Los islamistas de Marruecos preparan su segunda legislatura
Los religiosos del PJD consiguen 125 de los 395 esca?os del Parlamento. Ahora deber¨¢n pactar con otros partidos para formar Gobierno
Los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) han ganado las elecciones legislativas celebradas el viernes en Marruecos, con una mayor¨ªa simple de 125 esca?os sobre los 395 con que cuenta el Parlamento. Los islamistas han obtenido 18 diputados m¨¢s de los que cosecharon en las legislativas de 2011, tras las protestas de la primavera ¨¢rabe. Consiguieron el primer lugar tanto en los esca?os por circunscripciones (98 de 305) como en la lista nacional reservada a mujeres y j¨®venes (27 de los 90 legisladores nacionales). Su gran rival, el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundado en 2008 por un amigo del rey, Fouad Al¨ª el Himma, con el fin de frenar la pujanza de los islamistas, qued¨® en segundo puesto con 102 diputados.
Los electores han premiado la honestidad de un Gobierno en el que los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n han brillado por su ausencia en cinco a?os. ¡°Ha ganado la democracia¡±, declar¨® a medianoche del viernes el l¨ªder de los islamistas y presidente del pa¨ªs, Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, en la sede de su partido. La sede se encontraba abarrotada de periodistas, militantes y curiosos. Cualquiera pod¨ªa pasar hasta el fondo de la sala donde Benkir¨¢n proclamaba vencedor de las elecciones, sin que nadie solicitase ninguna documentaci¨®n.
El tercer lugar se lo llev¨® el Istiqual, el partido m¨¢s antiguo del pa¨ªs, de car¨¢cter conservador, con 46 esca?os. Una vez m¨¢s, la posici¨®n dominante fue la abstenci¨®n, ya que solo participaron el 43% de los 16 millones de electores. La participaci¨®n qued¨® incluso dos puntos por debajo que en 2011.
Ahora el PJD se ver¨¢ obligado a pactar con otras formaciones, ya que el sistema electoral marroqu¨ª est¨¢ dise?ado para impedir las mayor¨ªas absolutas. La monarqu¨ªa seguir¨¢ reteniendo los principales resortes del poder.
Han sido unos comicios marcados por la tensi¨®n entre el PJD y el rey, ya que Benkir¨¢n y sus socios de Gobierno acusaron durante meses al Palacio Real de ejercer un ¡°poder autoritario¡± invisible para beneficiar al PAM. En medio de esas acusaciones, el domingo 18 de septiembre se produjo una manifestaci¨®n en Casablanca contra Benkir¨¢n y la ¡°islamizaci¨®n del pa¨ªs¡±.
Ninguna organizaci¨®n se hizo responsable de esa manifestaci¨®n, que congreg¨® a cientos de personas llegadas en autob¨²s desde todas las provincias del pa¨ªs. Algunos manifestantes reconocieron que no sab¨ªan las razones de su protesta y otros asumieron ante las c¨¢maras que les hab¨ªan pagado. Por supuesto, el titular del Ministerio del Interior, Mohamed Hassad, quien solo responde ante el rey, neg¨® cualquier v¨ªnculo con la protesta. Pero a partir de ese momento, Benkir¨¢n ya ni siquiera tuvo que denunciar la ¡°mano invisible¡± y el ¡°poder autoritario¡±.
¡°La oposici¨®n nos hizo la campa?a¡±, se?alaba a las puertas de las sedes del PJD el militante Talal Lahlou. ¡°La prensa se equivoca cuando dec¨ªa que estas elecciones eran un duelo entre los islamistas del PJD y los laicos del PAM¡±, a?ad¨ªa Lahlou. ¡°En realidad, a nosotros nos han votado mucha gente que no es islamista. Han premiado nuestra honestidad, que no hemos robado. Aqu¨ª, los ¨²nicos que pueden presentar un historial de honestidad como el nuestro son la Federaci¨®n de Izquierda Democr¨¢tica. Ahora han sacado muy pocos diputados, pero con el tiempo pueden mejorar. La gente quiere gente honesta¡±.
La izquierda hist¨®rica del pa¨ªs se ha hundido m¨¢s de lo que ya cay¨® en legislativas de 2011. Esta izquierda, cuyo principal partido es la Uni¨®n Socialista de Fuerzas Populares (USFP), qued¨® relegada al sexto puesto con solo 20 diputados (en 2011 obtuvo 39 esca?os). Y la nueva izquierda, la Federaci¨®n de Izquierda Democr¨¢tica (FDG, por sus siglas en franc¨¦s), que se presentaba como una tercera v¨ªa entre los islamistas y el PAM, qued¨® en el d¨¦cimo puesto, con solo dos de los 395 esca?os. As¨ª pues, cualquier comparaci¨®n entre la nueva izquierda parlamentaria marroqu¨ª y la fulgurante ascensi¨®n de Podemos en Espa?a podr¨ªa resultar desproporcionada.
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