Europa busca que una polic¨ªa internacional garantice el alto el fuego en Ucrania
Las potencias europeas y Rusia comienzan a tantear f¨®rmulas para vigilar las zonas conflictivas
El Este de Ucrania se est¨¢ convirtiendo en un problema cr¨®nico, que mantiene movilizadas y en alerta a 70.000 personas como m¨ªnimo (entre militares regulares ucranios, milicias insurgentes, miembros de batallones de voluntarios y mercenarios) a lo largo de 480 kil¨®metros de la zona de separaci¨®n entre los territorios leales a Kiev y los controlados por las denominadas rep¨²blicas populares de Donetsk y Lugansk (RPD y RPL).
Los dirigentes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania (conocido como el cuarteto de Normand¨ªa) se reunieron el 19 de octubre a puerta cerrada en Berl¨ªn para dar un nuevo impulso a los estancados acuerdos de Minsk (septiembre de 2014 y febrero de 2015), que buscan acabar con el conflicto. La reuni¨®n no produjo avances sustanciales, aunque s¨ª reafirm¨® la falta de alternativas al proceso de Minsk y reforz¨® la idea de que se necesita alg¨²n contingente policial armado para garantizar el cumplimiento del alto el fuego ¡ªhasta ahora caprichoso y vol¨¢til¡ª, acordado en febrero de 2015.
El n¨²mero de muertos reconocidos en el conflicto en el Este de Ucrania se acerca a los 10.000. Tras el alto el fuego, la sangr¨ªa se redujo y los muertos civiles, por lo general v¨ªctimas casuales de una mina, una explosi¨®n o de una bala perdida, oscila entre dos y cinco personas al mes. De vez en cuando, un atentado de opaca procedencia acaba con la vida de alguno de los comandantes secesionistas m¨¢s destacados. El ¨²ltimo ha sido el ruso Ars¨¦n Pavlov, alias Motorola, un empleado de un centro de lavado de coches, que se transform¨® en el jefe del batall¨®n Esparta en la RPD. Su muerte, en un profesional atentado en un ascensor, fue acogida con satisfacci¨®n en Kiev y con pesar en Donetsk, y fue el tel¨®n de fondo de las conversaciones de Berl¨ªn. En la ciudad de Donetsk, el cad¨¢ver de "Motorola" fue despedido con honores de h¨¦roe y velado en el teatro de la Opera local.
Con el tiempo, las posiciones de los combatientes en la l¨ªnea de frente se han ido acercando y robando terreno a la zona desmilitarizada que fue acordada en Minsk. Para invertir este proceso y consolidar la separaci¨®n, Alemania propuso desmilitarizar tres peque?as ¨¢reas y extender despu¨¦s paulatinamente este micro modelo experimental a otras zonas. Bajo la ¨¦gida de la OSCE, el proyecto se est¨¢ realizando con ¨¦xito en dos de las tres zonas inicialmente elegidas y es previsible que los representantes de Kiev y de los insurgentes decidan pr¨®ximamente incorporar varias zonas m¨¢s al plan de desmilitarizaci¨®n. Los protagonistas del cuarteto de Normand¨ªa (Francia, Alemania, Ucrania y Rusia) buscan alg¨²n tipo de fuerza policial que pueda garantizar estos ¡°espacios de confianza¡±, pero de momento no han llegado a ponerse de acuerdo sobre qui¨¦n debe asumir la misi¨®n.
Rusia, que ha apoyado a los secesionistas desde el punto de vista econ¨®mico y militar, rechaz¨® la idea de un contingente pacificador de la ONU, pero, de entrada, parece receptiva a un contingente policial armado de la OSCE. Esta organizaci¨®n proporciona observadores, pero no tiene contingentes policiales armados y el intentar poner en pr¨¢ctica esta f¨®rmula supondr¨ªa un gran desaf¨ªo para la OSCE e incluso un cambio sustancial en su naturaleza, se?alan altas fuentes diplom¨¢ticas occidentales en Kiev. Ser¨ªa necesario que los 57 miembros de la OSCE llegaran a un consenso sobre la creaci¨®n del contingente policial, lo financiaran, lo organizaran. ¡°?Qui¨¦n en Europa tiene polic¨ªas que ofrecer teniendo en cuenta que las fuerzas del orden en la mayor¨ªa de ellos est¨¢n concentradas en la crisis de los refugiados y prevenci¨®n del terrorismo¡±, comentan las fuentes.
El ¨²ltimo punto de los acuerdos de Minsk es cerrar la frontera con Rusia y permitir que vuelvan a ella los guardafronteras ucranios. Antes, sin embargo, Ucrania debe aprobar cuatro leyes (de r¨¦gimen especial de los territorios, de amnist¨ªa, de elecciones y cambios en la Constituci¨®n). Las autoridades ucranias insisten en que la seguridad es previa a la pol¨ªtica y exigen un plazo de tres meses sin violencia para poner en marcha el proceso legislativo que hoy por hoy, est¨¢ bloqueado en la Rada Suprema (el Parlamento ucranio). En la sociedad y en la clase pol¨ªtica en Kiev predomina el ¡°deseo de venganza, de castigar a los separatistas, pero no de hacerles sentir parte de Ucrania¡±, afirma un diplom¨¢tico occidental, seg¨²n el cual ¡°este deseo de venganza va en aumento y se proyecta agresivamente contra aquellos que proponen un compromiso y el di¨¢logo con los insurgentes¡±.
Las encuestas confirman esta situaci¨®n. Seg¨²n un sondeo realizado en septiembre por el centro Razumkov, un 21% de la poblaci¨®n est¨¢ a favor de dar un estatus especial a los territorios insurgentes y por celebrar elecciones en ellos, pero un 30% aboga por declararlos oficialmente ocupados y aislarlos hasta recuperar el control de los mismos. Seg¨²n el mismo sondeo, un 18,5% est¨¢ a favor de continuar la denominada operaci¨®n Antiterrorista (ATO) hasta el control total; un 30% no sabe por qu¨¦ decantarse. A diferencia de Crimea, Rusia no se ha anexionado la RPD y la RPD ni las ha reconocido como pa¨ªses independientes. Sobre el terreno, las ¡°rep¨²blicas¡± cada vez est¨¢n m¨¢s integradas a Rusia, que los abastece, paga subsidios y pensiones y asegura su defensa y es el modelo de sus nuevos programas escolares, que prescinden del sistema educativo ucraniano en beneficio del ruso.
El viceministro ucraiano responsable de los territorios ocupados, Georgui Tuka, cree que el tiempo disponible para reintegrar los territorios insurgentes es muy limitado y que, dentro de muy poco ser¨¢ ya demasiado tarde. A la larga las ¡°rep¨²blicas populares¡± de Donetsk y Lugansk pueden convertirse en una r¨¦plica del Transdni¨¦ster o el Norte de Chipre.
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