Tras el ISIS, las campanas vuelven a sonar en Bartella
Las fuerzas iraqu¨ªes se consolidan en poblaciones cristianas en su ofensiva hacia Mosul
El padre David tiene el aspecto de un santo antiguo. Una barba larga y canosa, una actitud solemne y un caminar delicado a pesar de que est¨¢ pisando un terreno polvoriento. En unos minutos volver¨¢ a visitar su parroquia en la ciudad cristiana de Bartella, de la que huy¨® hace dos a?os cuando el Estado Isl¨¢mico la ocup¨®. El ej¨¦rcito iraqu¨ª ha avanzado, los yihadistas han retrocedido. Padre, le advierten, no vaya a entrar ah¨ª sin chaleco antibalas ni casco, todav¨ªa es peligroso. El de arriba me protege, contesta, no os preocup¨¦is. De todos modos, por si su Dios no est¨¢ al tanto de la letra peque?a, donde dice que los radicales huyen pero van dejando atr¨¢s explosivos caseros y suicidas escondidos bajo tierra, el cura entra en la ciudad protegido por las fuerzas especiales, la tropa de ¨¦lite entrenada por Estados Unidos.
En el s¨¦ptimo d¨ªa de ofensiva sobre Mosul, el ej¨¦rcito de Bagdad logr¨® consolidarse en Bartella, una de las poblaciones m¨¢s importantes de la regi¨®n asiria de Nivia. A solo 20 kil¨®metros del basti¨®n del ISIS. El cerco se estrecha. La batalla final est¨¢ m¨¢s cerca. El avance de kurdos e iraqu¨ªes sobre los yihadistas en el norte de Irak est¨¢ dejando a su paso pueblos devastados, algunos al borde de la extinci¨®n. Bartela, aunque sigue en pie, parece una ciudad a la que le han dado un gran mordisco.
La entrada es un gran paraje desolado. No se ve ni un alma. Kil¨®metros de naturaleza muerta. Los edificios derruidos se suceden a uno y otro lado. Estos son los estragos m¨¢s visibles de la guerra. Las tropas, despu¨¦s de varios d¨ªas de intensa lucha, por fin se han establecido en uno de los distritos de la entrada. Algunos soldados lavan la ropa sudada y llena de arena despu¨¦s de varios d¨ªas de guerrear en este desierto rodeado de monta?as, pero otros siguen alerta porque los yihadistas han huido dejando un reguero de bombas caseras, las mismas con las que la insurgencia iraqu¨ª min¨® la moral de los marines estadounidenses hace diez a?os.
En Bartella hab¨ªa cinco iglesias y los yihadistas han echado a bajo las dos m¨¢s antiguas. Por lo que quedan tres. Una de ellas es la de Mart Shmony, a la que se llega despu¨¦s de recorrer varias calles reci¨¦n liberas. Se lee en un graffiti de la pared una afirmaci¨®n ya refutada: ¡°El Estado Isl¨¢mico permanecer¨¢ por la gracia de Dios¡±. Caminen por el centro, no toquen nada, los explosivos est¨¢n escondidos en cualquier sitio, advierte el coronel iraqu¨ª que gu¨ªa la visita a la iglesia. Al llegar, un intenso olor a incienso recibe a los visitantes.
Cuando llegaron hasta aqu¨ª espoleados por la toma de Mosul, los radicales les dieron varias opciones a los 15.000 cristianos que viv¨ªan en la ciudad. Pod¨ªan convertirse a su idea extremista y violenta del islam o pagar unos impuestos con los que aportar a la causa. La gran mayor¨ªa opt¨® por la ¨²ltima opci¨®n y en la ciudad se quedaron los vecinos mahometanos m¨¢s conservadores y nuevas familias venidas de fuera. El ISIS impuso su doctrina.
Ahora, tras su derrota en esta ciudad, han dejado atr¨¢s una iglesia cuya primera imagen es un santo desconocido decapitado. El edificio est¨¢ quemado, el atrio destruido y las p¨¢ginas de la Biblia en ¨¢rabe est¨¢n desperdigadas por el suelo. Varios rosarios est¨¢n pisoteados. En un s¨®tano hay un cad¨¢ver momificado, nadie sabe decir de qui¨¦n. Las campanas vuelven a sonar pero viendo el panorama no es exagerado decir que todav¨ªa queda un buen rato para que aqu¨ª se vaya a celebrar misa. Aunque los iraqu¨ªes se han hecho con este territorio, estos dejar¨¢n pasos a unas milicias cristianas que se encargar¨¢n de la seguridad local, tuteladas por la administraci¨®n kurda. Como antes de la llegada de los barbudos.
La victoria en Bartella constata que el avance, apoyado desde el aire por la coalici¨®n liderada por EE?UU, sigue adelante. En la misma jornada los kurdos anunciaron que, por fin, despu¨¦s de cuatro d¨ªas de combate a cara de perro, hab¨ªan conseguido hacerse en otro frente con la ciudad de Bashiqa. Los medios kurdos llegaron a anunciar por la ma?ana que hab¨ªa tropas entrando en Mosul pero no hay evidencias de que haya sido as¨ª.
El padre David volvi¨® sano y salvo de su primera visita a la vieja parroquia. ?l dir¨¢ p¨²blicamente que cont¨® con ayuda divina, pero los hechos comprobados es que un escuadr¨®n chi¨ª, del ej¨¦rcito iraqu¨ª, se ocup¨® por completo de su seguridad. La fe puede que ayude mucho pero nunca est¨¢n de m¨¢s las ayudas terrenales.
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