Joder a M¨¦xico
Pe?a Nieto realiz¨® una expiaci¨®n de culpas ante un p¨²blico que ni siquiera se lo ped¨ªa
Un centro delantero podr¨ªa decirlo en una rueda de prensa al final de un partido desastroso: ¡°Ning¨²n jugador que porta el n¨²mero nueve en la camiseta se despierta pensando c¨®mo fallar los goles¡±. Lo dir¨ªa en tono compungido y avergonzado porque justamente ese d¨ªa err¨® goles cantados. El subtexto de esta frase no es otro que ¡°No fue deliberado, pero sucedi¨®¡±. Lo podr¨ªa decir tambi¨¦n un arquitecto a quien por alguna raz¨®n se le ha derrumbado un puente reci¨¦n terminado: ¡°Nadie se despierta pensando en construir una obra para que se desplome¡. Simplemente sucedi¨®¡±.
Este martes, ante empresarios y periodistas, el presidente Enrique Pe?a Nieto utiliz¨® un fraseo, improvisado pero revelador de su verdadero estado de ¨¢nimo. ¡°Nadie despierta, un presidente no creo que se levante ni creo que se haya levantado pensando, y perd¨®n que lo diga, c¨®mo joder a M¨¦xico, siempre pensando en c¨®mo hacer las cosas bien para M¨¦xico¡±. De nuevo el subtexto obvio es el mismo del centro delantero sin punter¨ªa: no me levanto pensando en fallar, siempre intento hacer lo mejor para mi equipo, pero los goles no entran. En otras palabras, ¡°si la jod¨ª, no es por falta de voluntad o de empe?o¡±.
Extra?a y sorprendente elecci¨®n de palabras por parte del presidente. Una expiaci¨®n de culpas ante un p¨²blico que ni siquiera se lo exig¨ªa. ¡°No me levanto pensando en joder a M¨¦xico¡ simplemente sucedi¨®¡±. No s¨¦ qu¨¦ cosas estar¨ªan carcomiendo el ¨¢nimo del mandatario para recurrir a una expresi¨®n tan ajena al discurso triunfalista con el que suele evadir las tormentas y esc¨¢ndalos que han sacudido a su Gobierno en los ¨²ltimos meses. Quiz¨¢ obedezca a la frecuencia cada vez mayor con la que ha tenido que reconocer su error al invitar a Donald Trump a Los Pinos, o al doloroso golpe que supone ver pr¨®fugo al exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, a quien alguna vez puso como ejemplo de la nueva generaci¨®n de dirigentes priistas; o simplemente al efecto acumulado de las malas noticias de la econom¨ªa, el imperio imbatible del crimen organizado o a los terribles ¨ªndices de desaprobaci¨®n presidencial entre la opini¨®n p¨²blica.
No s¨¦ si existe alg¨²n desarrollo espec¨ªfico de la terapia psicol¨®gica aplicable a la interpretaci¨®n de los comportamientos espec¨ªficos que provoca el ejercicio del poder, particularmente el poder absoluto y sus muchos autoenga?os. Para seguir con el s¨ªmil deportivo recuerdo el extra?o, pero muy ejemplificativo t¨ªtulo de un libro de Peter Handke, El miedo del portero al penalti, en el que abordaba la crisis de responsabilidad, la carencia de comunicaci¨®n real y humana, el aislamiento de todo aquel que afronta en solitario la convicci¨®n de sentirse responsable de la suerte de los dem¨¢s. Una sensaci¨®n que lo encumbra en la monta?a rusa de hoy saberse h¨¦roe y ma?ana v¨ªctima del resentimiento generalizado o culpable del infortunio de todos.
Estoy convencido de que, en efecto, ning¨²n presidente se despierta en las ma?anas pensando c¨®mo joder a su pa¨ªs. Y Pe?a Nieto no es la excepci¨®n, pese al extra?o exabrupto de este martes. El problema son los atavismos arraigados de la cultura pol¨ªtica que forman parte de su ADN y reproducen actitudes y comportamiento que le llevan a seguir fallando goles o dise?ando puentes agrietados.
Este martes, poco despu¨¦s de su extra?a frase, la oficina presidencial envi¨® al Senado la propuesta para designar como nuevo procurador de la rep¨²blica y Fiscal General del pa¨ªs por los siguientes nueve a?os a Ra¨²l Cervantes, quien fuera abogado personal de Pe?a Nieto durante su campa?a presidencial en el 2012, y es primo de Humberto Castillejos Cervantes, el consejero jur¨ªdico de la oficina presidencial. Entre otras cosas el Fiscal General ser¨¢ responsable de las indagatorias que se realicen sobre la actual administraci¨®n una vez que concluya el sexenio. Un blindaje vergonzoso por decir lo menos.
No. Nadie amanece intentando joder a M¨¦xico, pero al final del d¨ªa por una u otra raz¨®n se acaba por conseguirlo.
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