¡°No hay que dejarse intimidar por los terroristas¡±
El mercadillo atacado reabre con refuerzo policial, bloques de cemento de protecci¨®n y sin m¨²sica "por respeto a las v¨ªctimas"
El mercadillo de Navidad ubicado en la c¨¦ntrica Breitscheidplatz de Berl¨ªn permaneci¨® cerrado durante el martes y mi¨¦rcoles a causa del atentado que sacudi¨® la ciudad ¡ªy el pa¨ªs¡ª, cuando un cami¨®n conducido, aparentemente por Anis Amri, un tunecino de 24 a?os, irrumpi¨® en el lugar y mat¨® a 12 personas durante la noche del pasado lunes.?
Pero este jueves, los gestores del mercadillo, en un intento por recuperar la normalidad perdida a causa de la tragedia e impedir que el miedo echara ra¨ªces en la ciudad, decidieron autorizar su reapertura, una medida que congreg¨® en el lugar a varios centenares de personas que acudieron a la plaza para rendir nuevos homenajes a las v¨ªctimas y tambi¨¦n para saciar una rara curiosidad, y a decenas de periodistas.
La vuelta a la normalidad perdida d¨ªas atr¨¢s se inici¨® con un sencillo servicio religioso en la capilla de la Ged?chtniskirche, que no cont¨® con autoridades oficiales y que tuvo como fin recordar y honrar una vez m¨¢s a las v¨ªctimas mortales de la tragedia. El altar estaba adornado con doce velas blancas, una por cada fallecido.
El mi¨¦rcoles, una brigada de trabajadores intentaba limpiar los rastros de la tragedia y recoger los escombros que ¨¦sta dej¨® en el famoso mercadillo. Las casetas destruidas fueron reemplazadas por otras y s¨®lo una peque?a zona segu¨ªa cerrada al p¨²blico por una raz¨®n que explic¨® Frauke Gautlitz, que regenta un tenderete junto con su esposo, Klaus, a una veintena de metros de la zona donde irrumpi¨® el cami¨®n. ¡°El cami¨®n destruy¨® esos locales y varias personas, incluidos los propietarios resultaron heridas. No sabemos lo que ha pasado con ellos¡±, dijo la mujer, que hab¨ªa vuelto a ofrecer el famoso Gl¨¹hwein (vino caliente) a sus clientes. ¡°Hab¨ªa mucha gente en la noche del lunes y el negocio marchaba muy bien. De pronto o¨ª gritos y un ruido extra?o. Cuando mi esposo y yo nos acercamos al lugar quedamos horrorizados. Hab¨ªa mucha gente en el suelo que gem¨ªa¡±.
Frauke Gautiltz y su esposo decidieron abrir su tenderete por una raz¨®n que compart¨ªan el resto de los comerciantes y los curiosos que llegaron al lugar. "Tenemos que recuperar la normalidad perdida. La vida debe continuar y no hay que dejarse intimidar por los terroristas¡±, dijo.
La normalidad que reina en la plaza es aparente. A primera hora de la ma?ana, varias gr¨²as llegaron al lugar para depositar enormes bloques de hormig¨®n que fueron colocados alrededor del mercadillo, una medida destinada a impedir que un nuevo veh¨ªculo vuelva a sembrar la destrucci¨®n y muerte. La plaza tambi¨¦n recibi¨® una presencia extraordinaria de polic¨ªas, que vigilaban el mercadillo armados con fusiles autom¨¢ticos y protegidos con chalecos antibalas.
¡°Los gestores nos han dicho que desean recuperar la normalidad perdida, pero c¨®mo lo vamos a ?hacer si hay bloques de hormig¨®n y polic¨ªas fuertemente armados¡±, se preguntaba Ulrich Peters, un comerciante que vende, desde hace 20 a?os, cer¨¢mica tradicional en este mercadillo. ¡°Yo no fui testigo de la tragedia, pero la mayor¨ªa [de los trabajadores de los puestos navide?os] nos acercamos a la zona para ver que hab¨ªa sucedido. Todos pens¨¢bamos que hab¨ªa sido un tr¨¢gico accidente y que el conductor hab¨ªa perdido el control del cami¨®n. Pero el conductor del cami¨®n hab¨ªa desaparecido¡±, cont¨® el comerciante.
?Fue correcta la decisi¨®n de reabrir el mercadillo? Anna Rosenm¨¹ller, una turista de M¨²nich afirm¨® que no estaba de acuerdo con la medida. ¡°No ha sido una buena idea reabrir el mercadillo. Aqu¨ª tuvo lugar una matanza el lunes y, por respeto a las v¨ªctimas, tendr¨ªa que seguir cerrado¡±, dijo la mujer que lleg¨® acompa?ada de su hijo Albert, de 15 a?os, para depositar un ramo de flores.
¡°La vida contin¨²a y no hay que dejar que la inseguridad y el miedo cambien nuestras costumbres¡±, afirm¨® el propietario de un tenderete que ofrece dulces y bebidas calientes y que no quiso revelar su nombre. ¡°Lo m¨¢s importante es que las autoridades logren capturar al asesino¡± insisti¨®. Aydin Dadarev, que vende art¨ªculos de piel desde hace 10 a?os, admiti¨® que hab¨ªa sido dif¨ªcil reabrir su tenderete, pero resumi¨® su decisi¨®n con una frase: ¡°Ten¨ªamos que hacerlo para mostrarle a los terroristas que no les tenemos miedo¡±, dijo.
Pero el mercadillo ya no volver¨¢ a ser el mismo. Por respeto a la v¨ªctimas, ya no habr¨¢ m¨²sica festiva en el lugar y tampoco luces estridentes como era la costumbre. ¡°Fue dif¨ªcil tomar la decisi¨®n de reabrirlo, pero queremos que el lugar sea un lugar de recogimiento y solidaridad¡±, admiti¨® Michael Roden, gestor del mercadillo en un comunicado que envi¨® a la prensa.
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