Valonia reniega del libre comercio entre despidos masivos

"Imagine cu¨¢ntas pymes hacen falta para crear 2.000 empleos". Desde hace dos a?os Roger Lenoble tiene tiempo para cuidar el jard¨ªn, salir a pasear e ir de pesca. Echando la ca?a estaba a comienzos de septiembre en el r¨ªo Semois, en pleno parque natural de Las Ardenas, cuando son¨® el tel¨¦fono. Era un trabajador de Caterpillar, su antigua empresa. "Ma?ana nos anuncian algo. Estoy asustado", oy¨® decir al otro lado del auricular. Minutos despu¨¦s, recog¨ªa sus ¨²tiles, dejaba las truchas seguir bajo el agua y regresaba a casa. Quer¨ªa estar junto a sus excompa?eros de planta. Prejubilado en 2014 a los 57 a?os junto a otros 1.330 empleados, la historia le sonaba familiar.

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Al d¨ªa siguiente, el fabricante de maquinaria dio a conocer el pr¨®ximo cierre de su factor¨ªa en Gosselies, en la periferia de Charleroi, que con sus 200.000 habitantes es la mayor ciudad de la regi¨®n belga de Valonia. Hasta su clausura definitiva en julio, los operarios acuden cada d¨ªa a su puesto en la inmensa explanada de la factor¨ªa, que ocupa 98 hect¨¢reas. All¨ª los espera Lenoble para saludarlos y soltar su sentencia: "Hay peque?as empresas que vienen a Valonia, pero eso no va a cubrir el vac¨ªo".

Las ¨²ltimas estad¨ªsticas oficiales confirman su pesimismo. En medio de la ca¨ªda del precio de las materias primas y la competencia salarial de otros destinos, la industria ha sido el sector que m¨¢s empleos ha destruido en la regi¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada. Hay casi 9.000 trabajadores menos que entonces y la espantada ha dejado llamativos esqueletos a su paso, hoy fantasmag¨®ricas visiones industriales: una valla verde coronada con alambre de espino impide la entrada a los altos hornos de la sider¨²rgica Carsid en Charleroi, un entramado de tubos y chimeneas de las que hace ocho a?os que no sale humo, situada a unos pocos kil¨®metros de la sentenciada a muerte Caterpillar. La compa?¨ªa anunci¨® su cierre temporal en 2008 y 1.000 trabajadores perdieron su empleo. Los planes para reflotarla no cuajaron. Nunca se reactiv¨®.

Valonia tiene 3,6 millones de habitantes, el 30% de la poblaci¨®n belga en el 55% de la superficie. El coraz¨®n industrial de B¨¦lgica reduce el ritmo de sus latidos a la misma velocidad que avanza el hast¨ªo frente a la globalizaci¨®n. Los ¨²ltimos sondeos muestran el ascenso imparable del PTB, el izquierdista Partido del Trabajo, que triplicar¨ªa su porcentaje de votos hasta situarse como tercera fuerza valona con el 16% de los sufragios. La formaci¨®n se ha valido de un potente discurso contra los tratados de libre comercio que la UE negocia con Canad¨¢ y Estados Unidos para ganar espacio al Partido Socialista.

Magnette, protagonista

"No s¨¦ si Magnette hubiera actuado igual si la oposici¨®n de izquierda no hubiera crecido tanto", deja caer Alain Pelgrims, delegado sindical de ArcelorMittal, l¨ªder sider¨²rgico mundial pero con una menguante presencia en Valonia tras la supresi¨®n de 1.300 empleos en 2013. El l¨ªder socialista, Paul Magnette, ahora c¨¦lebre por su f¨¦rrea oposici¨®n al acuerdo con Canad¨¢ por su falta de garant¨ªas frente al poder de las multinacionales, lleva a?os viendo los candados cerrarse sobre las rejas de las f¨¢bricas. Muchas de ellas han recibido millonarios subsidios p¨²blicos, como es el caso de Caterpillar, a la que Magnette acus¨® tras su marcha de tener un comportamiento propio del hampa.

El l¨ªder val¨®n no es, sin embargo, un advenedizo de la ret¨®rica antiglobalizaci¨®n. Sus posiciones, situadas a la izquierda de la socialdemocracia europea, m¨¢s cr¨ªticas frente al liberalismo y el laissez faire a las multinacionales, son conocidas por libros como La izquierda no ha muerto, en el que reclama una vuelta a las grandes ideas con el reparto m¨¢s equitativo de la riqueza como eje central. La dura batalla que ha planteado contra las presiones de Bruselas para firmar el CETA ha sido recibida por los trabajadores de la industria como una peque?a victoria frente al poder econ¨®mico. ¡°Estamos orgullosos de ser valones¡±, pregonan ante el inusitado protagonismo mundial de su regi¨®n.

Para sus habitantes, una Valonia sin industria parece tan inconcebible como un Par¨ªs sin turistas o una Alemania sin ingenieros. As¨ª lo percibe tambi¨¦n Roger Lenoble, que pas¨® 37 a?os convirtiendo cilindros de metal en engranajes para Caterpillar y ahora devuelve al r¨ªo las truchas peque?as que muerden su anzuelo. Las grandes tienen otro destino. ¡°Estoy orgulloso de anunciar que mantenemos el dividendo. Nuestro balance sigue dando se?ales de fortaleza gracias a la mejora de la estructura de costes¡±, anunci¨® el consejero delegado de Caterpillar hace 10 d¨ªas.