El papa Francisco y Mauricio Macri apaciguan la pol¨ªtica argentina
Los dos hombres m¨¢s poderosos del pa¨ªs hab¨ªan llegado a una tensi¨®n m¨¢xima, pero ahora a ambos les conviene calmar las aguas
Casi todos los momentos de convulsi¨®n de la historia reciente argentina se producen a finales de a?o. Llega el verano austral, los problemas econ¨®micos se acumulan y las tensiones sociales estallan. El momento cumbre de esa constante hist¨®rica fue en 2001, hace 15 a?os, cuando los ciudadanos indignados con el corralito salieron a las calles al grito de que ¡°?Que se vayan todos!¡± y la represi¨®n policial caus¨® 39 muertos. Fernando De la R¨²a dimiti¨® y abandon¨® en helic¨®ptero la Casa Rosada. Hubo cinco presidentes en dos semanas en ese dur¨ªsimo fin de a?o. Pero sin llegar a tanto, otros diciembres con Ra¨²l Alfons¨ªn las im¨¢genes de saqueos en los supermercados tambi¨¦n dieron la vuelta al mundo. Mauricio Macri est¨¢ a punto de vivir su primer diciembre en la Casa Rosada, un a?o despu¨¦s de su victoria electoral, y ha desplegado una estrategia a varias bandas para lograr que sea tranquilo, sin disturbios, ni saqueos, y por supuesto ni hablar de un muerto.
Todo ese aparato pol¨ªtico tiene un epicentro: el reencuentro con el Papa Francisco. El argentino m¨¢s poderoso del planeta tiene una enorme influencia en su pa¨ªs y en especial dentro del peronismo, el mundo del que viene Bergoglio. Y es clave para que los movimientos que organizan las protestas m¨¢s fuertes contra Macri, que tienen v¨ªnculos muy estrechos con la iglesia argentina, bajen la presi¨®n. ¡°El Papa impedir¨¢ un estallido social en Argentina¡±, dec¨ªa en EL PA?S esta semana Gustavo Vera, un amigo de Francisco y casi un portavoz oficioso.
Todo estaba organizado hace semanas para que Bergoglio y Macri ofrecieran una imagen completamente diferente a la del ¨²ltimo encuentro, en la que los 22 minutos escasos que le dedic¨® y la cara de disgusto evidente con que le recibi¨® hicieron concluir a todos los argentinos que el Papa estaba contra Macri y su pol¨ªtica de ajuste. Desde ese instante se convirti¨® en una especie de l¨ªder de la oposici¨®n en la sombra. Hubo varios momentos de alta tensi¨®n, como el que se produjo cuando orden¨® a Scholas Ocurrentes, una organizaci¨®n auspiciada por ¨¦l, que devolviera al Gobierno argentino una donaci¨®n de un mill¨®n de d¨®lares. Algunos en el entorno de Macri, en especial su gur¨², el ecuatoriano Jaime Dur¨¢n Barba, le aconsejaron que se olvidara de Francisco. ¡°El Papa no mueve 10 votos¡±, lleg¨® a decir. Algunos ministros mostraban en privado su indignaci¨®n con Bergoglio, al que ve¨ªan entregado al kirchnerismo. Otros se preocupaban. ¡°Debemos evitar los gestos que den la sensaci¨®n de que no tenemos la misma agenda que el Papa¡±, le dijo a EL PA?S Marcos Pe?a, mano derecha de Macri.
En el mundo cat¨®lico m¨¢s cercano al presidente se empez¨® a generar un ambiente hostil con Francisco, algo in¨¦dito, que ha llegado a tal nivel que el Papa ha decidido posponer indefinidamente su viaje a Argentina. Ya ha confirmado que tampoco viajar¨¢ en 2017. Los m¨¢s cercanos al Papa est¨¢n muy molestos con estas cr¨ªticas. Pepe di Paola, un cura que vive en una de las peores villas del conurbano bonaerense y lucha contra la droga, se indigna: ¡°Antes dec¨ªan que era el jefe de la oposici¨®n al kirchnerismo y ahora al macrismo. Es mentira, ¨¦l solo defiende a los pobres. Por eso en el pueblo al Papa lo quieren. Este es un problema de un grupo de intelectuales. En la villa no tuve que dar explicaciones para defender al Papa, solo me preguntan algunos que vienen de visita¡±, se?ala.
La tensi¨®n lleg¨® a tal nivel que empez¨® a perjudicar a los dos. Bergoglio corre el riesgo de no ser profeta en su tierra, o al menos no para una parte de los cat¨®licos m¨¢s identificados con el Gobierno. Y Macri no quiere enfrente a un enemigo tan poderoso cuando va a entrar en un a?o electoral clave, el de 2017. Ambos han optado por el reencuentro. Con la vista puesta en diciembre, el Papa y Macri han optado por darse una tregua que tiene una consecuencia inmediata: la pacificaci¨®n de la pol¨ªtica argentina. Mientras los peronistas siguen sin liderazgo claro y celebran divididos el 17 de octubre, su ¡°d¨ªa de la lealtad¡±, el presidente ve despejado el final de a?o con un intento de acuerdo con los sindicatos en el que tiene mucho que ver el ¨¦xito de su encuentro con Francisco.
El Papa le est¨¢ reclamando, seg¨²n distintas personas cercanas, que ponga de acuerdo a sindicatos y empresarios para amortiguar el impacto de la crisis y la inflaci¨®n del 40%. Y que tome el asunto del 32% de pobreza como su prioridad absoluta. Macri ha respondido promoviendo un encuentro el mi¨¦rcoles de sindicatos y empresarios con la idea de pactar un bono ¨Csueldo extra- de fin de a?o que tranquilice los ¨¢nimos y anime el consumo. Y promete m¨¢s medidas contra la pobreza. Los sindicatos a cambio parecen dispuestos a olvidar la idea de la primera huelga general contra Macri. Todo parece reorientarse en Argentina para calmar las aguas. Y Francisco, aunque sigue sin pisar su tierra, es la clave de todas las jugadas. ¡°Espero que se acaben las especulaciones¡±, dec¨ªa Macri en Roma, euf¨®rico con el buen resultado de su estrategia. De momento a los dos les conviene la reconciliaci¨®n. Pero en Argentina nada es definitivo.
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