Rusia se pone a la defensiva en la ciberguerra
Mientras niega interferencias en otros pa¨ªses, el Kremlin pone en marcha medidas de rotecci¨®n ante posibles ataques
C¨¢llense o demu¨¦strenlo. A este dilema en esencia puede reducirse la respuesta p¨²blica de Rusia a los pol¨ªticos y los jefes de los servicios de inteligencia estadounidenses, que la acusan de interferir desde el ciberespacio a favor de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Barack Obama se sum¨® el viernes al coro acusador y dijo haber planteado el problema de los ataques de hackers a su colega ruso, Vlad¨ªmir Putin, en septiembre durante la cumbre del G20 en China.
Yuri Ushakov, asesor de pol¨ªtica internacional de Putin, confirm¨® que los dos dirigentes trataron el tema. ¡°Por nuestra parte, se dio una respuesta muy precisa que puede ser que no encaje en lo que Obama intentaba explicarnos¡±, se?al¨® Ushakov. Antes, Dmitri Peskov, el secretario de prensa de Putin, afirm¨® que ¡°hay que dejar de hablar de eso o mostrar de una vez las pruebas¡±. ¡°De lo contrario, esto parece ya bastante indecente¡±, agreg¨®.
Siendo Hillary Clinton secretaria de Estado, Putin acus¨® a este departamento de alentar protestas contra su pol¨ªtica. Entre los acontecimientos supuestamente instigados desde el exterior, las autoridades rusas incluyen las grandes manifestaciones contra las irregularidades en los comicios parlamentarios y presidenciales de 2011 y 2012, respectivamente. En opini¨®n de Andr¨¦i Lipski, subdirector del diario cr¨ªtico N¨®vaya Gazeta, ¡°las acusaciones a Rusia de inmiscuirse en las elecciones en EE UU y en las pr¨®ximas en Alemania son el reflejo especular de la argumentaci¨®n, para consumo interno, de los dirigentes rusos, que alegaban la existencia de unas fuerzas exteriores que interfieren en la normalidad de los procesos pol¨ªticos en Rusia¡±.
Encontrar a los hackers en un ciberespacio, incontrolado y poblado de especulaciones no resulta f¨¢cil, afirma Lipski. Seg¨²n el periodista, ¡°la victoria de Trump y las de otros l¨ªderes que ser¨¢n calificados de populistas se basan sobre todo en sentimientos, en mitos y en la comprensi¨®n virtual del mundo por parte del electorado, y no en hechos¡±.
Tras las narrativas sobre perpetradores y ejecutores de ciberataques, que los ciudadanos comunes no pueden verificar, hay problemas de confianza que se remontan a la Guerra Fr¨ªa, ahora con nuevas dimensiones tecnol¨®gicas a?adidas. La experiencia lleva al escepticismo sobre los argumentos esgrimidos por los pol¨ªticos, supuestamente basados en datos de los servicios de inteligencia. Ejemplo de ello son las acusaciones norteamericanas no confirmadas contra Sadam Hussein por el supuesto intento de desarrollar armas de destrucci¨®n masiva en Irak, as¨ª como los se?alamientos rusos a los l¨ªderes ucranianos para tratar de legitimar la ocupaci¨®n de Crimea y la intervenci¨®n en el este de Ucrania.
Rusia se presenta en el ciberespacio con un discurso oficial de car¨¢cter defensivo. Esto ha servido, por ejemplo, para aprobar leyes en las que obliga a las empresas a mantener sus bases de datos en el territorio ruso. Otra ley aprobada este a?o obligar¨¢ a los proveedores de tel¨¦fonos m¨®viles y servicios de Internet a guardar los datos del tr¨¢fico y el contenido de las comunicaciones durante determinados plazos y a ponerlos a disposici¨®n de los servicios de seguridad, si estos lo requieren.
La ley, denominada Yarovaya en referencia a su coautora, la diputada Irina Yarovaya (del partido gubernamental Rusia Unida), ha sido criticada por organizaciones c¨ªvicas, que la consideran contraria a la libertad de expresi¨®n y el derecho a la intimidad, y tambi¨¦n por los proveedores, que deber¨¢n realizar enormes gastos y esfuerzos tecnol¨®gicos para almacenar una enorme cantidad de datos. Entre los cr¨ªticos de la ley est¨¢ Edward Snowden, el norteamericano que divulg¨® los secretos de la Agencia de Seguridad Nacional de EE UU, y que se encuentra exiliado en Mosc¨² desde 2013.
El 5 de diciembre, Putin ratific¨® su nueva doctrina de seguridad informativa. Entre las amenazas fundamentales para la seguridad rusa, el documento cita la ¡°ampliaci¨®n por parte de diversos pa¨ªses extranjeros de las posibilidades de influencia informativa y t¨¦cnica¡± con ¡°fines b¨¦licos¡± y el incremento de las actividades de organizaciones dedicadas al ¡°espionaje t¨¦cnico a los ¨®rganos del Estado ruso y a las empresas del complejo militar industrial¡±.
Industria dependiente
La industria nacional tiene un ¡°alto nivel de dependencia¡± de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n extranjeras, ¡°tanto en la base electr¨®nica como en los programas, t¨¦cnicas de c¨¢lculo y medios de comunicaci¨®n¡±, se?ala el documento, seg¨²n el cual esta circunstancia condiciona la dependencia del desarrollo socio econ¨®mico del pa¨ªs ¡°a los intereses geopol¨ªticos de otros Estados¡±.
Mosc¨² quiere desarrollar un sistema para dirigir el segmento ruso de Internet. Este mes, la Duma Estatal (C¨¢mara baja del Parlamento) ha admitido a tr¨¢mite dos proyectos de ley presentados por el Servicio Federal de Seguridad (FSB) para proteger las denominadas ¡°infraestructuras cr¨ªticas¡±, una lista de instituciones, a¨²n por elaborar, que deben ser defendidas con car¨¢cter prioritario de eventuales ciberataques.
Los proyectos de ley contemplan el castigo con hasta 10 a?os de prisi¨®n a quienes creen o difundan programas de ordenador destinados a atacar estas infraestructuras. El FSB advirti¨® tambi¨¦n este mes sobre la posibilidad de eventuales ataques a grandes bancos rusos con el fin de desestabilizar el sistema financiero. Los ataques, seg¨²n la agencia estatal TASS, ir¨ªan acompa?ados de publicaciones en las redes sociales sobre la crisis del sistema financiero ruso. La situaci¨®n ¡°de riesgo incrementado¡± de los bancos se mantendr¨¢ hasta las fiestas de a?o nuevo, como m¨ªnimo, seg¨²n el Banco Central de Rusia.
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