Miles de argentinos protestan por la inseguridad con una tensi¨®n creciente
En medio de una ola de delitos y v¨ªctimas que se toman la justicia por su mano, Buenos Aires y Rosario salen a la calle para exigir mano dura y cumplimiento de las condenas
Argentina se acerca al primer a?o de mandato de Mauricio Macri con una tensi¨®n social creciente centrada en tres asuntos: la inflaci¨®n, que remite pero sigue cerca del 40%, la pobreza, que ha superado ya el 32% seg¨²n cifras oficiales, y la inseguridad, sobre la que no hay estad¨ªsticas claras -en teor¨ªa Argentina se mantiene en el nivel m¨¢s bajo de Latinoam¨¦rica, con 6,6 homicidios cada 100.000 habitantes, al nivel de Chile- pero s¨ª una ola de noticias que han generado gran esc¨¢ndalo.
Las cifras se?alan que los homicidios y robos han aumentado un 10% desde 2005 y las amenazas un 38%. Pero son los casos recientes de asaltos violentos y de v¨ªctimas que se toman la justicia por su mano y matan a los ladrones las que han provocado un ambiente de tensi¨®n creciente. Ayer hubo un nuevo intento de linchamiento de un ladr¨®n en los alrededores de Buenos Aires. En ese contexto, y mientras el presidente y su Gobierno han dado muestras de apoyo a esos vecinos que respondieron con disparos o atropellos a los ladrones, miles de personas se manifestaron en el centro de Buenos Aires, frente al Congreso, para exigir mano dura, cumplimiento ¨ªntegro de penas e incluso en algunos? gritos se pod¨ªan escuchar peticiones de reinstaurar la pena de muerte.
"Queremos una justicia justa"
Alguna vez te pas¨® ir a buscar el cuerpo de un hijo a una morgue?¡± Con esa pregunta comienza la carta abierta que Franklin Rawson dirigi¨® este martes a toda la comunidad y ha sido reproducida por la gran cantidad de medios de comunicaci¨®n. El padre de Angeles Rawson, la joven de 16 a?os que fue violada y asesinada en el edificio del barrio de Palermo donde viv¨ªa, es uno de los participantes de una movilizaci¨®n que nuclea a familiares de v¨ªctimas de homicidios, accidentes y tragedias, todas acciones que podr¨ªan haberse evitado.
¡°Como familiar de v¨ªctima entiendo que tenemos que juntarnos para que no le pase a otros lo que nos pas¨® a nosotros¡±, asume Mar¨ªa Luj¨¢n Rey, mam¨¢ de Lucas Menghini, una de las v¨ªctimas del caso conocido como Tragedia de Once, ocurrido el 22 de febrero de 2012, cuando una formaci¨®n del ferrocarril estatal Sarmiento impact¨® contra el paragolpes de la estaci¨®n Once. ¡°En definitiva, queremos que la justicia sea justa¡±, resume Rey.
¡°Nos hicimos eco de un sentimiento de hartazgo que hay en la sociedad argentina. El hartazgo tambi¨¦n es por promesas de que van a cambiar las cosas y van a sancionar leyes nuevas, pero son solo anuncios¡±, manifiesta Viviana Ayala, hermana de Alex Ayala, un joven de 31 a?os que fue muerto a manos de 4 delincuentes en 2012, cuando se aprestaba a guardar el auto en la cochera.
Karina Mu?oz, madre de Brenda Anahi, una joven de 14 a?os que fue arrollada por un veh¨ªculo en 2006, dice que ¡°para uno que pasa por esto, donde los beneficios son para ellos (los victimarios), cada cosa es sufrir doblemente la muerte de mi hija. Para nosotros es una lucha continua y no bajar los brazos no solo por m¨ª sino por mis hijas que quedan. Ellas me acompa?an en la lucha y yo no puedo dejarme caer porque perdieron a la hermana y no pueden perder a su madre¡±.
El problema parece concentrado en los alrededores de Rosario, que ya sali¨® masivamente a la calle, y Buenos Aires, donde la protesta no fue tan numerosa -unos miles de personas, lejos de los 150.000 que logr¨® reunir en el mismo lugar en 2004 la mayor protesta contra la inseguridad de la historia de Argentina- pero s¨ª muy seguida por los medios argentinos. Es el n¨²cleo del voto macrista, la clase media, la que estaba en la plaza protestando. Y de hecho dejaron claro que no era una marcha contra el Gobierno, sino para exigir medidas a todos los responsables pol¨ªticos. "Esta convocatoria no es contra nadie", insist¨ªa Luis Novaresio, conocido periodista encargado de leer el manifiesto.
La marcha no fue pues masiva pero s¨ª ten¨ªa un fuerte impacto emotivo y visual. Centenares de v¨ªctimas, sobre todo madres de j¨®venes asesinados en episodios de inseguridad, portaban en alto las fotograf¨ªas de sus seres queridos. La mayor¨ªa eran adolescentes del conurbano bonaerense, la zona m¨¢s poblada y m¨¢s insegura del pa¨ªs, en especial en los barrios m¨¢s pobres. Aunque es la clase media la que m¨¢s se suele movilizar, son los pobres quienes m¨¢s sufren esta lacra. Las fotos de Andr¨¦s, Leo, Bauti, Mili, Damian, Nico, Lucas, Agust¨ªn, Milagros portadas por sus familiares sobrecog¨ªan a los oradores en el atardecer de la primavera porte?a. "Eran todos j¨®venes. Est¨¢n matando el futuro de Argentina", gritaba una madre. "Basta de impunidad, vivimos encerrados en nuestras casas. Queremos ser libres, queremos volver a la calle. Salimos a trabajar o a estudiar y nos est¨¢n matando. ?Basta ya!", se desesperaba otra.
Pero sobre todo abundaban las peticiones de mano dura. Las prisiones de Buenos Aires est¨¢n repletas, con una poblaci¨®n de 33.000 reclusos en c¨¢rceles pensadas para 27.000 personas, pero las v¨ªctimas exigen mucha m¨¢s dureza, mas delincuentes encarcelados. "Derechos humanos para nosotros, los trabajadores, no para los delincuentes", gritaba una v¨ªctima. "Que se los lleven los jueces a sus casas. Que se pudran en la c¨¢rcel. Hay que bajar la edad penal, los menores presos", se desga?itaba otra, muy aplaudida por el p¨²blico. "Pena de muerte, pena de muerte", se core¨® en varios momentos. Argentina se acerca as¨ª a un final de a?o que hist¨®ricamente siempre fue el momento m¨¢s delicado para todos los gobiernos en un ambiente de tensi¨®n creciente, aunque el Ejecutivo insiste en que las cosas poco a poco est¨¢n mejorando.
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