Cerco al pen¨²ltimo dictador
El gambiano Yahya Jammeh representa un anacr¨®nico desaf¨ªo para ?frica occidental, donde la democracia y la alternancia pol¨ªtica son cada vez m¨¢s la norma
El pasado 9 de diciembre por la noche el presidente que ha gobernado Gambia con mano de hierro durante los ¨²ltimos 22 a?os, Yahya Jammeh, aparec¨ªa en la televisi¨®n p¨²blica de su pa¨ªs para anunciar que daba marcha atr¨¢s y no aceptaba su derrota en las elecciones celebradas una semana antes, sumiendo a su pa¨ªs en la incertidumbre y el miedo. Esa misma noche pero en Ghana, a unos 2.000 kil¨®metros de distancia, el hist¨®rico opositor Nana Akufo-Addo ganaba los comicios y el presidente saliente, John Dramani Mahama, aceptaba el veredicto de las urnas con toda normalidad. Un solo instante. Dos ?fricas.
El continente africano sigue contando entre sus jefes de Estado con algunos de los m¨¢s longevos del mundo, como Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, Jos¨¦ Eduardo Dos Santos en Angola, Robert Mugabe en Zimbabue, que a sus 92 a?os acaba de ser investido candidato a las presidenciales de 2018, Paul Biya en Camer¨²n y Yoweri Museveni en Uganda. La falta de libertades y la perpetuaci¨®n de presidentes en el poder tambi¨¦n amenaza a Chad, Sud¨¢n, Rep¨²blica del Congo, Eritrea, Gab¨®n, Burundi o la RDC, que vive d¨ªas de tensi¨®n por la pretensi¨®n de Joseph Kabila de seguir en el cargo.
Sin embargo, no se puede asociar la imagen de toda ?frica a la de la dictadura. En la regi¨®n occidental del continente, el despertar de movimientos ciudadanos, el crecimiento econ¨®mico y la pol¨ªtica regional de tolerancia cero frente a golpes de estado y aspiraciones autocr¨¢ticas est¨¢n logrando crear un espacio de estabilidad democr¨¢tica en los ¨²ltimos a?os. A finales del pasado siglo, Nigeria, la gran potencia regional, viv¨ªa una sucesi¨®n de gobiernos militares mientras Guinea Bissau era el escenario de recurrentes golpes de estado. Senegal no hab¨ªa conocido la alternancia pol¨ªtica, Guinea, Gambia, Togo, N¨ªger y Burkina Faso estaban en manos de dictadores, Sierra Leona y Liberia se desangraban por la guerra y una cruenta rebeli¨®n se preparaba en Costa de Marfil.
Pero las cosas han ido cambiando. En lo que va de siglo, la decena de golpes de estado que ha conocido ?frica occidental han terminado con una transici¨®n hacia un sistema democr¨¢tico. Presidentes que se han querido eternizar como Abdoulaye Wade en Senegal, Mahamadou Tandja en N¨ªger o Blaise Compaor¨¦ en Burkina Faso han sido expulsados del poder por revueltas populares, elecciones o por su propio Ej¨¦rcito. Nigeria dio un ejemplo al mundo con su alternancia pac¨ªfica en 2015. Y en pa¨ªses en crisis como Mal¨ª, Guinea o Guinea Bissau, la Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental, que agrupa a 15 naciones, ha jugado un papel clave en la restituci¨®n de la legalidad. Seg¨²n el ¨²ltimo informe del observatorio Freedom House, Senegal, Ghana y Ben¨ªn son pa¨ªses con un elevado nivel de derechos civiles, libertades pol¨ªticas y de prensa, mientras Gambia ocupa el ¨²ltimo lugar.
¡°Estamos aqu¨ª para acompa?ar la transici¨®n pol¨ªtica gambiana pero esto no se consigue en un d¨ªa¡±, aseguraba el pasado martes con rostro cansado la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, que hab¨ªa llegado hasta Banyul al frente de una delegaci¨®n de la Cedeao para intentar convencer a Jammeh, sin ¨¦xito, de que reconsiderara su decisi¨®n y cediera el poder a su rival, Adama Barrow. ¡°Yo no hablar¨ªa de fracaso¡±, aseguraba luego el presidente de Senegal, Macky Sall, en una entrevista a France24, ¡°no desespero en absoluto. Estoy convencido de que el di¨¢logo conseguir¨¢ que Jammeh atienda a razones y ceda el poder al presidente electo¡±.
Gambia es un peque?o pa¨ªs de unos dos millones de habitantes, poco importante desde el punto de vista geopol¨ªtico. Salvo por un detalle. Su estabilidad es clave para Senegal. Y Jammeh supo agitar las aguas de la divisi¨®n ¨¦tnica en el pasado con su apoyo a los guerrilleros diola de la Casamance, algo que la mayor parte de senegaleses no le perdonar¨¢ nunca. Su resistencia a aceptar los resultados electorales que primero dio por buenos es un reto para toda la regi¨®n y la Cedeao no descarta incluso una intervenci¨®n militar, aunque como ¨²ltimo recurso.
Jammeh se ha quedado pr¨¢cticamente solo. En el exterior no son s¨®lo sus vecinos reginales quienes le piden que deje el poder, tambi¨¦n la Uni¨®n Africana, la Uni¨®n Europea, Estados Unidos o el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En el interior, las asociaciones de profesores, de abogados, de periodistas y hasta los l¨ªderes religiosos le repiten el mismo mensaje. Sin embargo, se resiste y sigue contando con una baza inestimable, un Ej¨¦rcito construido sobre la base de lealtades personales y ¨¦tnicas. ¡°Hoy por hoy Yahya Jammeh es mi comandante en jefe¡±, aseguraba el martes el general Ousmane Badji, jefe de las Fuerzas Armadas, antes de ser recibido por la delegaci¨®n de la Cedeao. El pulso est¨¢ lejos de haber terminado.
Un exceso de confianza
?C¨®mo es posible que Jammeh perdiera las elecciones? En primer lugar, el deterioro de las condiciones de vida en Gambia cuya expresi¨®n m¨¢s visible es el ¨¦xodo de buena parte de sus j¨®venes hacia Europa en un viaje en el que muchos pierden la vida. En segundo lugar, la superaci¨®n del miedo y la uni¨®n de la oposici¨®n en torno a un candidato, el empresario del sector inmobiliario Adama Barrow.
En tercer lugar, el progresivo aislamiento exterior de un r¨¦gimen que hab¨ªa sacado al pa¨ªs de la Commonwealth y ya hab¨ªa iniciado el proceso para hacer lo propio de la Corte Penal Internacional. Y, finalmente, un exceso de confianza del presidente, tan convencido de su imbatibilidad que permiti¨® que el recuento de votos tuviera lugar en cada colegio electoral en presencia de la oposici¨®n, dificultando as¨ª un hipot¨¦tico pucherazo. Jammeh construy¨® con tanto empe?o un decorado democr¨¢tico que al final este se hizo realidad. Primero acept¨® los resultados y en cuanto se elevaron las primeras voces que amenazaban con hacerle rendir cuentas ante los tribunales, cambi¨® de idea.
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