat¨®lica frente al 95% de 1970. ¡°Pese a todas las manifestaciones externas de la religiosidad popular, la Iglesia en M¨¦xico teme caer en la irrelevancia. No s¨®lo no ha logrado detener el proceso de pluralizaci¨®n religiosa en marcha, sino que las actitudes de los cat¨®licos han cambiado¡±, se?ala la profesora-investigadora del Colegio de M¨¦xico, Soledad Loaeza.
En este horizonte, es muy dif¨ªcil que se restablezcan los puentes. Las voces disidentes dentro de la Iglesia mexicana existen, pero son escasas. El obispo Ra¨²l Vera, uno de los pocos que defiende p¨²blicamente a los homosexuales, ya advirti¨® en una entrevista a EL PA?S que la revoluci¨®n de Francisco se percib¨ªa m¨¢s en la ciudadan¨ªa que en el episcopado. Y el Vaticano, el ¨²nico poder capaz de frenar esta ola, guarda silencio. El juego, de momento, est¨¢ manos del cardenal Rivera. Y ¨¦l hace lo que quiere. En su ¨²ltima homil¨ªa, en la catedral metropolitana, el primado de M¨¦xico pidi¨® a sus feligreses que rezasen por Pe?a Nieto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Durango
- Enrique Pe?a Nieto
- Matrimonio igualitario
- PRI
- Matrimonio
- Activismo Lgtbiq
- Comunidad Lgtbiq
- El Yunque
- Relaciones pareja
- Activismo
- Derechos civiles
- Sociedades secretas
- Familia
- Fanatismo
- Homosexualidad
- M¨¦xico
- Derechos humanos
- Iglesia cat¨®lica
- Orientaci¨®n sexual
- Ultraderecha
- Norteam¨¦rica
- Sexualidad
- Cristianismo
- Latinoam¨¦rica
- Partidos pol¨ªticos