Una cara cesta de la compra para los venezolanos
El pa¨ªs afronta precios cada vez m¨¢s elevados en los productos b¨¢sicos que llegan del extranjero
Leche en polvo, caf¨¦, suavizante o az¨²car han comenzado a aparecer en Venezuela, pero a precios que no pueden ser pagados por la mayor¨ªa de sus ciudadanos. No solo superan el valor fijado por el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro para esos productos, sino que su coste es mucho m¨¢s elevado que en Estados Unidos, de donde se importan generalmente estas mercanc¨ªas ante la falta de producci¨®n interna. Desde mediados de octubre, el Gobierno obliga a las empresas privadas y p¨²blicas a vender hasta la mitad de sus mercanc¨ªas a comit¨¦s chavistas.
Se llama Cine Citta y est¨¢ en la planta baja del conocid¨ªsimo Centro Polo de la urbanizaci¨®n Colinas de Bello Monte, en el sureste de Caracas. Es un peque?o bodeg¨®n, como llaman en Venezuela a las tiendas que venden exquisiteces importadas. Tambi¨¦n ofrece algunos de los insumos b¨¢sicos m¨¢s escasos en el pa¨ªs: az¨²car, detergente en polvo de EE UU, pasta y caf¨¦ italianos o aceite de ma¨ªz tambi¨¦n estadounidense. No hay colas ni gente desesperada por adquirirlos.?
En otros supermercados del este de Caracas, donde se asientan los barrios m¨¢s acomodados de la capital venezolana, se repite la historia, aunque con menor variedad de ofertas. Medio kilo de pasta rigattoni podr¨ªa costar hasta dos d¨®lares si se toma en cuenta la cotizaci¨®n de la moneda estadounidense en el mercado negro (unos 1.400 bol¨ªvares por d¨®lar). A finales de octubre, Cine Citta vend¨ªa un recipiente de cinco litros de suavizante Ultra Downy por 33.000 bol¨ªvares. En la tienda virtual Amazon ese mismo suavizante cuesta 22,99 d¨®lares, que en el mercado negro ser¨ªan unos 32.000 bol¨ªvares.
Es un caso at¨ªpico porque la brecha se ensancha con otros art¨ªculos. Por 192 pa?ales de la marca Huggies, el cliente de Cine Citta paga 120.000 bol¨ªvares. Un paquete de 184 pa?ales del mismo tama?o cuesta en Amazon 48,63 d¨®lares (68.082 bol¨ªvares con el cambio a 1.400 por d¨®lar). Una diferencia similar se observa con el cloro marca Clorox. El recipiente de 3,57 litros se obtiene por 43.000 bol¨ªvares. En Amazon cuesta 12,57 d¨®lares (17.598 al cambio oficial).
Guerra econ¨®mica
Son ejemplos de manufactura importada que se comercializa en el pa¨ªs sin controles. Hace ya varios meses que del lenguaje oficial desapareci¨® la expresi¨®n ¡°precios justos¡±, un latiguillo impuesto en 2014 por el Gabinete de Maduro cuando se impuso un control total de todo lo que se comercializa en Venezuela. La televisi¨®n oficial tampoco transmite ya operativos que siguen a fiscales gubernamentales en busca de acaparadores o comerciantes que no acatan los controles.
Que los anaqueles de los supermercados ofrezcan productos importados como alternativa solo es posible en una econom¨ªa que dej¨® de producir. Pero solo un porcentaje muy peque?o de la poblaci¨®n puede llevarse esos art¨ªculos. Es insuficiente para compensarlo el aumento del 40% del salario m¨ªnimo integral decretado el 28 de octubre ¡ªa partir del 1 de noviembre ser¨¢ de 90.102 bol¨ªvares, unos 65 d¨®lares al valor de la moneda en el mercado negro¡ª.?
La estrategia del Gobierno es permitir que los supermercados se llenen de oferta del exterior para concentrarse en reconquistar a las clases populares vendi¨¦ndoles alimentos subsidiados. As¨ª, desde mediados de octubre, una resoluci¨®n ordena a las empresas vender hasta la mitad de su producci¨®n a los Comit¨¦s Locales de Abastecimiento y Producci¨®n, organizaciones de base que reparten bolsas de comida con frecuencia irregular, ¡°
a fin de combatir y vencer la guerra econ¨®mica de los sectores desestabilizadores¡±.
No solo un negocio de los enchufados
No pocos piensan que Cine Citta puede vender a precios tan elevados porque pertenece a un enchufado, como se le conoce en Venezuela a los empresarios cercanos al r¨¦gimen chavista. No son los ¨²nicos.
En las provincias fronterizas tambi¨¦n se ofrecen productores colombianos o brasile?os gracias a las gestiones de los propios gobernadores. En marzo pasado, Francisco Arias C¨¢rdenas, m¨¢xima autoridad del Estado de Zulia, la cuenca petrolera venezolana, dict¨® la resoluci¨®n 1035, que le permite tomar medidas "para colocar art¨ªculos esenciales, servicios, medicamentos, productos de limpieza e higiene personal en el mercado interno del Zulia".
Otro tanto est¨¢ ocurriendo en el sure?o Estado de Bol¨ªvar, fronterizo con Brasil, donde las zonas del norte de ese pa¨ªs encontraron una oportunidad de colocar su mercanc¨ªa en Venezuela. No tienen competencia. No se sabe por cu¨¢nto tiempo.
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