Ni el pleno empleo es un ant¨ªdoto contra Donald Trump
En Elkhart, capital mundial de los veh¨ªculos recreativos y s¨ªmbolo del ¨¦xito de la pol¨ªtica econ¨®mica de Obama, el magnate cosecha apoyos en la carrera presidencial
Hay un lugar en Estados Unidos donde las ofertas de trabajo sobran, el desempleo es inexistente y las f¨¢bricas no tienen suficientes trabajadores para funcionar a pleno rendimiento.
Los carteles de ¡°se contrata¡± y ¡°necesitamos manos¡± se ven por doquier. Para trabajar aqu¨ª no hace falta ninguna preparaci¨®n ni talento especial. Superar un test de drogas basta para obtener un trabajo que puede estar remunerado con 70.000 d¨®lares anuales.
¡°?Sabe la preparaci¨®n que se necesita? Presentarse al trabajo cinco d¨ªas a la semana¡±, dice Kyle Hannon, presidente de la C¨¢mara de Comercio de Elkhart (Indiana), la capital mundial de las autocaravanas o, como se les llama aqu¨ª, veh¨ªculos recreativos.
En Elkhart, los tenebrosos discursos del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, sobre el declive de Estados Unidos suenan a ficci¨®n dist¨®pica.
En esta ciudad de 51.000 habitantes en el coraz¨®n del Medio Oeste industrial, es f¨¢cil persuadirse de que la primera econom¨ªa del mundo avanza a todo ritmo y que, tras a?os de recesi¨®n y estancamiento, este pa¨ªs ha recuperado la senda de la prosperidad.
En las calles limpias y ordenadas de Elkhart, en las cadenas de montaje, en los concesionarios de autocaravanas, en las cafeter¨ªas y restaurantes a la ¨²ltima, que podr¨ªan encontrarse en una zona hipster de Brooklyn, la presidencia del dem¨®crata Barack Obama adquiere una nueva perspectiva.
Elkhart, una de las ciudades m¨¢s golpeadas por la crisis de 2008, es hoy el alumno mod¨¦lico de los Estados Unidos de Obama: la demostraci¨®n de que en sus ocho a?os de presidencia ha logrado darle la vuelta a una econom¨ªa que el d¨ªa que lleg¨® a la Casa Blanca estaba en ca¨ªda libre. Y es una evidencia de que todo esto no es suficiente para que en Elkhart voten a la candidata de Obama, la dem¨®crata Hillary Clinton. Esto es territorio Trump. En Indiana, el Estado del candidato republicano a la vicepresidencia, Mike Pence, el magnate neoyorquino tiene una ventaja de ocho puntos sobre Clinton, seg¨²n los sondeos sobre las elecciones del 8 de noviembre.
Ed Neufeldt recuerda el d¨ªa de septiembre de 2008 en que se qued¨® sin trabajo. Los jefes de Monaco, la f¨¢brica de autocaravanas en la que llevaba 32 a?os, anunciaron que cerraban las puertas. ¡°Nunca pens¨¢bamos que nos ¨ªbamos a hundir, pero nos hundimos¡±, recuerda Neufeldt, de 70 a?os, en la biblioteca municipal de Wakarusa, un pueblo a 15 kil¨®metros de la ciudad.
Las dos hijas de Neufeldt y sus yernos perdieron el trabajo en la f¨¢brica. Su familia experiment¨® en carne propia una de las mayores recesiones en d¨¦cadas.
¡°Casi cada semana hab¨ªa un nuevo anuncio de que cerraba una f¨¢brica, o desped¨ªa gente. Fueron d¨ªas muy tristes, deprimentes¡±, dice Tim Vandenack, periodista de The Elkhart Truth, el diario local.
Vandenack recuerda una m¨¢xima que muchos repiten aqu¨ª: las autocaravanas son un sensor sobre el estado de la econom¨ªa. Cuando caen las ventas, es una se?al de que llega la recesi¨®n. Y al rev¨¦s, cuando repuntan las compras, significa que las clases medias vuelven a tener dinero en el bolsillo para comprarse un veh¨ªculo complementario y que los bancos dan cr¨¦ditos de nuevo, lo que anticipa la recuperaci¨®n.
Entre 2008 y 2009 la tasa de desempleo pas¨® en Elkhart del 5% a cerca del 20%, un nivel fuera de lo com¨²n en Estados Unidos, propio de la depresi¨®n.
No es extra?o que fuese el primer destino de Obama tras llegar a la Casa Blanca. Llevaba tres semanas en el cargo cuando se desplaz¨® a Elkhart. Aquel d¨ªa la ciudad que parec¨ªa sin futuro qued¨® se?alada como el futuro term¨®metro de las pol¨ªticas de Obama.
Neufeldt fue el encargado de pronunciar unas palabras introductorias en el mitin del presidente. Y volvi¨® a reunirse con ¨¦l el pasado junio, cuando Obama, triunfante, regres¨® a la ciudad. Ense?a orgulloso una foto de ¨¦l y su esposa con el presidente. Neufeldt, que es blanco, regal¨® a Obama un valioso cromo de 1955, sacado de su colecci¨®n de infancia, de Jackie Robinson, el primer afroamericano que jug¨® en las grandes ligas de b¨¦isbol. Robinson fue un precursor, en el ¨¢mbito deportivo, del primer presidente negro. ¡°?Seguro que quieres deshacerte de esto?¡±, le dijo Obama.
El paro ha ca¨ªdo en Elkhart del 20% a cerca del 4%. Las previsiones indican que este a?o Estados Unidos fabricar¨¢ 400.000 autocaravanas, un r¨¦cord. M¨¢s del 80% se producen en la regi¨®n del Elkhart, conocido como el Detroit de los RV (iniciales en ingl¨¦s de veh¨ªculos recreativos).
¡°La econom¨ªa americana no solo es mejor hoy que hace ocho a?os: es la econom¨ªa m¨¢s fuerte, m¨¢s s¨®lida del mundo¡±, dijo Obama en el mitin de Elkhart.
No solo en Silicon Valley, o en Wall Street se dirime el futuro de la econom¨ªa de este pa¨ªs, sino en Elkhart, una peque?a ciudad industrial donde se desmienten las ideas sobre el ocaso de la clase trabajadora blanca. No son solo los iPhone o los cohetes que en unos a?os deben llegar a Marte lo que define la fortaleza de Estados Unidos, sino algo aparentemente tan anticuado, que remite a la imagen de la prosperidad espartana de los a?os cincuenta, como las autocaravanas.
Despu¨¦s de quedarse en el paro en 2008, Ed Neufeldt trabaj¨® en una compa?¨ªa de coches el¨¦ctricos. Sus hijas y yernos volvieron a encontrar empleo. Cuando las f¨¢bricas de autocaravanas volvieron a abrir, se vio demasiado mayor para este trabajo, pero no para jubilarse. Hoy tiene tres empleos a tiempo parcial: en una panader¨ªa, en una cl¨ªnica y un supermercado.
¡°Me levanto a las cuatro. Trabajo siete d¨ªas a la semana, entre 50 y 55 horas semanas¡±, dice.
En la f¨¢brica ganaba 20 d¨®lares por hora; ahora unos 11 d¨®lares por hora. El reverso del crecimiento y el pleno empleo es la precarizaci¨®n laboral.
Admirador de Obama, Neufeldt es una prueba de que la pol¨ªtica no es una l¨ªnea recta. Para votar a Trump no hace falta ser un racista, o un ¡°deplorable¡±, por usar el calificativo que emple¨® Clinton.
¡°Soy muy provida¡±, dice. Provida es como se describen los detractores del derecho al aborto, que Hillary Clinton defiende.
Ed Neufeldt cree que votar¨¢ a Donald Trump.
La cultura de la caravana
Forrest y Ed Loutzenhiser, padre e hijo, han viajado en coche a Elkhart desde Virginia, 900 kil¨®metros, para asistir a un funeral. Antes de regresar pasan por Tiara, uno de los mayores concesionarios. Quieren comprarse una caravana. Mientras sopesan si pagar los 16.960 d¨®lares que les pide el vendedor, explican que, al ser ambos veteranos de las fuerzas armadas, podr¨¢n usarla para acampar en las bases militares, que disponen de espacios habilitados.
El hijo ve en el ¨¦xito de los veh¨ªculos recreativos no tanto un signo de un boom econ¨®mico como de la mayor responsabilidad financiera de los estadounidenses. Un ahorro. ¡°Partes del pa¨ªs viven un boom. Otras, no¡±, constata. No es la econom¨ªa: es la cultura. ¡°Somos un pa¨ªs viajero¡±, dice. Desplazarse en familia y con la casa a cuestas forma parte de la identidad nacional.
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