Armas y universidad, las dos vertientes de Estados Unidos
En la facultad de Ciencias Pol¨ªticas, donde ya se mira hacia el ma?ana
Las dos vertientes de Estados Unidos que hoy van a las urnas conviven a pocos kil¨®metros de distancia. Una tiene la cara de esperanza de un veintea?era latina, estudiante de ciencias pol¨ªticas, la primera en poder estudiar en su familia de inmigrantes mexicanos y salvadore?os. La segunda, tambi¨¦n tiene la cara de esperanza y de determinaci¨®n de un pastor metodista vestido de camuflaje que acaba de dejar la escopeta para venir a escuchar al hijo de Donald Trump hablar de la segunda enmienda, el derecho a llevar armas. Su voto ser¨¢ opuesto, su visi¨®n de Estados Unidos y del mundo no puede ser m¨¢s diferente.
De la grande camioneta en la entrada de la megatienda de caza y pesca Bass Pro Shop desembarcan familias armadas con carteles pro Trump, camisetas llenas de consignas y tel¨¦fonos listos para capturar el momento. Donald Trump jr. est¨¢ en la ciudad, una oportunidad ¨²nica de ver de cerca a un derivado del ¨ªdolo de esta multitud. La gran sala decorada con osos y cabras montesas apenas puede contener las, al menos, 400 personas que han venido a ver a Donald jr. "Hay un gran entusiasmo, hemos despegado?, comenta el jefe de campa?a de Trump, Eric Branstad, hijo del gobernador de Iowa Terry Branstad, entre los republicanos m¨¢s duros y puros. Los n¨²meros le dan la raz¨®n: las encuestas dicen que Iowa est¨¢ sobradamente en las manos de Trump. Pero aqu¨ª, la multitud espera mucho m¨¢s, la Casa Blanca parece estar al alcance de la mano para "limpiar la ci¨¦naga" de Washington, como le gusta repetir a Trump. Las promesas para Branstad son sencillas: "Sueldos m¨¢s altos, prosperidad y seguridad en las fronteras y en las calles".
El tema de las armas es muy importante: "Es el derecho a protegerse a uno mismo y a las propias familias, no a llevar armas de asalto, y Hillary nos lo quiere quitar", nos dice un extrabajador. El pastor cazador tambi¨¦n dice la suya: "Para m¨ª, la prioridad es el aborto: Hillary quiere matar a beb¨¦s en el ¨²tero de las madres y vender sus ¨®rganos". Hay quien intenta argumentar m¨¢s all¨¢, como Stephen Bisenius: "Trump traer¨¢ de nuevo el trabajo a Estados Unidos, se deben revisar los acuerdos de libre comercio". Cuando Donald jr. entra, con chaqueta deportiva y sonrisa radiante, en la sala se desata la locura. "Mi padre no necesita este trabajo (de presidente, NdR), lo hace por vosotros, porque ama a Estados Unidos". Y esta vertiente de Estados Unidos cree en ¨¦l. Momento selfie, el alboroto es enorme.
En la universidad Simpson College de Indianola, no muy lejos, Tania Lopez, de 21 a?os, estudiante de ciencias pol¨ªticas, dice: "Me da miedo una victoria de Trump, el racismo ya es visible. ?Qu¨¦ nos pasar¨¢?". Los padres de Tania llegaron a Estados Unidos cuando ten¨ªan 20 a?os procedentes de M¨¦xico y de El Salvador, huyendo de la pobreza y de la guerra civil. "Aqu¨ª encontraron trabajo, empezaron a mandar dinero a casa. Nos hemos convertido en una familia estadounidense de clase media. Yo soy la primera de mis hermanos en poder estudiar. Quieren para m¨ª una buena educaci¨®n para que pueda llegar m¨¢s lejos en la vida de lo que lo han hecho ellos. Y por eso votar¨¦ a Hillary Clinton: porque me gustar¨ªa que el duro trabajo que han hecho los inmigrantes por este pa¨ªs fuese reconocido. Y porque me gustar¨ªa una educaci¨®n m¨¢s accesible para todo el mundo". La llave del muro que divide a estas dos vertientes de Estados Unidos es aprender a entenderse los unos a los otros y la educaci¨®n, Tania est¨¢ convencida de ello, es el primer paso.
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