El comedor del Bundestag no es lugar para africanos
Karamba Diaby, primer parlamentario alem¨¢n negro, narra en un libro sus experiencias de racismo
Nada m¨¢s recibir a EL PA?S en su despacho, Karamba Diaby aclara que su nombre de pila no tiene nada que ver con la palabra hom¨®nima espa?ola. "Muchos hispanos me lo preguntan. Pero Karamba es una abreviatura que en mi idioma natal, el mandinga, significa profesor", asegura en un alem¨¢n impecable con acento franc¨®fono. Diaby se hizo famoso en 2013. Los medios lo presentaron entonces con la etiqueta de "primer diputado alem¨¢n negro". Como recuerdo de esos d¨ªas de atenci¨®n p¨²blica, muestra orgulloso un libro que encuadern¨® con vistosas tapas rojas donde recopil¨® todas sus entrevistas, del New York Times a Al Jazeera. Pero estamos aqu¨ª para hablar de otro libro: el que acaba de publicar para mostrar que,?incluso cuando uno logra metas impensables, el racismo contin¨²a all¨ª.??
Lo comprob¨® en su primer d¨ªa como parlamentario socialdem¨®crata. "No, usted no", le espet¨® la cajera del comedor de diputados, dando por hecho que ese no era su lugar. Diaby no le da mucha importancia a este episodio. Le duele m¨¢s lo ocurrido en la estaci¨®n de trenes de Halle, la ciudad de Alemania oriental a la que lleg¨® en los a?os ochenta a estudiar con una beca y de la que jam¨¢s se march¨®. All¨ª la polic¨ªa le par¨® y le pidi¨® los papeles por un ¨²nico motivo: su piel negra.
Esta pr¨¢ctica ¡ªcon nombre ingl¨¦s: racial profiling¡ª?no es algo anecd¨®tico. "A m¨ª solo me pas¨® una vez. Pero s¨¦ que otras personas lo sufren habitualmente. Por eso lo hice p¨²blico. He querido usar mi experiencia para llamar la atenci¨®n sobre estos problemas", asegura.
M¨¢s all¨¢ de casos concretos, Diaby se ha propuesto luchar contra los prejuicios. Contra todos. Quiere demostrar que un musulm¨¢n hu¨¦rfano nacido en Senegal puede llegar a diputado en Berl¨ªn. Y pide que no le hablen en ingl¨¦s dando por supuesto que no entiende el alem¨¢n. Pero tambi¨¦n quiere desechar otro tipo de estereotipos: los que rodean a los ossis (alemanes orientales). Ni son todos racistas; ni el racismo es algo exclusivo de esta regi¨®n del pa¨ªs. Por todo ello ha escrito Con Karamba al Bundestag. Mi camino de Senegal al Parlamento alem¨¢n.
La legislatura de Diaby en el Parlamento ha coincidido con un fuerte aumento de los ataques a refugiados y con la irrupci¨®n del partido ultraconservador antiinmigraci¨®n Alternativa para Alemania (AfD). Los cr¨ªmenes xen¨®fobos aumentaron en 2015 un 116%, seg¨²n un informe del Gobierno hecho p¨²blico esta semana. "La xenofobia no es ahora solo un problema de j¨®venes radicales. Estas tendencias han pasado a ocupar un espacio central en la sociedad", a?ade.
Es un panorama muy distinto del que se encontr¨® en la Rep¨²blica Democr¨¢tica, a la que lleg¨® en 1985 para estudiar primero alem¨¢n, y luego qu¨ªmica. "En mi ¨¦poca de estudiante no sufr¨ª pr¨¢cticamente ninguna discriminaci¨®n. Aunque s¨¦ que entonces tambi¨¦n hab¨ªa racismo", contin¨²a. En plena conversaci¨®n, la voz de un micr¨®fono irrumpe en el despacho. Procede del plenario, y reclama la presencia de los diputados. Pero a Diaby, centrado en asuntos de educaci¨®n y derechos humanos, no le corresponde ir a votar.
?C¨®mo se explica que en Sajonia-Anhalt, el Estado oriental donde sali¨® elegido, AfD se haya convertido en la segunda fuerza pol¨ªtica, por delante de los socialdem¨®cratas? "AfD se vale del miedo que siente mucha gente ante los cambios sociales". ?Los definir¨ªa como racistas? "A los votantes no quiero insultarlos. Muchos apoyaban antes a partidos tradicionales y pueden ser recuperados. Pero en la c¨²pula del partido s¨ª hay personas con ideas racistas", concluye. Diaby, que aspira a repetir mandato tras las elecciones del pr¨®ximo a?o, lo tendr¨¢ ahora mucho m¨¢s dif¨ªcil.
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