La justicia condena sin multa al l¨ªder xen¨®fobo holand¨¦s Wilders por insultos y discriminaci¨®n
El tribunal, que cree suficiente pena el proceso en s¨ª, le absuelve del delito de incitaci¨®n al odio
Geert Wilders, l¨ªder xen¨®fobo holand¨¦s, ha sido considerado culpable este viernes de haber insultado en 2014 a un grupo de poblaci¨®n (los marroqu¨ªes) y de discriminaci¨®n racial. No se le ha impuesto, sin embargo, ninguna sanci¨®n porque los jueces consideran que el proceso mismo es suficiente castigo. Absuelto en 2011 de un delito similar, por calificar el Islam de ideolog¨ªa peligrosa, esta vez, sus arengas en pro de la expulsi¨®n del pa¨ªs de sus compatriotas de origen marroqu¨ª han sido reprobadas. Los jueces han subrayado que no se trataba ¡°de un juicio pol¨ªtico¡±, y le han exculpado del delito de incitaci¨®n al odio, el segundo cargo presentado por la fiscal¨ªa. Wilders recurrir¨¢ el fallo.
Seg¨²n Hendrik Steenhuis, presidente de la sala, al preguntar a sus seguidores, tras las pasadas elecciones municipales, si quer¨ªan ¡°m¨¢s o menos marroqu¨ªes en Holanda¡±, el acusado ¡°denigr¨® a sabiendas, y discrimin¨®, a un grupo entero de poblaci¨®n¡±. La sentencia subraya que el programa del Partido por la Libertad, de Wilders, s¨ª especifica que los marroqu¨ªes que desea echar de Holanda ¡°son los que hayan delinquido, un matiz borrado de su discurso poselectoral de 2014¡±. ¡°Este es un caso singular, porque se trata de un diputado electo, pero sus palabras no est¨¢n protegidas por la libertad de expresi¨®n¡±, ha dicho el juez Steenhuis.
Wilders ha acudido raudo a Twitter para rechazar ¡°que los marroqu¨ªes sean una raza y yo sea un racista, o por ende mis votantes¡±. Para advertir que su condena, ¡°abarca a media Holanda, que se ha vuelto un pa¨ªs enfermo¡±. Para asegurar que no habr¨¢ ning¨²n tribunal que me pare; mi voz es la de millones de personas¡±. Y para recordar al Gobierno, esta vez a trav¨¦s de un v¨ªdeo, que ¡°mi partido crece y es m¨¢s fuerte cada d¨ªa; los holandeses quieren que les devuelvan su tierra y el genio del cambio no volver¨¢ a ser encerrado en su botella¡±. ¡°Nosotros sabemos que llevamos dentro el fuego de la libertad de expresi¨®n y no lo dejaremos extinguirse. Ya est¨¢ bien de elites, de pol¨ªticos, jueces y periodistas que nos minusvaloran. Basta de correcci¨®n pol¨ªtica¡±, ha dicho. Las reacciones de sus colegas del Parlamento oscilaban por la tarde entre el ¡°malestar¡± del partido calvinista ¡°cuando un juez califica a un pol¨ªtico, pues lo que necesitamos es un equilibrio entre libertad y responsabilidad¡±, y ¡°la confianza en nuestra judicatura¡± de la socialdemocracia. El Consejo de las Mezquitas Marroqu¨ªes de Holanda, por su parte, se ha felicitado por un fallo que certifica ¡°los l¨ªmites de lo aceptable en una discusi¨®n social¡±.
Repudiado en los tribunales como adalid de la libertad de expresi¨®n, en la calle, la postura de Wilders le reporta un fuerte apoyo popular. Seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, su Partido por la Libertad obtendr¨ªa entre 29 y 33 esca?os (en un Parlamento de 150) de celebrarse hoy las elecciones previstas para marzo de 2017. Superar¨ªa, por separado, y de acuerdo con estas encuestas, a los liberales de derecha y socialdem¨®cratas que forman la coalici¨®n gobernante.
El l¨ªder antimusulm¨¢n ha desde?ado desde el principio este segundo proceso, y solo compareci¨® durante la ¨²ltima jornada. Lo cerr¨® en el mismo tono de populismo cl¨¢sico usado ahora para criticar la sentencia, y se present¨® como el ¡°defensor de mi pa¨ªs contra el Islam, el terrorismo, la inmigraci¨®n musulmana y el mega problema causado por los marroqu¨ªes en Holanda¡±. Durante las sesiones, la acusaci¨®n aleg¨® que ¨¦l hab¨ªa insultado ¡°a un grupo entero de poblaci¨®n y causado un dolor innecesario, de forma premeditada y desde?ando la angustia, odio y divisiones que ello provocar¨ªa¡±. Una vez constatado el efecto de sus soflamas, ¡°mantuvo el mismo tono¡±, se?al¨® el fiscal, Wouter Bos.
El caso Wilders, generalizaci¨®n coloquial con la que se designa el dilema creado por sus arengas, coincide con el debate parlamentario (previsto para la pr¨®xima semana) dedicado a la posibilidad de suprimir del C¨®digo Penal los delitos por los que ha sido llevado a juicio. Solo ser¨ªa punible la llamada a la violencia. El resto desaparecer¨ªa al ampliarse el espectro de la libertad de expresi¨®n misma. De momento, no hay mayor¨ªa entre los diputados para lograrlo, y el ponente de la propuesta es un antiguo miembro del partido de Wilders, que ha formado una nueva agrupaci¨®n pol¨ªtica.
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