Europa teme el efecto del terrorismo en la agenda electoral de 2017
Holanda, Francia y Alemania (y quiz¨¢ Italia y Grecia) celebrar¨¢n elecciones en los pr¨®ximos meses, con la extrema derecha al alza en varios pa¨ªses
2016 se apaga con un redoble de tambores. Ocho a?os despu¨¦s del estallido de la Gran Recesi¨®n, la crisis econ¨®mica se transforma a una velocidad endiablada en una crisis pol¨ªtica plagada de incertidumbres. La secuencia de atentados en los ¨²ltimos d¨ªas del a?o ¨Cen apenas unas horas, Turqu¨ªa, Suiza y Alemania recibieron ayer sendos golpes¡ª anticipa un 2017 revirado, con elecciones en Holanda, Francia y Alemania (y puede que en Italia) y el terrorismo peleando por abrirse paso en esa agenda electoral y obligando a Europa a recordar su historia. Las graves crisis econ¨®micas del pasado siglo acabaron provocando que la democracia se volviera contra la democracia. Y las instituciones europeas y los think tanks temen ahora que la escalada de violencia deje huella a corto plazo en los comicios, con la extrema derecha al alza en Holanda, Francia y Alemania, y a largo plazo en las actitudes. ¡°El mayor peligro es una Europa regresiva y no liberal en la que los valores, principios y orientaciones de los ¨²ltimos sesenta a?os salten por los aires ante la creciente polarizaci¨®n de las sociedades y la crisis de seguridad¡±, dec¨ªa hace unos d¨ªas Janis Emmanoulidis, del European Policy Center.
La crisis de seguridad hace a las poblaciones europeas, acostumbradas a vivir en sociedades abiertas, m¨¢s temerosas, m¨¢s reticentes a todo lo que suene a migrantes y refugiados, m¨¢s dispuestas a ceder derechos (como la privacidad en las comunicaciones) en pos de la seguridad. Y suele espolear en las encuestas a partidos extremistas, que suelen ofrecer soluciones f¨¢ciles a problemas complejos: Marine Le Pen o los partidarios del Brexit abogan por recuperar un mayor control de las fronteras, por elevar las dotaciones policiales y militares y por pol¨ªticas menos permisivas con las migraciones.
Tras cerrar 2016 con un crecimiento superior al 1,5% --el mayor desde 2011¡ªy haber mostrado una gran resistencia ante shocks adversos (Brexit, la elecci¨®n de Donald Trump o la crisis pol¨ªtica italiana), Europa se enfrenta a las claras con una nueva sacudida de la crisis de seguridad que ya vivi¨® tras los atentados en Par¨ªs y Bruselas, combinada con la incertidumbre propia de un periodo electoral tan cargado, tan intenso. Los riesgos pol¨ªticos dominan: la Gran Recesi¨®n ha cambiado las preocupaciones econ¨®micas por las relacionadas con asuntos migratorios, de defensa y de seguridad. Holanda ser¨¢ el primer examen, el pr¨®ximo 15 de marzo, y es quiz¨¢ donde mayores probabilidades de ¨¦xito tienen los partidos anti establishment, con el Partido de la Libertad de Geert Wilders muy fuerte en las encuestas. En Francia, Marine Le Pen tiene muchas posibilidades de llegar a la segunda vuelta, aunque los analistas coinciden en que tiene pocas opciones de ser un nuevo Trump. Alemania celebrar¨¢ elecciones entre el 27 de agosto y el 22 de octubre: la canciller Angela Merkel sigue fuerte, pero los dos grandes partidos ¨Cel conservador CDU y el socialdem¨®crata SPD¡ªpodr¨ªan quedarse por debajo del umbral del 50%, con el eur¨®fobo Alternative for Deutschland en torno al 15% en las encuestas; est¨¢ por ver c¨®mo cambia esos n¨²meros la sacudida en el mercado de Navidad de Berl¨ªn. Italia podr¨ªa celebrar tambi¨¦n elecciones, con cada vez m¨¢s partidos esc¨¦pticos con el euro y la alargada sombra de un estancamiento que dura ya dos d¨¦cadas y que ha provocado una crisis bancaria que est¨¢ por resolver. E incluso en Grecia, con el Gobierno y la troika de nuevo a la gre?a, podr¨ªa haber un anticipo electoral.
En medio de ese incierto ecosistema, la agenda de seguridad y defensa se ha abierto camino con claridad en las ¨²ltimas semanas. Puede que m¨¢s: Europa lleva dos a?os intentando contener la amenaza terrorista y ha aprobado varias normativas de control reforzado de pasajeros. Hay un debate sobre la posibilidad de poner el foco sobre las comunicaciones electr¨®nicas para luchar contra el terrorismo. En las calles, los europeos se han acostumbrado a vivir con una presencia creciente de polic¨ªas e incluso militares (muy visibles en Par¨ªs y Bruselas a¨²n meses despu¨¦s de los ataques). La Euroc¨¢mara ha dado el visto bueno a un registro de pasajeros a¨¦reos que en circunstancias normales se hubiera topado con voces muy cr¨ªticas, en aras de una mayor seguridad pese a la p¨¦rdida de privacidad. Adem¨¢s, los pol¨ªticos europeos han respondido al deterioro del entorno de seguridad haciendo de la defensa una prioridad. Por un lado, pesan a¨²n los ¨²ltimos atentados, a los que ahora se a?aden varias r¨¦plicas. Por otro, siguen ah¨ª los l¨ªos en la vecindad Este (Ucrania) y Sur (Siria), en ambos casos con una Rusia cada vez m¨¢s activa. La primera potencia militar de Europa, Reino Unido, est¨¢ de salida. Y la protecci¨®n de Estados Unidos no puede darse por supuesta, con un Donald Trump muy cr¨ªtico con la OTAN y la falta de gasto militar entre los aliados europeos.
Los atentados de ayer vienen a dar tonos a¨²n m¨¢s grises a ese cuadro, aunque el ataque de Niza ¨Cque us¨® la t¨¦cnica que parece haberse replicado en Berl¨ªn¡ª fue el primer recordatorio de que ese fen¨®meno dif¨ªcilmente se puede contener a pesar del alud de medidas policiales.
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