El ef¨ªmero secuestro de una septuagenaria que incrimin¨® a dos cocineros franceses
Jacqueline Veyrac, de 76 a?os, magnate de la hosteler¨ªa, escap¨® sana y salva del rapto minuciosamente organizado con la ayuda de un paparazi y un exmilitar
Maniatada, con cinta adhesiva tap¨¢ndole los ojos y la boca, la adinerada Jacqueline Veyrat pas¨® la semana pasada 48 horas en el suelo de una deteriorada furgoneta Renault Kangoo aparcada en un barrio residencial de Niza. Hab¨ªa desaparecido el pasado d¨ªa 24 cuando sal¨ªa de su casa, en el bulevar Gambetta, a espaldas del lujoso hotel Negresco, toda una referencia de la Costa Azul.
Nadie imagin¨® entonces la mara?a de siniestros personajes que protagonizaban esta historia que no deja de sorprender m¨¢s y m¨¢s con cada avance de la investigaci¨®n. El relato tiene su origen en 2007. Jacqueline Veyrac, propietaria de fruct¨ªferos negocios tur¨ªsticos como el Grand Hotel de Cannes, de cinco estrellas, decidi¨® ese a?o alquilar su restaurante La R¨¦serve, en primera l¨ªnea de costa, sobre el acantilado, al lado del Club N¨¢utico de Niza.
Dos ambiciosos cocineros hab¨ªan decidido jugar fuerte y hacerse aut¨®nomos. Uno era el italiano Giuseppe Serenna, originario de Tur¨ªn, el que m¨¢s dinero propio invirti¨® en la aventura. El otro, el jefe de cocina Jouni Tormanen, finland¨¦s, ya premiado en anteriores trabajos incluso por la prestigiosa gu¨ªa Michelin cuando los dos explotaban L?Atelier du Go?t, tambi¨¦n en Niza.
La pareja de socios se jug¨® el todo por el todo en La R¨¦serve. Remodelaron el local, contrataron a 46 personas y se dejaron all¨ª ahorros y pr¨¦stamos. Dos a?os despu¨¦s, el cuento de la lechera salt¨® por los aires. El restaurante entr¨® en liquidaci¨®n judicial.
¡°Me arriesgu¨¦ y me dej¨¦ hasta las plumas¡±, dijo entonces Serenna. ¡°Jugu¨¦ a lo grande, pero no somos deshonestos. No lo hemos conseguido. Hemos pagado los efectos de la crisis¡±. Pero las deudas solo recayeron sobre la pareja de cocineros, que intentaron in¨²tilmente revisar el contrato de alquiler con la propietaria, la sociedad SARL La R¨¦serve, de Jacqueline Veyrac.
El paparazi conocido como Tintin coloc¨® a la se?ora Veyrac una baliza en su coche para seguirla por GPS
Desde entonces, arruinados, Serenna y Tormanen no han dejado ni un solo d¨ªa de dise?ar su venganza contra la rica Veyrat. Hace tres a?os, la mujer ya fue objeto de un frustrado intento de secuestro. Nadie lo relacion¨® entonces con la fracasada aventura culinaria.
Esta vez, cre¨ªan haberlo preparado mejor. Involucraron en los preparativos a un fot¨®grafo de prensa, Luc G., reconvertido en paparazi y ya con problemas con la justicia por unas fotos robadas de Carolina de M¨®naco. Conocido como Tintin, Luc colabor¨® en los preparativos del secuestro y coloc¨® en el coche de la se?ora Veyrac un sistema de seguimiento permanente por GPS.
Otro personaje no menos curioso y enigm¨¢tico figura entre los siete detenidos hasta ahora. Ni m¨¢s ni menos que un brit¨¢nico exmiembro de las fuerzas especiales de Su Majestad que, venido a menos tras su reconversi¨®n en fracasado detective, dorm¨ªa ahora como un mendigo m¨¢s en una tienda de campa?a plantada, c¨®mo no, en pleno Paseo de los Ingleses.
Es ah¨ª, cerca de la casa de la potentada, donde el reconvertido yihadista Lahouajej Bouhlel mat¨® a 85 personas el pasado 14 de julio cuando se lanz¨® con un cami¨®n alquilado contra la multitud que presenciaba los fuegos artificiales.
El exmilitar convertido en mendigo es acusado de pasar a los secuestradores detalladas informaciones de los movimientos de la empresaria
Al antes militar y ahora mendigo le acusan de haber pasado a los secuestradores abundante informaci¨®n sobre los movimientos de la ilustre se?ora. Desde su privilegiado puesto de vig¨ªa en la indigencia, en pleno paseo mar¨ªtimo, observaba a diario los paseos de la empresaria, sus paradas para tomar caf¨¦ en las terrazas o los movimientos en coche.
El chapucero rapto de la septuagenaria se ha resuelto en pocos d¨ªas. As¨ª lo creen la polic¨ªa y el fiscal de Niza, Jean-Michel Pr¨ºtre. Tras encerrarla en la Kangoo a la que hab¨ªan puesto matr¨ªculas falsas, los promotores del secuestro intentaron conseguir un suculento rescate. La mujer no paraba de moverse en la furgoneta, sus vigilantes acudieron al lugar dos veces para volver a maniatarla y, finalmente, un vecino avis¨® a la polic¨ªa.
El fiscal se ha deshecho en elogios a la fortaleza de la mujer, a su ¡°resistencia¡±. Pese a su edad y su posici¨®n social, ¡°jam¨¢s se rindi¨®¡± ante sus mafiosos aprendices mientras ¡°sufr¨ªa un calvario¡± en los dos d¨ªas, el 24 y el 25, en que estuvo encerrada. Al ser liberada, ten¨ªa heridas en las mu?ecas y los tobillos. Eran las huellas de sus esfuerzos por quitarse las ataduras.
Hoy, el restaurante La R¨¦serve lo explota otro cocinero, S¨¦bastien Mahuet. En su publicidad, dice que el local ¡°no deja a nadie indiferente¡±. A partir de ahora, mucho menos.
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