As¨ª viven 460 millones de chinos el peor episodio de contaminaci¨®n del a?o
La nube t¨®xica afecta a casi una sexta parte del territorio y a un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs
Yang Deming y su hijo de siete a?os pasean por la zona com¨²n de un bloque residencial de Pek¨ªn. Ser¨ªa una actividad rutinaria si no fuera porque es la primera vez que el peque?o sale a la calle en cuatro d¨ªas. Durante este periodo de alerta roja, la contaminaci¨®n del aire en la capital china es unas 20 veces superior a lo recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Ambos van equipados con mascarilla para protegerse, pero a pesar de ello las palabras del padre transmiten cierta sensaci¨®n de culpabilidad: "s¨¦ que no es bueno para ¨¦l estar fuera, pero ya no pod¨ªa tenerlo m¨¢s tiempo en casa".
Desde el viernes pasado, el norte del pa¨ªs sufre el peor episodio de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica del a?o. La nube t¨®xica, conocida en ingl¨¦s como smog por la combinaci¨®n de las palabras smoke (humo) y fog (niebla), ha afectado en esta ocasi¨®n a casi una sexta parte de todo el territorio chino, unos 1,4 millones de kil¨®metros cuadrados. En ellos residen 460 millones de personas que intentan capear como pueden tanto el peligro de respirar este aire de p¨¦sima calidad como las limitaciones que supone vivir bajo la alerta roja.
Yang y su familia tienen dos purificadores de aire en su piso. A pesar de que llevan encendidos continuamente desde hace cuatro d¨ªas, la aplicaci¨®n de su tel¨¦fono m¨®vil (que conecta con el aparato) marca que dentro de casa la concentraci¨®n de part¨ªculas PM 2,5, las m¨¢s perjudiciales para la salud, es de unos 90 microgramos por metro c¨²bico, casi cuatro veces m¨¢s de los 25 recomendados por la OMS. No est¨¢ mal teniendo en cuenta que fuera los registros alcanzan casi los 400 microgramos. "Siempre entra algo de aire por las juntas de las ventanas o por debajo de la puerta, y con tanta suciedad fuera es imposible que (el aire) dentro est¨¦ totalmente limpio", admite el padre.
Su hijo no ha ido a la escuela desde el lunes, porque con la alerta roja activada las clases han quedado suspendidas. "Ya hemos visto casi todas sus pel¨ªculas favoritas", bromea. Su empresa le ha concedido una reducci¨®n de jornada durante estos tres d¨ªas de forma excepcional para cuidar del ni?o; su esposa no ha tenido la misma suerte y ha ido a trabajar cada d¨ªa.
En la capital se nota una cierta sensaci¨®n de par¨¢lisis. Con las restricciones al veh¨ªculo privado en marcha, que sacan de las calles casi la mitad de los coches cada d¨ªa de forma alterna, el tr¨¢fico en Pek¨ªn es mucho m¨¢s liviano que de costumbre. No circulan camiones y las obras se han interrumpido, as¨ª como la actividad de m¨¢s de un millar de f¨¢bricas. Sin embargo, a pesar de las medidas preventivas que empezaron el viernes, la calidad del aire de la ciudad ha empeorado de forma sustancial.
El Ministerio de Medio Ambiente ha alertado de que varias empresas han violado las restricciones impuestas por la alerta roja, activada en m¨¢s de 20 urbes, especialmente algunas centrales el¨¦ctricas y plantas qu¨ªmicas de la provincia de Hebei. En algunas ciudades de esta regi¨®n industrial los niveles de contaminaci¨®n doblan los de Pek¨ªn. En su capital, Shijiazhuang, se alcanz¨® el lunes un pico de 1.000 microgramos por metro c¨²bico.
La poca visibilidad por la densa capa de niebla ha obligado a cerrar el tr¨¢fico de varias autopistas y a cancelar centenares de vuelos. "No podr¨ªamos salir de la contaminaci¨®n aunque quisi¨¦ramos. Eres bienvenido a Pek¨ªn, pero si quieres marcharte ni siquiera puedes encontrar la salida", comentaba un usuario en Weibo, el Twitter chino.
A partir del jueves todo volver¨¢ a la normalidad, cuando el deseado frente de viento fr¨ªo se llevar¨¢ esta inmensa nube t¨®xica a otra parte. Entonces Yang y su hijo podr¨¢n pasear tranquilos, sin parapetarse tras las inc¨®modas m¨¢scaras. Al menos hasta los pr¨®ximos d¨ªas de smog.
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