El Estado de derecho termina en Amona
40 familias jud¨ªas evitan desalojar una colonia en Cisjordania pese a la orden del Supremo
A contraluz, en el horizonte se divisa la cima de un cerro coronado por construcciones como contenedores de barco mercante. Es Amona. Hace casi dos d¨¦cadas que Mariam Hammad, una campesina palestina de 82 a?os, no ha pisado sus 24 dunan (2,4 hect¨¢reas) de terreno agr¨ªcola en aquella colina ¡ªteme que la reciban a tiros¡ª entre un paisaje b¨ªblico de laderas aterrazadas con vides y olivos. ¡°No solo me quitaron la tierra, tambi¨¦n me dejaron sin recuerdos¡±, evoca en el cercano Ayuntamiento de Silwad, en territorio administrado por la Autoridad Palestina. ¡°Ah¨ª sigue mi ni?ez. Yo ten¨ªa siete a?os¡±, rememora, ¡°y mi padre levantaba en verano un entoldado¡±.
Mariam Hammad forma parte del colectivo de propietarios palestinos a los que el Tribunal Supremo de Israel reconoci¨® en 2014 el derecho a recuperar sus fincas, ocupadas desde 1996 por colonos israel¨ªes en un mont¨ªculo al norte de Ramala. La sentencia ordena que unas 40 familias jud¨ªas que suman un total de 200 ni?os tendr¨¢n que abandonar el outpost ¡ªavanzadilla o asentamiento no autorizado¡ª de Amona antes del d¨ªa de Navidad.
¡°Hemos venido aqu¨ª para quedarnos¡±, replicaba horas m¨¢s tarde Eli Greenberg, de 43 a?os, que asegura ganarse la vida con ventas online a trav¨¦s de Amazon. ¡°Cuando vengan los soldados yo seguir¨¦ en mi casa¡±, anuncia tocado con la kip¨¢ en el destartalado local del centro social de Amona. Todo parece antiguo y provisional al mismo tiempo en esta colonia sin papeles.
El agricultor Nahum Schwartz, de 42 a?os, se declara ¡°pionero en Amona¡±, donde se instal¨® hace 20 a?os despu¨¦s de haberse criado en el cercano asentamiento consolidado de Ofra. Aqu¨ª paga un alquiler mensual de 1.500 shequels (365 euros) por una vivienda prefabricada de 40 metros cuadrados. ¡°Frente al derecho a la propiedad, est¨¢ el derecho a la protecci¨®n de las casas de unas familias¡± argumenta Schwartz, cuyos padres tambi¨¦n fueron pioneros en la colonizaci¨®n jud¨ªa de Cisjordania, ocupada por Israel tras la guerra de 1967. ¡°Aqu¨ª no hab¨ªa nadie, esto estaba yermo, cuando yo era un ni?o. Y nosotros tenemos la misi¨®n de volver a Judea y Samaria, la tierra que nos pertenece¡±, invoca al fin la promesa divina de sus creencias b¨ªblicas.
A cinco semanas de que se agote el plazo dado por el Supremo para el desahucio y demolici¨®n del asentamiento, el Gobierno del primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu prepara contramedidas legales con el fin de prevenir un estallido de ira. Hay m¨¢s de 200.000 colonos en Jerusal¨¦n Este, y otros 400.000 colonos en 120 urbanizaciones jud¨ªas en Cisjordania que Israel califica de legales. En peque?os outpost no autorizados, como Amona, se estima que viven unas 3.000 personas. El secretario general de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), Saeb Erekat, ha puntualizado que ¡°todos los asentamientos en la Palestina ocupada son ilegales seg¨²n el derecho internacional¡±.
En medio de amagos de fractura en la coalici¨®n de seis partidos que le apoya, Netanyahu ha acabado dando luz verde inicial en la Knesset a un pol¨¦mico proyecto de ley para legalizar con car¨¢cter retroactivo colonias como Amona. Despu¨¦s de que los jueces del Supremo le cerraran la v¨ªa de escape al negarse a posponer siete meses la orden de demolici¨®n del outpost, el primer ministro parece haber entrado en rumbo de colisi¨®n con el Estado de derecho. Los colonos se niegan a aceptar otras alternativas de alejamiento en terreno pr¨®ximos o en otros asentamientos. Los propietarios palestinos tampoco admiten una compensaci¨®n econ¨®mica a cambio de renunciar a la sus tierras.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, se ha apresurado a expresar su preocupaci¨®n por el proyecto de legislaci¨®n. Espa?a tambi¨¦n rechaza una norma que avale ¡°la ocupaci¨®n forzosa de tierras privadas palestinas¡±.
El fiscal general de Israel ya ha advertido de que no defender¨¢ la norma ante el Alto Tribunal, que puede anularala,? en caso de ser aprobada. Considera que vulnera el derecho internacional. Los documentos del registro de la propiedad de la antigua Administraci¨®n jordana, presente en Cisjordania hasta hace casi 50 a?os, prueban la titularidad de las familias palestinas sobre los terrenos de Amona.
¡°Nuestro medio de vida¡±
¡°Ellos [los colonos] no sab¨ªan, como yo, cu¨¢les eran los l¨ªmites de las tierras¡±, relata Mariam junto a Issa Zayed, de 59 a?os. ¡°Nuestra finca de 40 dunan era nuestro principal medio vida¡±, se suma al coro de quejas este vecino de la localidad palestina cristiana de Taibeh, cuya familia tambi¨¦n ha pleiteado en los ¨²ltimos 20 a?os con apoyo de los abogados de la ONG israel¨ª Yesh Din (Hay Justicia). Gilad Grossman, portavoz del grupo pacifista, teme que los propietarios no puedan recuperar sus terrenos ¡°por razones de seguridad¡±. Coincide con los augurios del colono Eli Greenberg: ¡°El Ej¨¦rcito no permitir¨¢ nunca que los palestinos vengan aqu¨ª. Est¨¢ demasiado cerca de las viviendas de Ofra¡±.
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