Obama alerta en Europa contra el auge del nacionalismo ¨¦tnico
El presidente saliente de Estados Unidos inicia en Atenas una gira marcada por la victoria de Trump
No es la despedida que esperaba Barack Obama. Dos meses antes de ceder el mando de la primera potencia mundial a Donald Trump, el presidente de Estados Unidos inici¨® ayer en Atenas su ¨²ltima gira europea con un llamamiento a la vigilancia ante el auge del nacionalismo ¨¦tnico. No cit¨® nombres, pero alud¨ªa tanto la victoria del republicano Trump en las elecciones del martes como al ¨¦xito de sus ¨¦mulos en un continente en pleno repliegue identitario. En los pr¨®ximos d¨ªas, primero en Grecia y Alemania y despu¨¦s en una cumbre internacional en Per¨², dar¨¢ explicaciones a sus socios sobre su sucesor en la Casa Blanca, que ha llegado al poder agitando el odio a las minor¨ªas.
El viaje de Obama es un ep¨ªlogo melanc¨®lico. El anticl¨ªmax de una presidencia que comenz¨® como un mensaje de esperanza al mundo y concluye con el ascenso de un hombre que ha prometido revisar la alianza militar con los europeos, ha despreciado a su l¨ªder m¨¢s influyente, la canciller alemana Angela Merkel, y ha coqueteado con la Rusia de Vlad¨ªmir Putin. Trump, que asumir¨¢ el cargo el 20 de enero, ha conectado en la Uni¨®n Europea con figuras como Marine Le Pen en Francia o Nigel Farage, que lider¨® el movimiento independentista por la salida de Reino Unido de la Uni¨®n Europea.
En una rueda de prensa junto al primer ministro griego, Alexis Tsipras, el presidente saliente de EE UU lanz¨® uno de estos mensajes que le gustan, una vista panor¨¢mica sobre el momento actual, pesimista sobre los riesgos m¨¢s inminentes pero confiado sobre el largo plazo.
¡°Debemos ser vigilantes ante el aumento de una especie vulgar de nacionalismo o identidad ¨¦tnica o tribalismo que se construye alrededor de un nosotros y de un ellos¡±, dijo Obama. ¡°Y nunca pedir¨¦ perd¨®n por decir que el futuro de la humanidad y el futuro del mundo se definir¨¢n por lo que tenemos en com¨²n, en oposici¨®n a las cosas que nos separan y, finalmente, nos abocan al conflicto¡±.
El presidente hablaba de Europa. ¡°Sabemos lo que ocurre cuando los europeos empiezan a dividirse y a enfatizar sus diferencias y competir entre ellos a la manera de una suma cero. El siglo XX fue un ba?o de sangre. Y, pese a todas las frustraciones y fracasos del proyecto para unificar Europa, las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas han sido un periodo de paz, prosperidad y crecimiento sin precedentes¡±.
Y hablaba de Estados Unidos. ¡°No realizamos nuestro potencial como pa¨ªs cuando impedimos a los negros o latinos o asi¨¢tico o gais o mujeres que participen plenamente en el proyecto de construir la vida americana¡±.
El presidente de EE UU es un optimista de la voluntad que cree en el progreso humano, que est¨¢ convencido, como Martin Luther King, de que ¡°el arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia¡±.
¡°Es posible¡±, dijo en Atenas, ¡°que a corto plazo [mi visi¨®n] no gane la partida cada d¨ªa, y en cualquier circunstancia pol¨ªtica particular, pero conf¨ªo en que a largo plazo ganar¨¢, porque las sociedades capaces de unirse en torno a valores, a ideales, al car¨¢cter, a la cooperaci¨®n y a la innovaci¨®n, acabar¨¢n teniendo m¨¢s ¨¦xito que las sociedades que no lo hacen¡±. Las palabras de Obama, pronunciadas en la ciudad donde se invent¨® la democracia, sonaban a testamento pol¨ªtico y filos¨®fico.
El mensaje espec¨ªfico de Obama a Tsipras estuvo te?ido por la victoria de Trump. Le elogi¨®, primero, por mantener elevado el gasto militar: uno de los argumentos de campa?a del presidente electo ha sido que los socios de la OTAN contribuyen poco al presupuesto com¨²n y por tanto EE UU debe sentirse libre para deshacerse de su obligaci¨®n de defenderle. Y tambi¨¦n le elogi¨® por el recibimiento que la sociedad griega ha dado a los refugiados: Trump ha construido su ¨¦xito electoral, en parte, en su demonizaci¨®n.
Todo lo que diga y haga estos d¨ªas Obama se leer¨¢ con la clave trumpiana. Trump, no como fen¨®meno aislado sino mundial: el s¨ªntoma m¨¢s estridente y poderoso de una ola de la ola de populismo nacionalista a ambas orillas del Atl¨¢ntico.
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