Donald Trump sosiega su discurso en busca del republicano moderado

Ya no es la personalidad imprevisible de Trump lo que centra la campa?a, sino los errores pasados de Clinton. Los sondeos siguen dando ventaja a la dem¨®crata y el republicano tendr¨ªa que desmentir meses de estudios demosc¨®picos para ganar el martes. Pero en los promedios la distancia se ha estrechado, lo que ha disparado el nerviosismo entre algunos dem¨®cratas y ha inyectado esperanza al republicano.

Su problema es que, cada vez que su equipo le ha controlado y ¨¦l ha presentado una imagen m¨¢s presidenciable, en seguida se ha salido del gui¨®n y ha lanzado uno de los exabruptos que han desbaratado los esfuerzos para domesticarle. La recuperaci¨®n comenz¨® antes de que, hace una semana, el director del FBI, James Comey, decidiese asumir un papel ins¨®lito en la campa?a al difundir que sus agentes se dispon¨ªan a examinar unos correos electr¨®nicos de Clinton. Los emails que Clinton envi¨® desde un servidor privado mientras era secretaria de Estado han sido un lastre para ella desde que se lanz¨® a la carrera por la Casa Blanca.

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La suerte de Trump es que, tras un a?o y medio de campa?a marcada por sus comentarios xen¨®fobos y machistas, por sus insultos a excombatientes y a colegas republicanas, y las muestras de un car¨¢cter impulsivo y vengativo, en los ¨²ltimos d¨ªas es Clinton quien debe dar explicaciones, y no ¨¦l. Kellyanne Conway, su paciente jefa de campa?a, intenta que su jefe lea en el teleprompter en vez de improvisar y que contenga los rasgos m¨¢s ¨¢speros de su car¨¢cter.

Trump brome¨® sobre los consejos que recibe de Conway ¡ª¡°Mantente en el guion, Donald. No te desv¨ªes¡±¡ª en un mitin en Florida, despu¨¦s de atacar en otro acto a una periodista de la cadena NBC, un gesto propio del Trump m¨¢s gamberro. El republicano tiene momentum, la palabra de la jerga pol¨ªtica estadounidense que indica un viento a favor, un impulso generado por una victoria electoral o un episodio beneficioso, como fue para ¨¦l el anuncio del reexamen de los emails de Clinton tras dar por concluida la investigaci¨®n en julio.

El momentum no significa que Trump haya igualado a Clinton. La dem¨®crata preserva la ventaja que tiene desde hace meses. Y disfruta de un muro de contenci¨®n electoral gracias al dominio de su partido en varios Estados clave. Parte con ventaja. Las elecciones presidenciales no las gana quien m¨¢s votos consigue, sino quien gana en m¨¢s Estados. Cada uno tiene un n¨²mero de votos electorales. Quien llega a 270, gana. En la mayor¨ªa de Estados se sabe de antemano qui¨¦n ganar¨¢.

Participaci¨®n

Al final todo se disputa en el pu?ado de Estados p¨¦ndulo, aquellos que de elecci¨®n a elecci¨®n son susceptibles de oscilar entre dem¨®cratas y republicanos. Trump necesita conquistar territorio de Clinton para sumar los 270. De ah¨ª que esta semana haya centrado su estrategia en Estados como Michigan y Wisconsin, en el cintur¨®n industrial del Medio Oeste.

Su objetivo es aumentar la participaci¨®n de los votantes blancos sin estudios universitarios, la clase trabajadora golpeada por la globalizaci¨®n. Para ganar, adem¨¢s, deber¨ªa lograr que la coalici¨®n que dio las victorias a Obama (minor¨ªas, mujeres y j¨®venes) se queden en casa el martes. En los sondeos hay indicios de que los republicanos reacios a votar a Trump empiezan a regresar al redil.