El veto del Parlamento val¨®n bloquea el acuerdo comercial UE-Canad¨¢

Valonia no es una aldea gala en pleno Imperio Romano, pero lo parece. El Parlamento de esta regi¨®n, una de las tres que conforman B¨¦lgica, ha hecho este viernes realidad los peores temores de los negociadores del tratado de libre comercio entre la Uni¨®n Europea y Canad¨¢ ¡ªCETA por sus siglas en ingl¨¦s¡ª, al votar en contra de permitir al gobierno belga firmar este martes el pacto, un tr¨¢mite por el que deben pasar obligatoriamente representantes de los Veintiocho. "No ofrece garant¨ªas suficientes. B¨¦lgica no firmar¨¢ este tratado", ha concluido tajante su intervenci¨®n Paul Magnette, ministro-presidente de Valonia. Su rechazo bloquea la puesta en marcha del acuerdo comercial, el mayor de la historia de la UE, un documento de 1.600 p¨¢ginas que elimina gran parte de los aranceles y al que ambas partes atribuyen la capacidad de generar m¨¢s crecimiento y empleo, con un impacto favorable estimado en 12.000 millones de euros anuales para el PIB europeo seg¨²n Bruselas.?

La posici¨®n de la c¨¢mara valona no es nueva ¡ªen abril ya rechaz¨® el acuerdo en una votaci¨®n¡ª, pero se esperaba que la presi¨®n de la UE y el Gobierno belga les hiciera rectificar dado el poco margen que da el calendario: est¨¢ programado que los ministros de comercio de la UE firmen la alianza este mismo martes y que los representantes de Bruselas y Canad¨¢ lo hagan el 27 de octubre en la cumbre que celebran en la capital belga. El presidente val¨®n no cierra la puerta a un pacto de ¨²ltima hora. "Este rechazo no es un veto definitivo. Hago una llamada para abrir nuevas negociaciones pero sobre otras bases. ?Por qu¨¦ a?os de discusiones en secreto si es tan bueno para las pymes, los agricultores o los servicios p¨²blicos?", ha criticado.

Canad¨¢ ha reaccionado enviando como negociador al exministro de Asuntos Exteriores Pierre Pettigrew a Par¨ªs para reunirse con los l¨ªderes valones en las pr¨®ximas horas, y asiste at¨®nita a la incapacidad comunitaria para sacar adelante el acuerdo, de capital importancia para su econom¨ªa: la UE es su segundo mercado internacional tras Estados Unidos, mientras que para Europa, su socio de Ottawa solo ocupa el puesto n¨²mero 12 en sus intercambios. "Si Europa no puede firmar un acuerdo comercial progresista con un pa¨ªs como Canad¨¢, ?con qui¨¦n piensa hacer negocios en los pr¨®ximos a?os?", cuestion¨® este jueves el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en una intervenci¨®n conjunta con su hom¨®logo franc¨¦s, Manuel Valls, de visita en el pa¨ªs. "Ser¨ªa inconcebible que la UE no fuera capaz de cerrar el acuerdo", le secund¨® este, cuyo apoyo al CETA contrasta con los recelos de Par¨ªs frente al TTIP, el tratado de libre comercio con Estados Unidos, fuertemente contestado en las calles de Alemania o Francia.

Las reticencias no provienen solo de Valonia. Austria anunci¨® este mismo viernes que no bloquear¨¢ el CETA tras semanas de incertidumbre, y la formaci¨®n izquierdista alemana Die Linke y varias ONGs llevaron el convenio comercial ante el Tribunal Constitucional alem¨¢n por considerar que se hab¨ªa negociado de espaldas a los ciudadanos, pero los magistrados dieron finalmente luz verde este jueves a que Berl¨ªn estampe su r¨²brica en el documento. Numerosas organizaciones sociales y ecologistas han mostrado su preocupaci¨®n por considerarlo una amenaza para la democracia, el medio ambiente, los consumidores y los derechos de los trabajadores.

Las negociaciones del CETA se iniciaron hace m¨¢s de siete a?os y concluyeron oficialmente en 2014. Aunque finalmente se lograra el apoyo val¨®n, el tratado transatl¨¢ntico deber¨¢ superar todav¨ªa decenas de ratificaciones en Parlamentos de la UE y contar con el visto bueno de la Euroc¨¢mara, si bien est¨¢ previsto que eche a andar provisionalmente en 2017 mientras se logra su aprobaci¨®n. Aunque las normas comunitarias establecen que ser¨ªa suficiente una mayor¨ªa cualificada para aprobarlo, en la pr¨¢ctica es necesaria la unanimidad dado que todos los Estados deben firmarlo, por lo que Valonia, de 3,5 millones de habitantes, puede tener en su mano retrasar o bloquear un acuerdo que afecta a m¨¢s 500 millones de europeos y 35 millones de canadienses.