Renzi se juega su futuro en el refer¨¦ndum sobre las reformas constitucionales
La oposici¨®n y los cr¨ªticos del PD han convertido la consulta en un plebiscito sobre el primer ministro
Hace un a?o, Matteo Renzi supedit¨® su futuro pol¨ªtico al resultado del refer¨¦ndum sobre las reformas constitucionales que propone su Gobierno. La oposici¨®n en pleno y los cr¨ªticos del centroizquierda aceptaron el reto y han convertido la consulta del pr¨®ximo domingo en un plebiscito sobre la continuidad del primer ministro. Todos los sondeos dan por segura la derrota de Renzi, quien advierte: ¡°Si se rechazan las reformas, Italia dar¨¢ un salto en el vac¨ªo¡±.
¡°Si gana el no, me voy a casa y ya no me ve¨ªs m¨¢s; no soy un pol¨ªtico a la antigua usanza que se queda pegado al sill¨®n¡¡±. A trav¨¦s de esa frase o de otras propias de su car¨¢cter ¡ª¡°si pierdo, dar¨¦ por terminada mi vida pol¨ªtica¡±¡ª, Matteo Renzi aseguraba hace un a?o que su futuro estaba ligado al resultado del refer¨¦ndum sobre las reformas constitucionales. Si lograba su prop¨®sito de simplificar la maquinaria legislativa aboliendo el bicameralismo perfecto y de dar m¨¢s poder al Gobierno central reformando el art¨ªculo V de la Constituci¨®n se quedar¨ªa; si no, tirar¨ªa la toalla. Aunque m¨¢s tarde fue suavizando su ultim¨¢tum, el sector cr¨ªtico del Partido Democr¨¢tico y la oposici¨®n en pleno aceptaron el reto y desde hace meses trabajan codo con codo para descabalgar del poder a Renzi. Son conscientes de que solo juntos y revueltos tienen una oportunidad de socavar al ¨²nico liderazgo pol¨ªtico que, hoy por hoy, tiene Italia ante s¨ª misma y frente al exterior. Hasta Silvio Berlusconi lo reconoci¨® hace unos d¨ªas en una entrevista radiof¨®nica: ¡°Ahora solo hay un l¨ªder pol¨ªtico verdadero y se llama Renzi¡±.
Tal vez sea la fortaleza de ese liderazgo y la incapacidad de encontrar alternativas ¡ªForza Italia sigue sin superar el ocaso de Berlusconi y el Movimiento 5 Estrellas a¨²n depende demasiado de los vaivenes imprevisibles de Beppe Grillo¡ª lo que une verdaderamente al frente del no, adem¨¢s de cierta prevenci¨®n hist¨®rica. No hay que olvidar que el bicameralismo perfecto ¡ªlas dos c¨¢maras del Parlamento tienen los mismos poderes¡ª que ahora se quiere cargar Renzi fue introducido en la Constituci¨®n aprobada en 1947 a modo de mecanismo de seguridad para evitar nuevas dictaduras como la de Benito Mussolini. El problema es que esa paridad ¡ªy el derecho de veto que conlleva¡ª se ha convertido muy a menudo en las ¨²ltimas d¨¦cadas en un obst¨¢culo insalvable para los sucesivos gobiernos, que fueron cayendo unos sobre otros como piezas de domin¨®. El de Renzi es el n¨²mero 63 en 70 a?os de democracia. Aunque el joven exalcalde de Florencia ya logr¨® que tanto el Senado ¡ªel 14 de octubre de 2015¡ª como la C¨¢mara de Diputados ¡ªel pasado mes de abril¡ªaprobaran la conversi¨®n del Senado de la Rep¨²blica en una C¨¢mara de representaci¨®n regional, no lo hizo con la mayor¨ªa suficiente para evitar el tr¨¢mite del refer¨¦ndum. Y ahora lo tiene mucho m¨¢s dif¨ªcil.
Tanto que los augurios no pueden ser peores para el Gobierno, el ¨²nico pr¨¢cticamente que defiende el s¨ª a la reforma. Los sondeos pronostican la victoria del no. El ambiente pol¨ªtico, relativamente tranquilo durante los ¨²ltimos meses ante la ausencia de rivales de peso, se ha caldeado ante el olor de la sangre de un l¨ªder que parec¨ªa invencible. Hasta el punto que algunos analistas ya advierten de que, sea cual sea el resultado del pr¨®ximo domingo, el lunes habr¨¢ que ponerse a reconstruir el pa¨ªs. Desde las filas del no, Silvio Berlusconi acusa a Renzi de quererse construir a trav¨¦s de las reformas ¡°un traje a medida¡± para perpetuarse en el poder; Beppe Grillo ha llegado a llamar al primer ministro ¡°asesino en serie¡± del futuro de los italianos; y Matteo Salvini, el l¨ªder de la Liga Norte, asegura que la Constituci¨®n no puede ser cambiada por ¡°el ocupa del palacio Chigi [sede del Gobierno]¡±, refiri¨¦ndose a que Renzi lleg¨® al poder sin pasar por las urnas.
La defensa del s¨ª esgrimida por el primer ministro se basa en dos argumentos. El primero es la necesidad imperiosa de las reformas para desbloquear y modernizar Italia. ¡°La victoria del no¡±, dijo el s¨¢bado durante un recorrido a contrarreloj por Venecia, G¨¦nova y Roma, ¡°ser¨ªa un salto en el vac¨ªo, devolver¨ªa a los italianos un pa¨ªs bloqueado¡±. La segunda estrategia del presidente del Gobierno y secretario del Partido Democr¨¢tico (PD) es desautorizar a sus rivales haci¨¦ndoles ver que, con tal de ganarle, han sido capaces de unirse en alianzas imposibles, casi indignas: ¡°Ver a Massimo D¡¯Alema [ex primer ministro y viejo exponente de la izquierda] y a Silvio Berlusconi juntos me recuerda a esos novios que no tienen la valent¨ªa de dec¨ªrselo a la familia¡±. Maledicencias aparte, Renzi apenas puede esconder el miedo a lo que considera un gran complot contra ¨¦l y contra Italia. ¡°Nos quieren d¨¦biles¡±, ha advertido despu¨¦s de que The Economist se haya pronunciado partidario del no y apueste por un gobierno t¨¦cnico tras la hipot¨¦tica ca¨ªda de Renzi. En los ¨²ltimos d¨ªas, la prima de riesgo ha subido y el primer ministro teme que ¡°los poderes fuertes de Europa¡± puedan redoblar el acoso en las v¨ªsperas del refer¨¦ndum atac¨¢ndolo por uno de los flancos m¨¢s d¨¦biles de Italia, el sistema bancario.
Tan convencidos est¨¢n de su victoria los partidarios del no, y tan asustados los del s¨ª, que el debate sobre las virtudes o los defectos de las reformas ha sido superado para centrarse ahora en otra pregunta: ?qu¨¦ har¨¢ Renzi tras la derrota? ?Se ir¨¢ como prometi¨® hace meses? ?Se har¨¢ el remol¨®n hasta que unas elecciones anticipadas ¡ªprobablemente a principios del verano¡ª deshagan el enredo? ?Dar¨¢ paso a un Gobierno t¨¦cnico? La soluci¨®n, el domingo.
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