M¨¦xico carece de una estrategia de largo plazo en materia de seguridad
M¨¦xico no tiene polic¨ªas confiables ni ha podido regular la actuaci¨®n del Ej¨¦rcito tras diez a?os de lucha contra el narcotr¨¢fico
2017 inicia con un inc¨®gnita en el horizonte. ?Podr¨¢ el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto ver aprobada la ley que regule la actuaci¨®n del Ej¨¦rcito en la lucha contra el narcotr¨¢fico? En uno de sus ¨²ltimos actos p¨²blicos de 2016, el presidente mexicano urgi¨® al Congreso a discutir la Ley de seguridad interior, que ya ha sido reclamada de forma inusual por las c¨²pulas militares. Aunque los legisladores han prometido discutirla en el nuevo periodo de sesiones, la norma corre el riesgo de otras iniciativas que el Estado ha tratado de sacar adelante en esta d¨¦cada de lucha contra el narcotr¨¢fico: el fracaso atribuible a las luchas partidistas.
?Puede ser Calder¨®n el ¨²nico responsable de la epidemia de violencia de M¨¦xico? La guerra de Calder¨®n, como fue bautizada en el sexenio pasado, tuvo el respaldo de varios pol¨ªticos de partidos distintos del mandatario del PAN. El soci¨®logo Luis Astorga, de la UNAM, recuerda en ¡°?Qu¨¦ quer¨ªan que hiciera?¡± (2015) que los gobernadores del izquierdista PRD de Michoac¨¢n, L¨¢zaro C¨¢rdenas Batel; y de Guerrero, Zeferino Torreblanca, aplaudieron la ofensiva del presidente iniciada en diciembre de 2006. ¡°La responsabilidad no es solo del presidente de la Rep¨²blica, ni de uno u otro gobernador, o presidente municipal; la responsabilidad es de todos¡±, dijo Torreblanca ante banqueros a finales de enero de 2007.
El t¨ªtulo del libro de Astorga, un experto en la documentaci¨®n de la violencia reciente en M¨¦xico, hace referencia a una frase que Calder¨®n utiliz¨® en febrero de 2012, hacia el final de su mandato. Entonces su estrategia hab¨ªa fracasado y muchos de los actores pol¨ªticos que lo hab¨ªan apoyado ped¨ªan ante la sangr¨ªa un cambio de rumbo en materia de seguridad. ¡°?Qu¨¦ quer¨ªan que hiciera? ?Que los invitara a pasar [a los criminales]? ?Que los saludara? ?Que les ofreciera un cafecito, o qu¨¦?¡±, reproch¨® el mandatario a sus cr¨ªticos.
La frase del presidente encierra una falacia. No se le criticaba el haberse enfrentado a la delincuencia organizada, sino c¨®mo lo hizo, echando mano del Ej¨¦rcito, de polic¨ªas corruptas y haciendo un uso pol¨ªtico del sistema de justicia. Algunos de sus defensores consideran que era mejor haber emprendido la batalla con las herramientas que se ten¨ªan a la mano que haber hecho nada. ¡°Decir ¡®primero debimos prepararnos¡¯ es decir de forma indirecta que ¡®no debimos actuar¡¯¡±, escribi¨® en 2012 Joaqu¨ªn Villalobos, consultor para la resoluci¨®n de conflictos internacionales.
Calder¨®n tom¨® la decisi¨®n de enviar a Michoac¨¢n, el 11 de diciembre de 2006, a 4.260 soldados, 1.054 marinos, 1.420 polic¨ªas federales y 50 agentes del Ministerio P¨²blico. Una d¨¦cada despu¨¦s sabemos que ese operativo marc¨® el inicio de la estrategia central de su Gobierno. Ese d¨ªa naci¨® la guerra del Estado contra la delincuencia organizada.
El presidente Calder¨®n intervino su estado natal porque este hab¨ªa registrado en 2006 una alta cifra de homicidios dolosos. Sin embargo, el contexto del pa¨ªs era muy diferente. M¨¦xico viv¨ªa el momento m¨¢s pac¨ªfico de su vida moderna. Hasta principios del siglo XXI, la naci¨®n hab¨ªa logrado reducir la tasa media de homicidios de forma constante desde la ¨¦poca de la Revoluci¨®n y de la guerra de los Cristeros. En 2007, M¨¦xico registr¨® 8.867 asesinatos, la cifra m¨¢s baja en d¨¦cadas.
Hoy, la ola de violencia ha engullido m¨¢s de 130.000 vidas si se toman en cuenta los muertos y los desaparecidos. A la espera de los resultados definitivos de 2016, el pa¨ªs seguramente rebasar¨¢ los 20.000 homicidios dolosos anuales por s¨¦ptimo a?o consecutivo. ¡°La tasa anual de asesinatos en el pa¨ªs nuevamente rebasa el umbral de epidemia de violencia definido por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en m¨¢s del doble¡±, consideraba Andreas Schedler, acad¨¦mico del Centro de Investigaci¨®n y Docencia Econ¨®mica (CIDE) en su libro En la niebla de la guerra (2015).
Aunque Pe?a Nieto hered¨® el conflicto, su Gobierno tambi¨¦n ha fracasado en su propuesta para resolver el problema. A cuatro a?os del mandato de la Administraci¨®n del PRI, todo est¨¢ por hacerse. M¨¦xico no tiene polic¨ªas confiables, ni se ha acotado el papel del Ej¨¦rcito, que ha reconocido no estar preparado para llevar a cabo las tareas de seguridad y sobre el que recaen no pocos se?alamientos de violaciones de derechos humanos. Lo que se ha presumido es la detenci¨®n o muerte de 105 de los 122 criminales m¨¢s peligrosos del pa¨ªs.?
En 2007, M¨¦xico registr¨® 8.867 homicidios dolosos. En?2016, el pa¨ªs rebasar¨¢ por s¨¦ptimo a?o consecutivo los 20.000 asesinatos anuales
Los esfuerzos de ambos Gobiernos, del PAN y el PRI, en esta ¨²ltima d¨¦cada demuestran la falta de una visi¨®n de largo plazo en materia de seguridad. M¨¦xico carece de una propuesta transexenal que est¨¦ blindada de las luchas partidistas. El debate sobre el mando ¨²nico puede servir de ejemplo. En 2010, durante el XXVIII Consejo Nacional de Seguridad P¨²blica, el presidente y los 32 gobernadores del pa¨ªs se comprometieron a adoptar un nuevo modelo que eliminar¨ªa miles de polic¨ªas municipales para crear una sola polic¨ªa por Estado. El sexenio de Calder¨®n termin¨® sin que los gobiernos locales cumplieran su palabra. Pe?a Nieto hizo suya la propuesta a ra¨ªz de los hechos de Ayotzinapa. El Senado enterr¨® la iniciativa presidencial en junio de este a?o. Los legisladores decidieron en su lugar invertir en mejores salarios y capacitaci¨®n para las polic¨ªas municipales, algo que se ha prometido desde 2009.
Pe?a Nieto encara la responsabilidad de liderar una nueva estrategia. Pero como dijo el gobernador Torreblanca, de Guerrero, hace ya diez a?os. La responsabilidad es de todos los pol¨ªticos de todos los partidos.
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