?Quiere saber qu¨¦ contiene el m¨®vil del primer ministro? Vaya a Suecia
La ley de transparencia sueca cumple 250 a?os, gracias a esta norma los ciudadanos pueden acceder a cualquier informaci¨®n de los pol¨ªticos
?Qu¨¦ ocurre cuando un ciudadano sueco quiere acceder a todo el correo electr¨®nico oficial de cualquier funcionario p¨²blico o a la informaci¨®n que contiene su m¨®vil de trabajo, ya sea un diplom¨¢tico o el primer ministro? No s¨®lo tiene que ense?¨¢rselo, sino que est¨¢ obligado a abandonar cualquier otra tarea para cumplir con las estrictas exigencias de las leyes de transparencia de este pa¨ªs n¨®rdico. ¡°No hay ninguna excusa¡±, sentenci¨® el Tribunal Supremo cuando se produjo un injustificado retraso en una de estas peticiones. Este pa¨ªs, que, como tantas democracias europeas, atraviesa una profunda crisis de identidad, celebra el pr¨®ximo 2 de diciembre los 250 a?os de su ley de libertad de prensa, pero tambi¨¦n de la norma que legaliz¨® al mismo tiempo el acceso p¨²blico a los documentos del Parlamento y del Gobierno en 1766, la primera legislaci¨®n de este tipo en el mundo.
Suecia se ha convertido en uno de los pa¨ªses que se hacen las preguntas m¨¢s profundas sobre su futuro y su identidad. Dentro de su vieja tradici¨®n de acogida ¡ªde la que se beneficiaron tantos chilenos y argentinos, y otras v¨ªctimas de dictaduras latinoamericanas en los sesenta¡ª, ha sido el pa¨ªs de la UE que m¨¢s refugiados per capita ha recibido en esta crisis (163.000 en 2015, lo que representa en torno al 2% de su poblaci¨®n) y el segundo en t¨¦rminos absolutos, detr¨¢s de Alemania. Sin embargo, eso ha provocado una inusitada subida de la ultraderecha ¡ªlos Dem¨®cratas Suecos se han convertido en el tercer partido¡ª y cierres peri¨®dicos de su frontera con Dinamarca, por donde entran aquellos que huyen de las atrocidades de Siria.
Tambi¨¦n empiezan a plantearse su neutralidad, pese a que uno de los datos que los suecos esgrimen con m¨¢s orgullo es que llevan m¨¢s de 200 a?os sin sufrir un conflicto en su territorio (desde 1814, la ¨¦poca de las guerras napole¨®nicas). Este mes de septiembre, el pa¨ªs ha vivido un intenso debate sobre si deber¨ªa entrar en la OTAN, aunque sea a trav¨¦s de una f¨®rmula de compromiso. El motivo de este giro reside en el creciente sentimiento de que Mosc¨² podr¨ªa representar una amenaza (Suecia no tiene fronteras con Rusia, pero s¨ª su vecina Finlandia). Nada como la serie televisiva noruega Occupied, que retrata una invasi¨®n rusa de Noruega con el apoyo de la UE para hacerse con sus recursos energ¨¦ticos, refleja con tanto acierto el sentimiento que se est¨¢ apoderando de una parte de la poblaci¨®n de los pa¨ªses n¨®rdicos: que Mosc¨² puede representar un problema serio despu¨¦s de lo ocurrido en Crimea; pero tambi¨¦n que la UE ha dejado de ser un elemento tranquilizador y de estabilidad. Sin embargo, el consenso en torno a la libertad de prensa y a la ley de transparencia no ha sufrido ning¨²n tipo de fisura y Suecia ha organizado congresos y actos pol¨ªticos para conmemorarla.
Las consecuencias actuales de aquella ins¨®lita decisi¨®n en una Europa que todav¨ªa no hab¨ªa vivido la Revoluci¨®n Francesa (la toma de la Bastilla se produjo en 1789) y que dif¨ªcilmente pod¨ªa entrever las consecuencias de la revoluci¨®n americana (que empez¨® en 1763, aunque la declaraci¨®n de independencia de Estados Unidos no se produjo hasta 1776) son resumidas por el periodista Johan Linden en un encuentro que tuvo lugar en Estocolmo en septiembre con un grupo de informadores internacionales invitados por el Ministerio de Exteriores sueco, entre ellos EL PA?S. Linden, un periodista de la televisi¨®n p¨²blica sueca SVT (sobre la que el Gobierno no tiene ninguna autoridad), relata una historia que le ocurri¨® cuando era un joven reportero y realizaba una compleja investigaci¨®n sobre un avi¨®n de combate sueco. Eran los tiempos de la Guerra Fr¨ªa y su objetivo era descubrir si los estadounidenses ten¨ªan algo que ver con este programa. ¡°Ped¨ª miles de papeles al Gobierno. Aqu¨ª todos los documentos son p¨²blicos por principio, el Estado tiene que demostrar que deben seguir siendo secretos por motivos de seguridad nacional y no es f¨¢cil. Adem¨¢s, cuando un ciudadano solicita algo, esta petici¨®n tiene absoluta prioridad¡±, relata Linden. El problema no estaba en la cantidad de documentos que exigi¨® ¡ªmiles¡ª, sino en que las ¨²nicas personas que pod¨ªan trillarlos eran el primer ministro y el jefe del Estado Mayor. ¡°Pod¨¦is imaginar el susto que me llev¨¦, porque entonces ten¨ªa 21 a?os y acaba de hacer la mili, cuando el m¨¢ximo responsable del Ej¨¦rcito me llam¨® para que nos reuni¨¦semos¡±, a?ade.
Jonas Nordin, historiador de la Biblioteca Nacional de Suecia, relata que esa ley surgi¨® en el siglo XVIII durante la ¡°llamada edad de la libertad, cuando, durante dos generaciones, Suecia fue gobernada por el Parlamento¡±. ¡°Se dieron cuenta muy pronto de que necesitaban un marco para la discusi¨®n libre y tambi¨¦n quer¨ªan saber lo que ocurr¨ªa en la Administraci¨®n y en el Parlamento. El impacto de esta norma a lo largo de la historia de Suecia ha sido tremendo¡±, prosigue. Algunos Ministerios, como el de Asuntos Exteriores, disponen de un equipo de juristas especialmente dedicado a ello, ya sea para desclasificar todos los papeles relacionados con el caso de Julian Assange, atrincherado en la Embajada de Ecuador en Londres y reclamado por violaci¨®n por la justicia sueca, o para explicar a un alumno de un instituto que tal vez no sea una buena idea pedir todos los documentos sobre Oriente Pr¨®ximo de los ¨²ltimos 50 a?os para realizar un trabajo escolar. El posible da?o a las relaciones con otro pa¨ªs al igual que la seguridad nacional son de las pocas barreras que impone la ley.
¡°El impacto de esta norma a la largo de la historia del pa¨ªs n¨®rdico ha sido enorme¡±, explica un historiador
La transparencia total provoca problemas, sin duda, y de hecho todo el complejo sistema de autorregulaci¨®n de la prensa en Suecia se basa en que lo que se puede publicar es mucho m¨¢s amplio que lo que se debe publicar. Tambi¨¦n es curioso que las novelas suecas m¨¢s difundidas de los ¨²ltimos a?os ¡ªlas obras protagonizadas por el inspector Kurt Wallander, escritas por Henning Mankell, y la serie Millennium, de Stieg Larsson¡ª traten de las mentiras y los secretos que la sociedad esconde. Sin embargo, Suecia lleva a?os situada entre los pa¨ªses menos corruptos del mundo en la lista de Transparency International, y ni sus ciudadanos ni sus pol¨ªticos se plantean el m¨¢s m¨ªnimo cambio en su legislaci¨®n. Como explica Jonas Nordin, ¡°es una ley fundamental como periodista pero sobre todo como ciudadano. Somos igual de corruptos que cualquier otro pa¨ªs. La diferencia es que aqu¨ª tienes muchas m¨¢s posibilidades de que te agarren. El solo hecho de que puedas exigir una transparencia total nos hace mejores como sociedad¡±.
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