El partido de los que no votan
?Hasta d¨®nde llega el desencanto y d¨®nde empieza la protesta de los que prefieren no votar?
Preocupa cada vez m¨¢s el llamado partido de los "sin voto¡±, que en las ¨²ltimas elecciones ha llegado, en algunas ciudades, a superar los votos recibidos por el vencedor sumadas las abstenciones y los nulos y blancos.
M¨¢s del autor
?Es s¨®lo un gesto de disgusto con la pol¨ªtica o algo m¨¢s?
?Hasta d¨®nde llega el desencanto y d¨®nde empieza la protesta?
Es democr¨¢tico porque est¨¢ previsto por la ley. ?Es tambi¨¦n un voto ¨²til? Quiz¨¢s, no. O mejor, es ¨²til para los candidatos que disputan la elecci¨®n, sobre todo para el que lidera la pugna.
Seg¨²n el jurista formado en Harvard Joaquim Falc?o, es ilusorio creer que existe el no voto. ¡°Quien no participa, acepta, contribuye, se resigna con el resultado probable¡±. Y a?ade: ¡°En el fondo vota en quien va a ganar¡±, afirma en un art¨ªculo de O Globo.
No existe, por tanto, seg¨²n ¨¦l, la posibilidad de lavarse las manos, pues quien no vota est¨¢ tambi¨¦n votando.
?Es s¨®lo eso, o existe algo m¨¢s profundo en el actual abandono del voto por parte de millones de brasile?os?
?De qui¨¦n la culpa de esta paradoja de que no votar es votar en el que va a ganar? Se trata de un problema grave para la democracia. Sin duda, la culpa no es del elector desilusionado con la pol¨ªtica, sino del sistema de democracia representativa actual.
Seg¨²n Harvard Joaquim Falc?o no existe la posibilidad de lavarse las manos, pues quien no vota est¨¢ tambi¨¦n votando
La soluci¨®n ser¨ªa un cambio radical de la ley electoral, empezando porque el voto, en Brasil, como en la gran mayor¨ªa de las democracias del Planeta, sea libre y no obligatorio.
Las leyes deber¨ªan permitir que llegaran a la pol¨ªtica quienes de verdad desean empe?arse en el bien de la sociedad y no en alcanzar el poder con todos los privilegios que conlleva.
Hoy existe casi una casta de candidatos, a veces clanes familiares, que son los que acaban present¨¢ndose y eligi¨¦ndose.
Al final, la clave de la corrupci¨®n pol¨ªtica est¨¢ ah¨ª, ya que hoy en d¨ªa las campa?as electorales son car¨ªsimas. Nadie se elige sin mucho dinero a disposici¨®n. ?C¨®mo cambiar eso?
Es cierto que seg¨²n la ley, como afirma el jurista brasile?o, el elector acaba siendo culpable del resultado de la elecci¨®n vote o no.
Sin embargo, en este momento, creo que la protesta que implica el no votar o la anulaci¨®n del voto va m¨¢s all¨¢. Es tan alta, que aun no influenciando el resultado final, es un aviso a la clase pol¨ªtica.
?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si en un pa¨ªs como este donde el voto es obligatorio, el 80% dejara de votar? ?Y si nadie votara?
El inter¨¦s por participar a la vida p¨²blica es se?al de una democracia viva y consciente.
La protesta que implica el no votar o la anulaci¨®n del voto va m¨¢s all¨¢. Es tan alta, que aun no influenciando el resultado final, es un aviso a la clase pol¨ªtica
Del mismo modo, el desprecio por el voto, el desinter¨¦s por lo p¨²blico, el rechazo hacia quienes se presentan para ser elegidos, son la peor alarma de que algo no funciona.
Una democracia que aparece secuestrada por intereses bastardos de pol¨ªticos cada vez m¨¢s comprometidos con el crimen y m¨¢s alejados de la realidad viva de la gente lleva en su seno g¨¦rmenes de fascismo.
El partido del no voto parece querer lanzar una alerta en Brasil que los pol¨ªticos deber¨ªan atender.
Y el 2018 est¨¢ ah¨ª. Una fecha que podr¨ªa decidir y comprometer el futuro del pa¨ªs. Ser¨¢n las presidenciales del post -impeachment y del post - Lava Jato. ?Tendr¨¢n los brasile?os un candidato verdaderamente ficha limpia a qui¨¦n confiar la esperanza y bienestar suya y de sus hijos?
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