Los cuatro puntos
Es posible una reducci¨®n sustantiva en el n¨²mero de homicidios y de la tiran¨ªa criminal
La raz¨®n de que mucha menos gente lea a Clausewitz que a Sun Tzu y la vital supervivencia de este a lo largo de los siglos es la destilaci¨®n de su sabidur¨ªa estrat¨¦gica en aforismos que van directo, sin fecha de caducidad, a la vena del entendimiento. ?Hay propuestas inspiradas en esa precisa vena sobre el mayor problema estrat¨¦gico en Latinoam¨¦rica hoy: c¨®mo solucionar la violencia criminal? Entre los varios intentos de proponer una estrategia comprehensiva, he encontrado dos que son promisorias.
Una es la esbozada por Joaqu¨ªn Villalobos, el excomandante guerrillero del FMLN y ahora consultor en el manejo de conflictos. La otra por Robert Muggah, del Instituto Igarap¨¦ en Brasil.
?El pensamiento estrat¨¦gico de Villalobos lleva la fuerte influencia de su experiencia guerrillera, complementada luego por el estudio comparativo de las doctrinas y experiencias contrainsurgentes, adem¨¢s de base emp¨ªrica de consultor¨ªas en escenarios tan variados como la lucha contra el narco en M¨¦xico y el proceso de paz en Colombia. Robert Muggah es un acad¨¦mico y consultor de sorprendente versatilidad de intereses y acciones, (desde ciber seguridad hasta vulnerabilidad urbana y reducci¨®n de la violencia). Curiosamente, ambos resumen sus estrategias contra la violencia criminal en cuatro puntos.
Para Villalobos, ¡°el cimiento de la seguridad es el control del territorio por parte del Estado y los ciudadanos¡± a trav¨¦s de cuatro ¡°ejes¡±: la reforma de las instituciones de seguridad para incorporar los derechos humanos como el pilar de la legitimidad del Estado en el ejercicio del monopolio de la fuerza; ¡°el incremento sustancial del pie de fuerza del poder coercitivo. Un pa¨ªs necesita tantos polic¨ªas como lo demanden las amenazas que enfrenta¡±; ¡°la participaci¨®n de los ciudadanos. La polic¨ªa debe tener una relaci¨®n estrecha y permanente con estos, ganarse su confianza y ser parte de las comunidades¡±; ¡°la presencia integral del Estado en el territorio¡±: luego de que el ¡°poder coercitivo¡± lo controle, el resto del Estado debe actuar con eficiencia.
M¨¢s de la mitad del total de homicidios ocurre cerca de menos del dos por ciento de las direcciones.
La visi¨®n de Villalobos es una adaptaci¨®n creativa de la estrategia contrainsurgente ilustrada de los a?os 60 del siglo pasado. Si uno lee la obra pionera del coronel franc¨¦s David Galula (que se convirti¨® en texto de culto a principios de este siglo), encontrar¨¢ un proceso globalmente similar. La raz¨®n es clara: la estrategia es trabajosa, pero funciona si se aplica bien. Y ah¨ª radica su dificultad.
Los cuatro puntos de Muggah son: la inversi¨®n en la reducci¨®n de homicidios debe guiarse por los datos, manejarse por la evidencia y orientarse a resolver problemas; los escasos recursos disponibles para la lucha contra el crimen y los servicios sociales deben ser dirigidos a la gente, lugares y comportamientos de alto riesgo; la reducci¨®n sostenida de los asesinatos requiere una fuerte cohesi¨®n social y eficacia colectiva, para lograr la capacidad de los integrantes de una comunidad de controlar el comportamiento de otro; ¡°el liderazgo es crucial en cualquier esfuerzo sostenible de reducci¨®n de homicidios¡±. Lo cual significa que no solo las autoridades nacionales y municipales, sino los empresarios, las universidades y ong deben hacer suyo el problema.
En un art¨ªculo reciente, Muggah propone una estrategia continental dirigida a disminuir a la mitad los homicidios en Latinoam¨¦rica en una d¨¦cada, ¡°lo cual salvar¨ªa alrededor de 413.000 vidas¡±. Muggah maneja los datos de la estad¨ªstica con la destreza con la que Villalobos incorpora los hechos de la Historia y de su propia experiencia. ¡°En muchas ciudades del mundo¡±, escribe Muggah, ¡°m¨¢s de la mitad del total de homicidios ocurre cerca de menos del dos por ciento de las direcciones. Un peque?o n¨²mero de gente es responsable (y v¨ªctima) de una cantidad desproporcionada de crimen y violencia¡±.
Como Villalobos y Muggah demuestran, una reducci¨®n sustantiva en el n¨²mero de homicidios y de la tiran¨ªa criminal es posible. De hecho, se ha logrado en varias ciudades (Ju¨¢rez, Bogot¨¢, Medell¨ªn). Los problemas mayores de esas estrategias son la consolidaci¨®n, la continuidad y la expansi¨®n. Resolverlos con ¨¦xito requiere, sin embargo, el porcentaje m¨ªnimo de funcionarios capaces, razonablemente honestos y bien entrenados que buena parte de las naciones oprimidas por la violencia criminal est¨¢ lejos de tener.
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