?Los Arrepentidos?
Los pol¨ªticos ya no se expondr¨¢n a nuevos plebiscitos por m¨¢s obvia que sea la tem¨¢tica
A lo largo del a?o en curso se han llevado a cabo dos plebiscitos, uno en Reino Unido y el otro en Colombia, y ambos han resultado catastr¨®ficos. Al analizar dichos eventos pol¨ªtico-populares me resulta imposible no recurrir a las fantas¨ªas novel¨ªsticas para explicarme los mencionados fen¨®menos. Por un lado, me imagino a un cirujano cardi¨®logo que le abre el pecho a un paciente con un bistur¨ª y, acto seguido, con una sierra el¨¦ctrica procede a cortar el estern¨®n. Cuando finalmente tiene el coraz¨®n en sus manos, de pronto, aterrorizado y paralizado, voltea a ver a las enfermeras ubicadas alrededor de la mesa de operaciones, para preguntarles qu¨¦ hacer, c¨®mo debe proceder, cuando precisamente ¨¦l era el experto y por ello hab¨ªa sido seleccionado para ejecutar la intervenci¨®n quir¨²rgica.
??Claro que el enfermo anestesiado morir¨ªa una y mil veces si pudiera ver al ¡°hijo consentido de Hip¨®crates¡± con el ¨®rgano vital en sus manos enguantadas con l¨¢tex sin saber c¨®mo continuar con el procedimiento! ?Qu¨¦ tal la mirada de p¨¢nico de las asistentes con las caras cubiertas por el tapaboca al ser consultadas con las medidas inaplazables a tomar?
?Otro ejemplo de espanto antes de llegar al Brexit y al no?colombiano? Imagine el querido lector que se encuentra volando c¨®modamente, whisky en mano, a la mitad del Atl¨¢ntico y repentinamente el avi¨®n entra con exceso de violencia a una tremenda turbulencia y, en lugar de escuchar la voz serena y reposada del capit¨¢n invitando a los pasajeros a la tranquilidad a trav¨¦s de los altavoces de la aeronave azotada por vientos encontrados, resulta que ¨¦ste abre despavorido la puerta de la cabina de pilotos, p¨¢lido, demacrado y sudoroso con la corbata desanudada, para preguntarle a los viajeros si tienen alguna sugerencia para resolver semejante contingencia ambiental. Incre¨ªble, ?no¡?
?Por qu¨¦ el presidente Santos convoc¨® a un plebiscito cuando podr¨ªa haber suscrito el acuerdo sin exponerse a un ataque feroz por parte del expresidente Uribe?
Cuando el ahora exprimer ministro David Cameron llev¨® a cabo un plebiscito para consultarle a sus nacionales si quer¨ªan o no permanecer en la Uni¨®n Europea, se impuso el leave?por una minor¨ªa que excluy¨® a la Gran Breta?a de una excelente estructura econ¨®mica y pol¨ªtica, que si bien requer¨ªa algunos ajustes, hab¨ªa funcionado con extraordinarios resultados. La gran mayor¨ªa de los brit¨¢nicos consultados no entendieron los alcances de su decisi¨®n. Hasta hoy, la libra esterlina ostenta un 30% de depreciaci¨®n respecto al d¨®lar, en la inteligencia que el futuro que se avecina para dicho archipi¨¦lago europeo es m¨¢s oscuro que el hocico de un lobo. A Cameron le va a faltar vida para arrepentirse de haber llevado a cabo el plebiscito y el mundo entero le va a reclamar el ejemplo nocivo impuesto al atentar en contra del genial mecanismo productivo europeo, uno de los grandes ¨¦xitos de la posguerra.
En otro orden de ideas, ?que dir¨ªan los colombianos opuestos a la paz suscrita con las FARC, si estas fuerzas terroristas empezaran, de nueva cuenta, este mismo final de semana, a secuestrar personas en Medell¨ªn o en Bogot¨¢ o en Cartagena o colocaran bombas en bancos, supermercados, parques, estadios o cines y universidades y declararan una guerra abierta al Estado colombiano ya que llegaron a controlar el 40% de su territorio? ?Por qu¨¦ impedir la cicatrizaci¨®n de las heridas? ?Por qu¨¦ votar por la violencia y por la guerra entre hermanos?
?Por qu¨¦ el presidente Santos convoc¨® a un plebiscito, cuando, de acuerdo a sus facultades presidenciales, podr¨ªa haber suscrito el acuerdo sin exponerse a un ataque feroz por parte del expresidente Uribe, quien debe estarse frotando las manos por su victoria p¨ªrrica, sin importarle en su narcisismo pol¨ªtico, que la violencia s¨®lo produce m¨¢s violencia y que el perd¨®n era imprescindible para lograr la paz, imprescindible para volver a comenzar un gratificante proceso de reconstrucci¨®n de Colombia, sin duda alguna, el pa¨ªs m¨¢s simp¨¢tico y amable y fraterno de todo el continente americano?
Los pol¨ªticos ya no se expondr¨¢n a nuevos plebiscitos por m¨¢s obvia que sea la tem¨¢tica. En M¨¦xico todos coincidir¨ªamos en un espec¨ªfico punto de acuerdo, pero la posibilidad del plebiscito espanta m¨¢s que las brujas de Harlem¡ Aqu¨ª nadie se arrepiente¡ Cameron y Santos tendr¨ªan que haberle preguntado antes a nuestros funcionarios sobre la eficacia de una consulta popular¡
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