Clinton y Trump descargan la artiller¨ªa final en los Estados clave

Los itinerarios de los candidatos reflejan sus c¨¢lculos sobre d¨®nde creen que pueden ganar. Trump viaj¨® este viernes a New Hampshire, Ohio y Pensilvania. Entre el s¨¢bado y el lunes, ser¨¢ el turno de Florida, Carolina del Norte, Nevada, Colorado, Iowa, Wisconsin y de nuevo New Hampshire, donde celebrar¨¢ su acto final de campa?a. Clinton est¨¢ este viernes en Pensilvania, Michigan y Ohio, y el s¨¢bado viajar¨¢ a Florida. El lunes, los matrimonios Clinton y Obama cerrar¨¢n la campa?a en Filadelfia.

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Trump cuenta con un reducido grupo de colaboradores: su familia y el aspirante a vicepresidente, Mike Pence. Clinton ha contado estas semanas con su marido, el expresidente Bill, con el actual comandante en jefe, Barack Obama, con el vicepresidente Joe Biden, con el senador socialista y exrival en las primarias Bernie Sanders, con la primera dama Michelle Obama¡­ Un dream team que pocos habr¨ªan podido so?ar. Adem¨¢s de los m¨ªtines por los Estados clave, puede influir en el resultado la capacidad de cada candidato para sacar a miles de voluntarios a la calle este fin de semana y llamar puerta a puerta para movilizar a sus potenciales votantes.

Pero raramente unas elecciones se deciden en los ¨²ltimos metros. Lo habitual es que las tendencias que se han consolidado en los meses anteriores se vean confirmadas en las urnas. En este caso significar¨ªa que Clinton derrotar¨ªa a Trump. Nunca, desde que en julio consiguieron la nominaci¨®n de sus respectivos partidos, ha visto peligrar su ventaja ¡ªventaja leve pero confirmada por sondeo tras sondeo¡ª ni la otra ventaja, la de la demograf¨ªa. Este es un pa¨ªs que cada vez se parece m¨¢s al electorado dem¨®crata ¡ªm¨¢s multicultural, m¨¢s hispano¡ª y menos al republicano, cuya base m¨¢s s¨®lida son los varones de raza blanca y origen europeo.

Campa?a sin precedentes

Pero la antipat¨ªa que provoca Clinton en amplios sectores de la poblaci¨®n, incluso progresistas, el hartazgo con unas ¨¦lites a las que la candidata dem¨®crata est¨¢ irremediablemente asociada, y la novedad del fen¨®meno Trump desaconsejan cualquier vaticinio. No hay precedentes que permitan comparar: esta elecci¨®n es un experimento sobre qu¨¦ ocurre cuando un ente extra?o a la pol¨ªtica irrumpe en la campa?a del pa¨ªs m¨¢s poderoso del planeta.

Las noticias de la ¨²ltima semana han modificado los c¨¢lculos. Lo que parec¨ªa que iba a ser un final de campa?a en forma de paseo triunfal de la dem¨®crata hace diez d¨ªas, se ha convertido en una cuenta atr¨¢s ag¨®nica. La injerencia en la campa?a de la Oficina Federal de Investigaciones, el FBI, una instituci¨®n que deber¨ªa quedar al margen de los partidos, ha puesto el tablero patas arriba.

Desde que hace una semana el director del FBI, James Comey, inform¨® al Congreso por carta de que sus agentes examinar¨ªan unos correos electr¨®nicos asociados a Clinton, nada ha sido igual. A la carta de Comey se han sucedido filtraciones desde el FBI y otros organismos para da?ar a los candidatos.

Lo que parec¨ªa que iba a ser un final de campa?a en forma de paseo triunfal de la dem¨®crata hace diez d¨ªas, se ha convertido en una cuenta atr¨¢s ag¨®nica

Es dudoso que estos correos aporten informaci¨®n nueva sobre un caso que Comey hab¨ªa dado por cerrado: el del uso indebido por Clinton de un servidor privado cuando era secretario de Estado. Tampoco est¨¢ claro su efecto real en los sondeos. Pero el caso ha puesto a la candidata dem¨®crata a la defensiva y ha servido a los republicanos para resucitar el fantasma de los esc¨¢ndalos de los Clinton: el psicodrama de casos reales e inventados en que se convirti¨® la presidencia de Bill Clinton en los a?os noventa.

Trump advierte de que el caso de los emails impedir¨¢ a Hillary Clinton gobernar con tranquilidad desde el primer d¨ªa. Clinton, que se ha esforzado durante meses para colocar el foco sobre las flaquezas pol¨ªticas y personales de Trump, se encuentra ahora en el papel de ser ella la que debe dar explicaciones.

Clinton conf¨ªa en que su muro de contenci¨®n ¡ªlos Estados fieles al Partido Dem¨®crata, que tienen mayor peso en las elecciones¡ª frene la posible recuperaci¨®n de Trump que detectan las encuestas. Y conf¨ªa en el muro de contenci¨®n demogr¨¢fico: las minor¨ªas. Trump conf¨ªa en que su mensaje nacionalpopulista ¡ªel afinado radar que le ha permitido conectar con las ansiedades de un sector de la poblaci¨®n blanca que se siente menospreciado por la ¨¦lites¡ª y la imagen de Clinton como una pol¨ªtica que no es de fiar le permitan dar la sorpresa. Al final ganar¨¢ quien mejor haya interpretado y entendido las inquietudes y los sue?os del pa¨ªs.