La Uni¨®n Europea, Cuba y los derechos humanos
Un acuerdo de di¨¢logo pol¨ªtico con ritmo caribe?o
Las negociaciones del Acuerdo de Di¨¢logo Pol¨ªtico y Cooperaci¨®n entre los Estados miembros de la Uni¨®n Europea (UE) y Cuba no contemplaron, en su inicio, el rechazo del Gobierno de Ra¨²l Castro a las recomendaciones de apertura pol¨ªtica y cese de la represi¨®n. Las mismas hab¨ªan sido formuladas en 2013 por varios pa¨ªses europeos en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En efecto, el actual canciller cubano Bruno Rodr¨ªguez fue quien intervino en los primeros d¨ªas de mayo de 2013 en el ¨²ltimo Examen Peri¨®dico Universal (EPU) de su pa¨ªs en Ginebra. Afirm¨® en la ocasi¨®n que "Solamente 20 recomendaciones, que son incompatibles con los principios constitucionales y el ordenamiento jur¨ªdico interno, y cuyo contenido es contrario al esp¨ªritu de cooperaci¨®n y respeto que debe primar en el EPU, no cuentan con el apoyo de Cuba".
Entre las recomendaciones rechazadas tajantemente por Rodr¨ªguez se encontraban las de Alemania, Austria, B¨¦lgica, Eslovenia, Espa?a, Estonia, Francia, Hungr¨ªa, Irlanda, Pa¨ªses Bajos, Polonia, Reino Unido, Rep¨²blica Checa y Ruman¨ªa. Un total de 14 Estados miembros de la UE.
Teniendo en cuenta este antecedente cercano, sin un previo gesto concreto de Cuba en materia de apertura pol¨ªtica no ten¨ªa sentido entonces comenzar a discutir un acuerdo, pues todo lo que se pone en un papel sobre derechos humanos no tendr¨¢ ning¨²n efecto pr¨¢ctico. As¨ª funciona el r¨¦gimen de partido ¨²nico de Ra¨²l Castro.
El Gobierno cubano sostiene que garantiza los derechos y libertades fundamentales. Sin embargo, los condiciona a los fines de la sociedad socialista y de esa manera los anula. En consecuencia, organizaciones independientes de la sociedad civil cubana como la Comisi¨®n Cubana de Derechos Humanos y Reconciliaci¨®n Nacional, las Damas de Blanco, Cubalex, el Centro de Estudios Convivencia, la Uni¨®n Patri¨®tica de Cuba, por citar algunos ejemplos, son definidas como ilegales. El ejercicio que hacen de sus derechos universales a la libertad de asociaci¨®n, reuni¨®n, expresi¨®n y petici¨®n es considerado un delito.
Por tal motivo, resulta ins¨®lito haber incluido en los considerandos iniciales del acuerdo que las partes, los Estados de la UE y Cuba, reafirman "su respeto por los Derechos Humanos como est¨¢ estipulado en la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales relevantes en materia de derechos humanos"; y recuerdan "su compromiso con los reconocidos principios de la democracia, buen gobierno y el Estado de derecho".
Es que Cuba no produjo ninguna reforma de su sistema jur¨ªdico e institucional, el cual expl¨ªcitamente reprime el ejercicio de los derechos humanos y, al mismo tiempo, la represi¨®n ha aumentado en los ¨²ltimos meses. Esto es algo que las embajadas europeas en La Habana podr¨ªan corroborar por s¨ª mismas, ya sea asistiendo un diplom¨¢tico a las marchas dominicales de Las Damas de Blanco y tambi¨¦n tomando contacto con los actores cubanos v¨ªctimas de la represi¨®n.
De esta manera, las negociaciones empezaron mal si es que realmente hubo en alg¨²n momento un genuino inter¨¦s de la UE en que Cuba produzca avances en materia de apertura pol¨ªtica.
Asimismo, teniendo en cuenta el rechazo de Cuba a las recomendaciones de Estados miembros de la UE en Ginebra y los fundamentos esgrimidos por el canciller de Ra¨²l Castro ¡ªel mismo que firm¨® el Acuerdo con la alta representante de la UE,?Federica Mogherini¡ª defendiendo su sistema pol¨ªtico y sosteniendo propagand¨ªsticamente que su Gobierno respeta los derechos humanos, es ilusorio pensar que el di¨¢logo pol¨ªtico producir¨¢ resultados positivos en favor de los derechos humanos en la Isla.
M¨¢s all¨¢ de lo establecido en este acuerdo, lo inadmisible es que varios pa¨ªses europeos en definitiva le hacen extensiva a los activistas democr¨¢ticos cubanos la misma ilegalidad que les impone el r¨¦gimen de Ra¨²l Castro. Ello, adem¨¢s, los convierte en c¨®mplices de la represi¨®n a los derechos humanos.
Gabriel C. Salvia es presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de Am¨¦rica Latina (CADAL). Twitter: @GabrielSalvia
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