Momentum, el veh¨ªculo a la utop¨ªa socialista de Corbyn
El l¨ªder laborista conf¨ªa en que la creciente militancia, catalizada por un emergente movimiento social, difunda su mensaje entre el electorado perdido
?l es un votante indeciso. Ella, una militante laborista. Detr¨¢s, una mesa hace las veces de barra de un pub. A un lado, el moderador. Enfrente, camaradas de todas las edades unidos por el deseo de vivir en un Reino Unido socialista.
?l: No me malinterprete, yo no estoy en contra de la inmigraci¨®n. Pero creo que no pueden entrar todos.
Ella: Los inmigrantes aportan m¨¢s a las arcas p¨²blicas de lo que consumen. Lo importante es que ese dinero que dejan vaya a los lugares donde hace falta. Por eso hay que votar a los laboristas y no a los tories.
?l: ?S¨ª? ?Y por qu¨¦ no la he escuchado antes?
Moderador: ?Pausa! Creo que lo tenemos. ?Qu¨¦ deber¨ªa decir ahora? A ver, usted.
Miembro del p¨²blico: Porque el Partido Laborista ha sido tibio. Pero ahora ya no. Ahora tenemos a Jeremy Corbyn.
Aplausos en la sala. Sucede cada vez que se menciona al l¨ªder. Esto es ¡°La pol¨ªtica y una pinta¡±. Un taller para aprender a hablar de pol¨ªtica en un pub ¡°sin aburrir a muerte a la gente¡±. El votante indeciso es interpretado por un ¡°actor residente¡±, y el p¨²blico ayuda a la voluntaria que se sienta junto a ¨¦l a convencerlo para unirse a su causa.
Es El Mundo Transformado, un evento organizado en Liverpool por Momentum, el movimiento popular catalizador de uno de los fen¨®menos m¨¢s extraordinarios de la reciente historia pol¨ªtica brit¨¢nica. El Partido Laborista eligi¨® el a?o pasado como l¨ªder a un socialista de 67 a?os, diputado desde hace 32, curtido en los m¨¢rgenes de la pol¨ªtica-protesta. La elecci¨®n de Jeremy Corbyn, con un claro mandato de alejar al laborismo de las posiciones centristas que le han proporcionado sus ¨²ltimos 13 a?os en el poder, situ¨® al partido en el precipicio de un debate existencial latente. El mismo debate al que se enfrenta toda la socialdemocracia europea, con una particularidad: aqu¨ª el ¡°asalto a los cielos¡± no se produce a trav¨¦s de una formaci¨®n nueva, sino en el seno mismo del partido que se ha alternado en el poder con los conservadores durante toda la historia moderna del pa¨ªs.
El liderazgo de Corbyn fue contestado desde el principio y acab¨® desencadenando una rebeli¨®n de los diputados, que se materializ¨® en una nueva batalla por el liderazgo. En el congreso anual del partido, a solo unas calles de esta imponente capilla congregacionalista convertida en centro de arte que acoge el evento de Momentum, Corbyn volvi¨® a imponerse en la contienda. Aplastada la rebeli¨®n, Corbyn y Momentum tienen v¨ªa libre para imponer su agenda. De lo que se trata aqu¨ª, en el centenar de debates y foros que organiz¨® El Mundo Transformado, es de definirla.
Joe Todd, londinense de 24 a?os al que la fiebre de Momentum le est¨¢ impidiendo terminar el doctorado, es uno de los organizadores de este evento que busca, en sus propias palabras, ¡°pensar un socialismo para el siglo XXI¡±. ¡°La izquierda se ha limitado a criticar y mirar al pasado, ahora queremos mirar al futuro¡±, explica. ¡°Corbyn ha ganado en el partido, ahora hay que lograr que gane las elecciones. Necesitamos articular una visi¨®n positiva. La gente cree que las cosas solo pueden empeorar. Tenemos que acabar con esa pesadilla dist¨®pica apocal¨ªptica. No es imposible hacerlo dentro de los mecanismos del partido, pero los movimientos sociales lideran el cambio y los partidos los siguen. Momentum tiene un papel complementario en ese proceso. No tiene por qu¨¦ haber fricciones con el partido, tenemos roles diferentes. Nosotros debemos hacer que cada miembro sea un activista¡±.
El partido ha duplicado su militancia en el ¨²ltimo a?o. Sus m¨¢s de medio mill¨®n de afiliados superan la suma las bases de todas las dem¨¢s formaciones brit¨¢nicas y convierten al laborismo, seg¨²n Corbyn, en el mayor partido de Europa. La mayor¨ªa de esos corbynistas son j¨®venes, algo esperanzador en un pa¨ªs donde la juventud lleva tiempo desencantada de la pol¨ªtica. Momentum, surgido hace exactamente un a?o, cuenta ya con casi 20.000 miembros de pago y 150 agrupaciones repartidas por todo el pa¨ªs. Tienen sus propios medios de comunicaci¨®n digitales -como The Canary, que asegura superar ya en lectores a algunas de las principales revistas pol¨ªticas brit¨¢nicas- para combatir el sesgo negativo con el que, denuncian, les trata ¡°la prensa tradicional¡±.
El l¨ªder se agarra al potencial de ese movimiento popular que lo arropa. Su idea es mantenerlos movilizados, incorporarlos a los mecanismos de toma de decisiones del partido. Convertirlos, con la ayuda de Momentum, en una m¨¢quina que divulgue a pie de calle su mensaje entre el electorado.
A diferencia de otros movimientos antiestablishment, inclinados a la superaci¨®n de las etiquetas tradicionales de izquierda y derecha, aqu¨ª se habla de socialismo sin complejos. Lo dijo el lunes ante el congreso del partido John McDonnell, portavoz de Econom¨ªa y mano derecha de Corbyn, que parece gozar de un estatus heroico entre los ¡°camaradas¡± de Momentum: ¡°En este partido ya no hay que susurrarlo: se llama socialismo¡±.
A juzgar por los mensajes impresos en las camisetas a la venta en los puestos del hall de entrada, adornado con hist¨®ricas pancartas sindicales, la b¨²squeda del socialismo del siglo XXI empieza por el pasado. ¡°Viejo laborismo, nuevo comienzo¡±, dice una, ilustrada con el rostro de Corbyn. ¡°Todav¨ªa odio a Thatcher¡±, lee otra, observada por un joven que no hab¨ªa nacido cuando la dama de hierro impuso un modelo de sociedad que, seg¨²n la lectura imperante en este foro, los Gobiernos laboristas de Blair y Brown no pudieron o no quisieron corregir.
De repente, es como si ese sector de la poblaci¨®n marginado o incluso ridiculizado por la corriente dominante de la pol¨ªtica brit¨¢nica desde Thatcher volviera a ser escuchado. ¡°Estas son las bases obreras reclamando el partido¡±, explica Matt Wrack, secretario general del poderoso sindicato de bomberos, que despu¨¦s de a?os separado del laborismo ha vuelto a unirse tras la elecci¨®n de Corbyn. Sindicalistas, obreros y hippies sexagenarios se codean con millennials bohemio-burgueses de las grandes ciudades.
La euforia de la reconquista apenas oculta que de lo que se trata es de llegar al poder. Y no es solo que la tozuda historia se empe?e en demostrar que las elecciones en Reino Unido se ganan en el centro: los sondeos indican que el proyecto de Corbyn est¨¢ lejos de convencer al electorado general y, adem¨¢s, el auge del nacionalismo de izquierdas en el otrora feudo laborista de Escocia priva al partido de unos esca?os cruciales para formar una mayor¨ªa. Las elecciones generales est¨¢n previstas para 2020, pero nadie descarta que Theresa May, que sustituy¨® a Cameron sin siquiera haber sido elegida por la militancia tory, las adelante y aproveche la debilidad de la oposici¨®n para arroparse en las urnas de legitimidad ante los enormes retos que afronta el pa¨ªs en su salida de la UE.
En un delicado equilibrio que simboliza la bipolaridad de su partido, John McDonnell viajaba de una realidad a otra el lunes por la noche. Abandonaba un encuentro con empresarios en el congreso oficial del partido y se dirig¨ªa a un debate sobre ¡°un nuevo movimiento radical¡± en El Mundo Transformado. El p¨²blico recibi¨® en pie al veterano diputado, visiblemente cansado. ¡°Las elecciones pueden llegar en cualquier momento, hay un sentimiento de urgencia¡±, advirti¨®. ¡°Pero este es el tiempo m¨¢s emocionante de mi vida, la oportunidad que llevamos a?os esperando. Estamos construyendo la m¨¢quina electoral m¨¢s eficaz de la historia al servicio de un proyecto y un candidato socialistas¡±.
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