Cuando deja de ser noticia que un presidente mienta
La acusaci¨®n sin pruebas de fraude electoral por parte de Trump es el ¨²ltimo episodio de una campa?a marcada por embustes, medias verdades y noticias falsas
Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, public¨® el domingo en su cuenta personal de Twitter que se hab¨ªa producido un grav¨ªsimo fraude en las elecciones que acaba de ganar. Sin dato, prueba o indicio alguno, dijo que ¡°millones de personas votaron ilegalmente¡± el pasado 8 de noviembre y por eso se qued¨® sin la victoria en voto popular (el del n¨²mero de papeletas, no el voto electoral, que es el concluyente pues es el que pondera el peso de cada Estado). El mensaje de Trump, que cuenta 16,2 millones de seguidores en esta red social, llevaba este lunes 140.000 clics de apoyo o ¡°me gusta¡± y 47.000 tuits.
Hace un par de semanas, el 17 de noviembre, el empresario neoyorquino, convertido ya en el l¨ªder in p¨¦ctore de Estados Unidos, se otorg¨® el cr¨¦dito de que Ford mantendr¨ªa la f¨¢brica de coches Lincoln que la multinacional tiene en Kentucky y que no la trasladar¨ªa a M¨¦xico. Super¨® los 168.000 corazones (el icono del ¡°me gusta¡±) y roz¨® los 50.000 retuits. ¡°He trabajado duro con Bill Ford para mantener la factor¨ªa en Kentucky, se lo deb¨ªa a ese gran estado por su confianza en m¨ª¡±, dec¨ªa Trump en un segundo mensaje. En poco tiempo, varios medios de comunicaci¨®n dieron noticias con titulares como "Ford dice a Trump que no trasladar¨¢ producci¨®n del Lincoln a M¨¦xico¡± o ¡°Trump dice que Ford no se va a M¨¦xico¡±. El pero de todo esto es que la compa?¨ªa automovil¨ªstica no se hab¨ªa planteado el cierre o la deslocalizaci¨®n de parte de su producci¨®n de esta planta de Kentucky. Trump se colg¨® una medalla por algo que no iba a ocurrir.
Que los pol¨ªticos mientan no es algo nuevo ni que a los ciudadanos necesariamente les sorprenda. En Espa?a, cuando las evidencias apuntaban a la pista isl¨¢mica en el atentado del 11-M, el entonces presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, llam¨® a los principales peri¨®dicos del pa¨ªs para explicar que ETA resultaba la hip¨®tesis m¨¢s plausible y ese es el mensaje que el Gobierno transmiti¨® por televisi¨®n tambi¨¦n a un pueblo emocionalmente derrumbado.
La falsedad, difundida incluso desde las m¨¢s altas instancias institucionales, no es un invento de la factor¨ªa Trump. Si hay novedad es la falta total de consecuencias, la impunidad con la que, m¨¢s all¨¢ de los ciudadanos an¨®nimos, los personajes p¨²blicos pueden difundir teor¨ªas de la conspiraci¨®n sin que su credibilidad se vea demasiado afectada. El hoy presidente electo de Estados Unidos comenz¨® su carrera pol¨ªtica haciendo campa?a en 2011 por una de ellas, el presunto nacimiento en el extranjero de Barack Obama, un bulo rebatido documentalmente del que no se desdijo hasta hace pocos meses.
Tambi¨¦n es nuevo el ansia por la audiencia de los medios tradicionales y el efecto multiplicador de plataformas como Facebook o Twitter, que no se responsabilizan de los contenidos que difunden y han dado alas a muchos embustes.
Los principales peri¨®dicos estadounidenses han llevado a cabo un arduo trabajo de verificaci¨®n de cada afirmaci¨®n que el empresario republicano ha ido haciendo a lo largo de la campa?a. Adem¨¢s, en Estados Unidos hay varias p¨¢ginas web dedicadas espec¨ªficamente a eso, a la comprobaci¨®n o desmentido de afirmaciones que hacen los pol¨ªticos.
Los llamados fact-checkers (una suerte de comprobadores de hechos) de la web Politico elaboraron una estad¨ªstica sobre Trump y su rival, la dem¨®crata Hillary Clinton, sobre sus manifestaciones a lo largo de una semana de septiembre. Trump dec¨ªa algo falso cada 3 minutos y 25 segundos de discurso o declaraci¨®n, un total de 87 aseveraciones falsas o distorsionadas en el transcurso de cinco d¨ªas. Clinton hab¨ªa incurrido en ocho, aunque con mucha menos exposici¨®n p¨²blica, lo que igualmente deja el ratio muy lejos de Trump, en un hecho incierto cada 12 minutos.
Los fact-checkers de 'Politico' hicieron una prueba de una semana: Trump ment¨ªa cada 3 minutos, Clinton lo hac¨ªa cada 12
Hubo un momento en el que el hecho de que Trump mintiera obscenamente (en obsceno se englobar¨ªa, por ejemplo, negar declaraciones que estaban recogidas en v¨ªdeo) sobre algo dej¨® de ser motivo de esc¨¢ndalo, noticia. Esa es la esencia de la palabra de moda, posverdad, que la Fundaci¨®n del Espa?ol Urgente (Fund¨¦u) define como ¡°relativo a las circunstancias en las que los hechos objetivos influyen menos a la hora de modelar la opini¨®n p¨²blica que los llamamientos a la emoci¨®n y a la creencia personal¡±.
En las elecciones estadounidenses se han mezclado las mentiras impunes con las noticias falsas. Una de las m¨¢s populares, que quedar¨¢ en todos esos libros que se van a escribir sobre este fen¨®meno, es aquella falsa declaraci¨®n del Papa Francisco dando su apoyo a Trump. Tambi¨¦n corri¨®, esta vez en su contra, el bulo de que en una entrevista de 1998 en la revista People el empresario hab¨ªa dicho que los votantes republicanos eran ¡°los m¨¢s tontos de la Tierra¡±. Esta historia vino por la v¨ªa del ¡°meme¡± (esos chistes u ocurrencias en formato de imagen con texto que se hacen virales normalmente por redes sociales o mensajes de WhatsApp). Tambi¨¦n se ha difundido una historia seg¨²n la cual Clinton y su jefe de campa?a, John Podesta, estar¨ªan detr¨¢s de una trama de pedofilia radicada en una pizzer¨ªa de Washington DC.
Trump acaba de decir que hubo fraude electoral importante los estados de Virginia, New Hampshire y California. Acusa a los medios de comunicaci¨®n de sesgados y de estar tapando la tropel¨ªa, pero no hay denuncias presentadas ni noticia de ello. El magnate y showman ha llegado a la Casa Blanca navegando con maestr¨ªa en las turbias aguas de la media verdad, los bulos y las mentiras. La pregunta es si como presidente de la primera potencia del mundo obrar¨¢ de modo similar.
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