Trump celebra la victoria llamando a la ¡°unidad¡± de los estadounidenses
Los seguidores: ¡°Am¨¦rica ya es grande de nuevo"

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Estados Unidos se jugaba esta noche su ser o no ser, pero para los turistas que abarrotan Nueva York, las elecciones eran un entretenimiento m¨¢s. Por la ma?ana se congregaban curiosos en los alrededores de la Torre Trump, en la Quinta Avenida, y compraban gorras, chapas o camisetas del candidato, como si de los t¨ªpicos souvenirs ¡®I love New York¡¯ se tratara. Por la noche, el lema del republicano que luc¨ªa en esos art¨ªculos, ¡®Hacer Am¨¦rica grande de nuevo¡¯, se hab¨ªa convertido en un contrato con el pueblo estadounidense.
Eran las once de la noche y los resultados no estaban claros, pero el Hotel Hilton de Nueva York, donde Donald Trump celebraba la noche electoral, cantaba ya la victoria. La televisi¨®n del vest¨ªbulo acababa de anunciar que el candidato republicano se hab¨ªa hecho con Florida y los gritos y aplausos empezaron a decretar la victoria.
Donald J. Trump, un constructor neoyorquino de 70 a?os, un outsider de la pol¨ªtica, y adicto a las c¨¢maras, gan¨® las elecciones presidenciales en contra la mayor¨ªa los sondeos. Cuando se le ve¨ªa claramente avanzado en estados clave como Florida, Carolina del Norte y Ohio, los futuros de la Bolsa de Nueva York empezaron a bajar.
Han sido unas elecciones bizarras, Wall Street apoyaba la candidatura dem¨®crata, la de Hillary Clinton, y entraba en p¨¢nico con la republicana, liderada ni m¨¢s ni menos que por un hombre de negocios.
Dio un discurso conciliador, at¨ªpico en los que ha sido su trayectoria pol¨ªtica. "Ahora es el momento de la unidad entre republicanos y dem¨®cratas", dijo, e incluso pidi¨® "gratitud" para su rival derrotada, la Hillary Clinton, por su gran campa?a, cuando ha llefado a prometer que la encarcelar¨ªa. "Quiero decirle a la comunidad internacional pondremos los intereses de Am¨¦rica primero, pero negociaremos con justicia", destac¨®, en referencia a los tratados comerciales internacionales. No mencion¨® los elementos m¨¢s pol¨¦micos de su campa?a, ni la mano dura contra la inmigraci¨®n ilegal ni el famoso muro que ha prometido construir en la frontera con M¨¦xico.
Pero es lo que le ha dado los votos. Michael Rodriguez, como muchos seguidores de Trump, aseguraba ayer que el voto oculto al empresario hab¨ªa distorsionado las encuestas. ¡°Hay muchas personas que apoyan a Trump y no se atreven a decirlo, hoy Am¨¦rica ya es grande de nuevo¡±, dijo. De origen argentino, y de 38 a?os, Rodr¨ªguez hab¨ªa nacido y crecido en Nueva York y el suyo fue un voto de fuerte sentimiento nacionalista: ¡°El idioma est¨¢ siendo destruido, hay mucho ciudadanos estadounidenses que no saben hablar ingl¨¦s correctamente, el idioma, las fronteras y la cultura son lo que hace a un pa¨ªs¡±, explicaba.
Las mujeres y los latinos, colectivos a los que no ha parado de ofender con comentarios machistas y xen¨®fobos, era sus principales obst¨¢culos para el triunfo, pero no suficientes. El Partido Republicano, del que su candidato acab¨® divorciado a golpe de pol¨¦mica, se tendr¨¢ que sentar en el div¨¢n.
Jonathan Watkins, que tambi¨¦n celebraba la victoria en el Hilton con su hija peque?a en brazos, no entend¨ªa el temor internacional a un gobierno de Trump. ¡°Es probablemente su falta de correcci¨®n pol¨ªtica, es un tipo directo, que luego se explica, y luego hay otro intereses, porque ¨¦l quiere renegociar los tratados de comercio internacional¡±, comentaba este economista de 40 a?os.
Ha sido un a?o y medio de incendio en incendio. Para relatar las campa?as electorales, la prensa suele echar mano de polit¨®logos o soci¨®logos, a veces historiadores. Pero en las presidenciales de 2016, en Estados Unidos han entrevistado tambi¨¦n satanistas y expertos en primates. Sirve para comprender cu¨¢n revirada y desconcertante ha sido este proceso.
El trumpismo ya no es un fen¨®meno, ni un s¨ªntoma, va a gobernar el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo. Cerca del Hilton se segu¨ªan concentrados algunos seguidores del republicano que no hab¨ªan logrado entrar a la fiesta, pocos, en tanto que la ciudad de Trump es territorio dem¨®crata. Eran m¨¢s los turistas paseando entre los rascacielos de Manhattan. Llevaban chaqueta ligera en una noche templada. Hab¨ªa amanecido completamente limpio. Un fabuloso d¨ªa de oto?o en Nueva York vio a Donald Trump convertirse en presidente.
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