La probable candidatura de Manuel Valls enfrentar¨¢ a las dos izquierdas ¡°irreconciliables¡±
Solo el ala dura del Partido Socialista considera que el primer ministro no es un buen aspirante
La renuncia del presidente Fran?ois Hollande a ser candidato a su propia sucesi¨®n cierra una etapa hist¨®rica en el fragmentado Partido Socialista porque da paso a una nueva generaci¨®n. La probable candidatura del reformista Manuel Valls originar¨¢ la batalla clave entre las dos almas que malviven en el partido representadas por el primer ministro y Arnaud Montebourg, el proteccionista exministro de Econom¨ªa y ya candidato oficial.
Valls, nacido hace 54 a?os en Barcelona, es considerado ahora ¡°el heredero natural¡±, ¡°el candidato natural¡± por buena parte de los dirigentes socialistas. Especialmente porque nadie mejor que ¨¦l puede defender los logros de la actual legislatura en la que ha sido ministro del Interior y luego jefe del Gobierno. ¡°Debemos defender el balance; yo lo defender¨¦¡±, ha dicho esta ma?ana, basado en dos conceptos b¨¢sicos del mandato: ¡°Reforma y justicia social¡±.
Sin embargo, el primer ministro, que se ha declarado ¡°listo¡± para tomar el relevo, despierta grandes recelos en su partido porque estos a?os ha insistido en que las tradicionales f¨®rmulas del socialismo est¨¢n caducas. ¡°La izquierda puede morir si no se reinventa¡±, ha dicho varias veces. Para ¨¦l, en el PS hay dos izquierdas ¡°irreconciliables¡±.
Esas dos izquierdas se han alejado sobre todo a la hora de afrontar la crisis econ¨®mica y la globalizaci¨®n. La de Hollande y Valls, aunque con matices entre ellos, ha primado favorecer la oferta ayudando a las empresas con rebajas fiscales para mejorar su competitividad. El ala cr¨ªtica quer¨ªa favorecer la demanda, no tocar el modelo social, favorecer el poder adquisitivo de los hogares, recuperar f¨®rmulas proteccionistas en aras del ¡°made in France¡±. Mantener intocables, dicen, los principios de la socialdemocracia que Hollande defendi¨® como candidato y no respet¨® como presidente.
La defensa de recetas social-liberales, de las multimillonarias ayudas a las empresas, la liberalizaci¨®n de la econom¨ªa y de la controvertida reforma laboral provoc¨® la rebeli¨®n de cuatro decenas de diputados socialistas. Valls se convirti¨® en su diana preferida y el primer ministro elev¨® el pulso al m¨¢ximo al aprobar por decreto las leyes m¨¢s pol¨¦micas en las que no ten¨ªa mayor¨ªa debido a esa rebeli¨®n.
En paralelo, y con Valls como jefe del Ejecutivo, en el verano de 2014 fueron expulsados del Gobierno los tres ministros que simpatizaban con los rebeldes. A sus 54 a?os, Arnaud Montebourg, el m¨¢s significado de ellos, es ya candidato oficial a las primarias de la izquierda de enero pr¨®ximo. Tambi¨¦n anuncia que lo ser¨¢ Beno?t Hamon, de 49, titular de Educaci¨®n hasta la triple expulsi¨®n.
Los dos rechazan el concepto de ¡°las dos izquierdas irreconciliables¡±, pero los dos velan armas contra ese ¡°candidato natural¡±. Montebourg dice que espera un enfrentamiento deportivo, porque les une m¨¢s que lo que les separa. Hamon, m¨¢s duro, afirma directamente que Valls se ha descartado ¨¦l mismo como el l¨ªder adecuado para unir a la izquierda.
Con esos contendientes de primera fila ¡ªhay otros candidatos del partido con menos opciones¡ª, el PS da paso a una nueva generaci¨®n de dirigentes. Los dos m¨¢s destacados, Valls y Montebourg, ya se presentaron a las primarias de 2011, ganadas por Hollande.
Valls qued¨® en quinto lugar con solo el 5% de votos, pero Montebourg ya fue el tercero, con el 17%, por detr¨¢s de Martine Aubry, que disput¨® la segunda vuelta con Hollande. Aubry, alcaldesa de Lille, es la l¨ªder natural de los rebeldes, pero una vez m¨¢s ha optado por no presentar batalla directa.
Si los sondeos aciertan, ser¨¢n Valls y Montebourg los que pasen a la segunda vuelta. Pero ser¨¢ pr¨¢cticamente imposible que ganen las elecciones presidenciales de la pr¨®xima primavera. Fran?ois Fillon, el nuevo l¨ªder de la derecha, es quien parte con gran ventaja, seguido de Marine Le Pen, la presidenta del ultraderechista Frente Nacional.
Si Valls gana las primarias, su objetivo ser¨¢ lograr el apoyo previo de otros candidatos de la dividida izquierda, como las de Jean-Luc M¨¦lenchon, apoyado por los comunistas, o Sylvia Pinel, del Partido Radical de Izquierdas. Y la del exministro Emmanuel Macron, l¨ªder y candidato de En Marche!, con quien Valls tiene una p¨¦sima relaci¨®n.
El actual primer ministro, seg¨²n coinciden en su partido, es ¡°el m¨¢s adecuado¡± para intentar esa uni¨®n de la izquierda. Si no lo logra, el fracaso electoral parece asegurado. Se cumplir¨ªa una vez m¨¢s la maldici¨®n de los primeros ministros franceses convertidos como tales en candidatos al El¨ªseo. No lo ha logrado ninguno: Jacques Chirac (en 1988), Edouard Baladur (1995) y Lionel Jospin (2002).
Mientras, la decisi¨®n de Hollande, hundido en las encuestas, de tirar la toalla ha sido recibida muy positivamente. El anuncio, seguido por 14,2 millones de telespectadores, es aprobado por el 82% de los ciudadanos. Entre los pol¨ªticos, la mayor¨ªa considera ¡°un gesto digno¡±.
Fillon Y Le Pen han sido de los pocos en destacar por encima de todo los aspectos negativos del paso dado por el jefe del Estado. ¡°Su mandato culmina en le caos pol¨ªtico y la decadencia del poder¡±, ha dicho el jefe de Los Republicanos.
Valls tiene margen hasta el d¨ªa 15 para convertirse en candidato. Si lo hace, es muy posible que dimita como primer ministro, aunque la ley no le obliga. Como sustituto, el nombre m¨¢s citado es el de Bernard Cazeneuve, titular de Interior.
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