Justin Trudeau y su agenda para Am¨¦rica Latina
Canad¨¢ vuelve a adoptar el internacionalismo
La conclusi¨®n inevitable de un viaje a Am¨¦rica Latina con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, es que tiene una oportunidad indiscutible de convertirse en una voz destacada en toda Am¨¦rica.
No es la primera vez que Canad¨¢ se encuentra en situaci¨®n de asumir el liderazgo regional. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha aprovechado algunas de esas oportunidades y ha desperdiciado otras, enred¨¢ndose en idas y vueltas en vez de hacer esfuerzos sostenidos.
Sin embargo, esta oportunidad parece especial. El compromiso pol¨ªtico de Canad¨¢ en la regi¨®n comenz¨® con el padre de Trudeau, el primer ministro Pierre Elliott Trudeau, quien en los a?os sesenta y setenta intent¨® diversificar su comercio y se acerc¨® a Brasil, M¨¦xico y Venezuela, entre otros.
El inter¨¦s de Ottawa y el mundo empresarial canadiense disminuy¨® con la crisis de la deuda latinoamericana en 1982. Los ¨²nicos que siguieron prestando atenci¨®n a la regi¨®n fueron las ONG que trabajaban en el ¨¢mbito de los derechos humanos a finales de los setenta y continuaron con las crisis centroamericanas en los ochenta. Dichas ONG empujaron al gobierno a intervenir pol¨ªtica y militarmente en las labores de paz en Centroam¨¦rica.
Con la incorporaci¨®n a la OEA en 1990 y la firma del NAFTA en 1993, Canad¨¢ sent¨® las bases para su compromiso pol¨ªtico y econ¨®mico a largo plazo en las Am¨¦ricas y se coloc¨® a la vanguardia del fomento de la democracia como parte de lo que los canadienses denominan con orgullo "sus valores".
El primer ministro Jean Chr¨¦tien encabez¨® la promoci¨®n del olvidado ?rea de Libre Comercio de las Am¨¦ricas y el proceso de cumbres de la OEA. No obstante, al menos durante una d¨¦cada, los recursos destinados a los asuntos exteriores y otras actividades gubernamentales se redujeron para pagar la deuda nacional y producir el balance de cuentas m¨¢s limpio de todo el G-8.
Cuando los pa¨ªses latinoamericanos y caribe?os buscaban una relaci¨®n con los del norte en temas que no fueran la agenda de seguridad y antiterrorismo promovida por el presidente estadounidense George W. Bush, Canad¨¢ no supo ocupar ese espacio.
El primer ministro Stephen Harper, receloso del multilateralismo, predispuesto a no tratar m¨¢s que con peque?o c¨ªrculo de dirigentes afines a ¨¦l y empe?ado en aislar internacionalmente a Canad¨¢ en cuestiones tan importantes como la lucha contra el cambio clim¨¢tico, hizo de Am¨¦rica Latina, en teor¨ªa, un pilar de su pol¨ªtica exterior durante su mandato (2006-2015). Pero nunca articul¨® por completo una visi¨®n estrat¨¦gica ni previ¨® una financiaci¨®n que indicara un compromiso serio. En Am¨¦rica Latina, pocos podr¨ªan decir que hubo beneficios tangibles.
Justin Trudeau lleg¨® al poder con una visi¨®n diametralmente opuesta de Canad¨¢ y su lugar en el mundo. Ha adoptado el internacionalismo y el regreso a los tiempos dorados en los que Canad¨¢ lideraba las labores de paz y la construcci¨®n de consensos.
La visi¨®n internacional de Trudeau es una extensi¨®n de su programa nacional ¡ªprotecci¨®n medioambiental, pol¨ªticas migratorias justas, inclusi¨®n social y econ¨®mica, liberalizaci¨®n progresiva del comercio, derechos humanos, derechos de los ind¨ªgenas, derechos de los j¨®venes y las mujeres¡ª, y no una serie de pol¨ªticas concretas para la regi¨®n.
Aunque en su campa?a y en sus primeras medidas dej¨® ver que Asia, y en particular China e India, ser¨ªan sus principales prioridades, Trudeau procedi¨® de inmediato a recomponer relaciones con M¨¦xico (y Estados Unidos), deterioradas en la ¨¦poca de Harper, renovar el compromiso de Canad¨¢ con el NAFTA y acercarse m¨¢s a la Alianza del Pac¨ªfico.
?Por qu¨¦ tiene Canad¨¢, pues, una clara oportunidad de ejercer el liderazgo en el hemisferio?
En primer lugar, porque hay una coincidencia de visiones y personalidades como tal vez no hab¨ªa habido nunca. Durante el reciente viaje de Trudeau a Cuba, Argentina y Per¨², qued¨® patente la buena relaci¨®n que estableci¨® con los dirigentes de esos pa¨ªses. A los altos cargos del gobierno, los l¨ªderes empresariales y la prensa (incluso de otros pa¨ªses) les gust¨® lo que vieron y oyeron.
Las prioridades de Trudeau concuerdan con las suyas. Sus sensibilidades, ejemplificadas en sus pol¨¦micos comentarios sobre la muerte de Fidel Castro, suenan y parecen como las de los dirigentes regionales. Da la impresi¨®n de que el viaje revel¨® m¨¢s posibilidades pol¨ªticas y econ¨®micas en la regi¨®n para Canad¨¢ de las que ¨¦l hab¨ªa imaginado al tomar posesi¨®n de su cargo.
Segundo motivo: el presidente electo Donald Trump y el panorama pol¨ªtico en Estados Unidos. Adem¨¢s de rechazar el populismo y los sentimientos sociales excluyentes de Trump, a los l¨ªderes latinoamericanos les inquieta que sus prioridades est¨¢n muy alejadas de las de ellos. El lema de "Am¨¦rica primero", la agenda antiterrorista y la dura ret¨®rica sobre Venezuela y Cuba despiertan temores de un Estados Unidos a la antigua, que emprenda acciones unilaterales y emplee la coacci¨®n diplom¨¢tica.
Tras las elecciones en Estados Unidos, la frase repetida durante la ¨²ltima d¨¦cada por los gobiernos y los l¨ªderes empresariales latinoamericanos se oye m¨¢s alto: "Necesitamos mucha m¨¢s presencia de Canad¨¢".
?Hasta qu¨¦ grado les har¨¢ caso Trudeau? Depender¨¢ de cu¨¢nta capacidad le quede despu¨¦s de abordar su ambicioso programa nacional ¡ªque incluye el desaf¨ªo econ¨®mico creado por la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo¡ª y las exigencias internacionales. La relaci¨®n de Canad¨¢ con Estados Unidos en el NAFTA y el comercio bilateral y la protecci¨®n medioambiental van a mantenerle muy ocupado.
Pero si Trudeau puede encontrar hueco en su agenda internacional, tiene la oportunidad de tomar la iniciativa en varias cuestiones cruciales para Canad¨¢ y todo el hemisferio.
*Kenneth N. Frankel es Presidente del Consejo Canadiense para las Am¨¦ricas.
*Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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