Chile post municipales
La alta abstenci¨®n coloca sombras de incertidumbre
Las elecciones municipales en Chile vienen resultando un gui¨®n conocido que trae a la mesa como convidada, y no precisamente de piedra, una abstenci¨®n en aumento. Ya en las del a?o 2012, el entonces presidente Pi?era afirm¨® que su alza, en torno al 60%, constitu¨ªa una se?al de alerta. De ellas tambi¨¦n eman¨® el triunfo para la otrora Concertaci¨®n, anticipando un retorno a La Moneda que se concretar¨ªa de la mano de Michelle Bachelet.
Sin embargo, las elecciones del 23 de octubre pasado fueron, en algunos aspectos, in¨¦ditas. Por un lado, debut¨® una regulaci¨®n que, surgida como resultado de los esc¨¢ndalos de financiamiento de la pol¨ªtica, restringi¨® la propaganda electoral. A pocos d¨ªas de las votaciones se tuvo conocimiento del cambio inconsulto, y por tanto ilegal, del domicilio electoral de cerca de medio mill¨®n de personas. Adem¨¢s de erosionar la confianza en el padr¨®n, vino a mostrar un problema m¨¢s en la gesti¨®n de un Estado no tonificado para las reformas que enfrenta. En tercer lugar, no se puede acusar d¨¦ficit de oferta: la cantidad de candidatos fue in¨¦dita, contrastando con la disminuci¨®n de votantes. Por ¨²ltimo, se realizaron con una carrera presidencial ya lanzada lo que resulta una anomal¨ªa ya que, tradicionalmente, han sido su antesala.
Aunque no es posible una lectura lineal, lo m¨¢s llamativo es el porcentaje de abstenci¨®n, de 66%. El fen¨®meno, visto en el pasado como algo residual e, incluso, como indicador de la normalidad de la transici¨®n, ha devenido en estructural e instala la sensaci¨®n de un disenso difuso que puede activarse en cualquier momento.
Entre los triunfos, destaca el de Jorge Sharp. El futuro alcalde del emblem¨¢tico puerto de Valpara¨ªso est¨¢ ligado al ex l¨ªder estudiantil y hoy diputado Gabriel Boric cuyo Movimiento Autonomista pugna, con otras fuerzas de izquierda, por convertirse en la versi¨®n austral del espa?ol Podemos. En tercer lugar, la coalici¨®n de centro derecha Chile Vamos triunf¨® en comunas emblem¨¢ticas, aumentando su porcentaje de votaci¨®n y el n¨²mero de alcaldes electos. Aunque el oficialismo obtuvo mayor¨ªa en concejales, su alusi¨®n tard¨ªa por parte de la propia presidenta le facilit¨® a la oposici¨®n otro triunfo, tanto o m¨¢s importante que el electoral: el de la comunicaci¨®n oportuna.
Adicionalmente, quiz¨¢s como reflejo de una agenda de g¨¦nero que carece del impulso y la vistosidad que tuviera durante su primer mandato, la presencia de mujeres a la cabeza de alcald¨ªas baj¨® de 12,5% a 12,1%. El resultado es coherente, por un lado, con los datos que arroja la und¨¦cima versi¨®n de la encuesta de la Corporaci¨®n Humanas que revel¨® recientemente que las mujeres chilenas siguen sinti¨¦ndose igual de discriminadas que en 2005. Hoy 86% lo percibe as¨ª contra los 87% de hace once a?os. Por otro, con la ca¨ªda de Chile del lugar 63 al 70 en el reporte de brecha de g¨¦nero del Foro Econ¨®mico Mundial del a?o 2016. En Am¨¦rica Latina, el pa¨ªs qued¨® en noveno lugar.
En primera instancia, ello le allana a la centro derecha el camino para llegar al poder en 2017 y acelera, por otra parte, una discusi¨®n en el oficialismo acerca de su proyecci¨®n. En todo caso, las dudas no son de ahora. Desde el primer d¨ªa, activ¨¢ndose en forma intermitente por la presencia en su interior de dos partidos, en principio, antit¨¦ticos como el dem¨®crata cristiano y el comunista, el conglomerado ha venido debati¨¦ndose interna y hamletianamente acerca de ser una simple alianza electoral (acuerdo pol¨ªtico-program¨¢tico) o un pacto de gobierno.
Los resultados han dejado tras de s¨ª una extendida sensaci¨®n de pato cojo, con cambios inconclusos en los elencos y manteniendo intocados a los ministros del equipo pol¨ªtico, que se encuentran bajo fuego. Por estos d¨ªas, la Democracia Cristiana exige un nuevo trato. Aunque el proceso constituyente ha visto reducido su presupuesto, lo que es una se?al, demanda un mayor acotamiento mayor de las prioridades y mejorar la articulaci¨®n y la coordinaci¨®n.
Pero esos no son los ¨²nicos dilemas. Por un lado, para lo que resta de gobierno, deber¨¢ revisarse la coherencia ya que, por un lado, se entregan se?ales de tranquilidad nombrando como presidente del Banco Central a Mario Marcel, padre de la regla fiscal y de la reforma previsional mientras se insiste en continuar con aspectos controvertidos de la reforma laboral como la polifuncionalidad contractual.
Por otro, la propia contienda presidencial. Si bien la abstenci¨®n coloca sombras de incertidumbre, debiera servir para definir el rumbo que el pa¨ªs seguir¨¢. Parece evidente la imposibilidad de retornar a la idea del estado liberal y de car¨¢cter m¨ªnimo, con acento en el mercado y la auto regulaci¨®n pero, por otra parte, el modelo social-burocr¨¢tico del siglo XX que impulsa la Nueva Mayor¨ªa, que alimenta el corporativismo y margina al tercer sector, est¨¢ muy lejos de concitar entusiasmo.
*Mar¨ªa de los Angeles Fern¨¢ndez-Ramil es creadora de @Hay_Mujeres y acad¨¦mica de la Universidad de Talca.
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