Duterte busca consumar el acercamiento de Filipinas a China
El presidente filipino, cr¨ªtico contra EE UU, comienza este martes su primera visita de Estado a Pek¨ªn
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, comienza este martes su primera visita de Estado a China. Una visita que aspira a marcar, en sus propias palabras, ¡°un punto de inflexi¨®n en las relaciones bilaterales¡±, que tocaron fondo durante el mandato de Benigno Aquino, su predecesor, debido a las disputas de soberan¨ªa en el mar del sur de China, Desde su llegada al poder el 30 de junio, Duterte no ha dejado de hacer gui?os a Pek¨ªn mientras arremete con dureza contra Estados Unidos, en lo que parece una reordenaci¨®n dr¨¢stica de la pol¨ªtica exterior filipina.
El candidato presidencial que en su d¨ªa aseguraba que ¨¦l mismo ir¨ªa en una moto de agua a los islotes en disputa a clavar una bandera ha dejado paso a un jefe de Estado que declara a la agencia oficial de noticias china, Xinhua, que ¡°solo China puede ayudarnos¡±. La decisi¨®n favorable a Filipinas de una corte de arbitraje en La Haya el pasado julio ha quedado discretamente arrinconada. Antes de viajar a Pek¨ªn, Duterte indicaba que hablar¨¢ de ese dictamen con las autoridades chinas. Pero aunque, insiste, no ceder¨¢ en cuestiones de soberan¨ªa, prefiere la negociaci¨®n al enfrentamiento: ¡°No tiene sentido pelearse por una masa de agua¡±.
Es un lenguaje mucho m¨¢s suave que el que ha utilizado para referirse a Estados Unidos, tradicionalmente el mayor aliado de Filipinas. Ha advertido que sus soldados no volver¨¢n a participar en maniobras militares conjuntas con EEUU, ha llamado al presidente Barack Obama ¡°hijo de puta¡± y le ha mandado ¡°al infierno¡±.
No se trata simplemente de una serie de exabruptos de un presidente que reconoce abiertamente tener la lengua muy larga. Detr¨¢s del lenguaje colorido se encuentra una posici¨®n meditada: Duterte considera que Filipinas ha dependido en exceso durante mucho tiempo de Washington, su principal socio militar y uno de sus principales inversores.
Las invectivas contra EEUU ¡°pueden ser una manera de se?alar a China, antes de su visita: ?no se preocupen, soy un l¨ªder soberano independiente, no un lacayo de EEUU. Y Estados Unidos no participa en nuestras negociaciones sobre el mar del sur de China y de tipo bilateral Estados Unidos, es solo algo entre nosotros dos¡¯¡±, opina Richard Heydarian, profesor de la Universidad filipina de La Salle.
Pero, sobre todo, Duterte encuentra que la pol¨ªtica de Aquino de confrontaci¨®n con Pek¨ªn le cerr¨® el acceso a un mercado tur¨ªstico y comercial inmenso y mucho m¨¢s cercano. Cuando China se ha convertido en uno de los grandes inversores mundiales, su apuesta por Filipinas en 2014 solo fue de 41,3 millones de d¨®lares, seg¨²n los datos del Banco Central Filipino.
¡°La estrategia de Aquino no parece que le haya servido de mucho a Filipinas hasta el momento¡±, apunta Mark Thompson, jefe del Departamento de Estudios Asi¨¢ticos e Internacionales (AIS), y director del Centro de Investigaci¨®n sobre el Sureste de Asia (SEARC) en la City University de Hong Kong. ¡°China hizo caso omiso de la sentencia de La Haya y no est¨¢ nada clara qu¨¦ tipo de victoria haya conseguido Manila¡±.
Con la estrategia de aproximaci¨®n, Manila aspira a relanzar la relaci¨®n comercial. Duterte viaja acompa?ado de 200 hombres de negocios filipinos. Y ante una posible divisi¨®n en la alianza Washington-Manila, Pek¨ªn est¨¢ encantada de dar facilidades. Durante su estancia, hasta el viernes y en la que se reunir¨¢ con las m¨¢ximas autoridades chinas, el presidente filipino tiene previsto firmar acuerdos de energ¨ªa e infraestructuras, y para la exportaci¨®n de fruta tropical.
Adem¨¢s ¡ªclave para el gobierno filipino¡ª China levantar¨¢ su advertencia de viaje hacia el archipi¨¦lago, algo que puede suponer un boom de un mill¨®n de visitantes al a?o. Tambi¨¦n apoyar¨¢ la sangrienta guerra contra las drogas de Duterte, muy criticada en Occidente: el presidente filipino visitar¨¢ centros de rehabilitaci¨®n y se reunir¨¢ con representantes de las fuerzas de seguridad chinas. ¡°China nunca nos critica¡±, ha declarado el antiguo alcalde de Davao.
Pero aunque Duterte busque un acercamiento hacia Pek¨ªn, ello no quiere decir que el giro en la pol¨ªtica exterior filipina vaya a ser completo. En sus declaraciones antes de su llegada, ha indicado que no renunciar¨¢ a sacar a relucir la sentencia de la corte de La Haya. ¡°Insistiremos en lo que es nuestro¡±. Seg¨²n ha adelantado, plantear¨¢ el caso de los pescadores filipinos a los que Pek¨ªn impide el acceso a las aguas disputadas, algo a lo que China se ha mostrado en principio receptiva. Seg¨²n asegura, est¨¢ dispuesta a abordar la cooperaci¨®n pesquera.
Y pese a sus declaraciones explosivas, ¡°Duterte no romper¨¢ lazos con Estados Unidos¡±, opina Heydarian. El p¨²blico y el estamento militar de su pa¨ªs son marcadamente proestadounidenses y no aceptar¨ªan con facilidad un cambio.
Una encuesta publicada esta semana indica que el 76% de los votantes filipinos tiene ¡°mucha confianza en EEUU¡±, y tan solo un 11% se declara reticente. En cambio, un 55% reconoce ¡°fiarse poco¡± de China, y ¨²nicamente un 22% declara una gran confianza en el pa¨ªs vecino.
¡°Si [Duterte] fuera a abrogar los acuerdos militares existentes, desatar¨ªa una gran oposici¨®n, y no creo que sea lo suficientemente inconsciente como para ello¡±, explica Heydarian.
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