Los dem¨®cratas temen el exceso de confianza ante la ventaja de Clinton
Un esc¨¢ndalo, un fallo de los sondeos o la desmovilizaci¨®n progresista pueden alterar la campa?a
La dem¨®crata Hillary Clinton ve cerca la victoria ante el republicano Donald Trump, pero ni ella ni sus seguidores quieren acabar de cre¨¦rselo. Adem¨¢s del debate del mi¨¦rcoles en Las Vegas, quedan demasiados d¨ªas para las elecciones del 8 de noviembre, demasiado margen para que salte un esc¨¢ndalo o una crisis nacional o internacional y demasiada incertidumbre ante este objeto pol¨ªtico no identificado llamado Trump. El republicano ya ha desmentido muchas verdades aceptadas en la pol¨ªtica estadounidense y aspira a desmentir otra: la de la fiabilidad de los sondeos, que coinciden en otorgar una ventaja s¨®lida a Clinton.
El mayor enemigo de los dem¨®cratas es hoy el exceso de confianza y la desmovilizaci¨®n en las urnas.
Clinton le saca a Trump 7,2 puntos de ventaja, seg¨²n la media de sondeos de la publicaci¨®n Real Clear Politics. En 2012, a falta de veinte d¨ªas para las elecciones, el republicano Mitt Romney aventajaba candidato dem¨®crata Barack Obama en 0,4 puntos. Obama acab¨® ganando las elecciones con una ventaja de casi 4% sobre Romney. Seg¨²n varios c¨¢lculos, Clinton es la favorita clara, con cerca del 90% de probabilidades de ser la pr¨®xima presidenta.
Estados que no estaban en disputa al inicio de la campa?a ¡ªfeudos republicanos como Arizona¡ª ahora lo est¨¢n. Los dem¨®cratas han enviado a hacer campa?a Arizona al senador Bernie Sanders, competidor derrotado de Clinton en las primarias, y a la primera dama, Michelle Obama.
Clinton afronta varios obst¨¢culos antes de cantar victoria. El primero es el debate de esta noche, el tercero y ¨²ltimo de esta campa?a entre los candidatos a presidente. Una actuaci¨®n brillante de Trump o desastrosa de Clinton podr¨ªa relanzar la carrera.
El segundo obst¨¢culo de Clinton es el goteo permanente de filtraciones?a la organizaci¨®n Wikileaks de correos de su equipo de campa?a. Los correos no han revelado ninguna noticia suficientemente explosiva para da?ar las posibilidad electorales de la candidata. Pero destapan detalles sobre el funcionamiento interno de la campa?a, ofrecen un retrato m¨¢s afinado de su visi¨®n del mundo y confirman su cercan¨ªa con Wall Street.
Un tercer obst¨¢culo ser¨ªa una crisis internacional o un atentado terrorista que provocase un vuelco en los sondeos. Ser¨ªa la famosa sorpresa de octubre, uno de los lugares comunes de las campa?as en EE UU.
Un cuarto obst¨¢culo para Clinton ser¨ªa que su ¨¦xito en los sondeos dejase a sus seguidores en casa el d¨ªa de las elecciones. La mitad de los votantes de Clinton justifica su opci¨®n con el argumento de que as¨ª evitar¨¢n que Trump llegue a la Casa Blanca, seg¨²n un sondeo de Reuters/Ipsos. Si la victoria de Clinton se da por segura de antemano y se reduce el miedo a que el republicanos ganen, una parte de estos votantes puede quedarse en casa.
Aqu¨ª entra en juego uno de los problemas de la campa?a de Clinton. Su principal activo, su mensaje, es impedir la victoria de Trump, y no un programa de cambio, ni una visi¨®n ilusionante para EE UU. Es cierto que ha pronunciado discursos sobre detalles de su pol¨ªtica y posee un control exhaustivo de los temas program¨¢ticos. Incluso ha publicado un libro con sus planes. Pero la estrategia de la candidata dem¨®crata ha consistido m¨¢s en mantener un tono bajo y ceder los focos al republicano, o en descalificar sus condiciones para ejercer de comandante en jefe.
Clinton est¨¢ logrando convertir las elecciones en un refer¨¦ndum sobre Trump. Es posible que, en caso de victoria, se cuestione su mandato para gobernar y que se alegue que gan¨® con votos cedidos, m¨¢s contra el republicano que a favor de ella.
Por eso Clinton deber¨ªa plantear en las pr¨®ximas semanas ¡°un argumento fuerte, afirmativo y convincente¡± para su presidencia, en palabras de Dan Balz, cronista pol¨ªtico del The Washington Post. A Clinton, escribe Balz, ¡°le queda poco tiempo para presentar un fundamento positivo y esperanzador para una posible presidencia¡±.
El quinto obst¨¢culo es la posibilidad de que los sondeos yerren estrepitosamente, que los instrumentos de la demoscopia no est¨¦n adaptados a un fen¨®meno nuevo como el de Donald Trump. O que haya un voto oculto ¡ªuna movilizaci¨®n fuera de los com¨²n del votante blanco sin t¨ªtulo universitario que constituye la base m¨¢s fiel del republicano¡ª y que la insatisfacci¨®n con las ¨¦lites y el sistema representados por Clinton sea mayor de lo anticipado.
Existe el precedente reciente de los refer¨¦ndums brit¨¢nico sobre la Uni¨®n Europea y colombiano sobre el proceso de paz, en los que los resultados desmintieron la mayor¨ªa de pron¨®sticos. La campa?a no ha terminado.
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