El ¡®Brexit¡¯ y el superciclo electoral amenazan con ralentizar la UE
Bruselas conf¨ªa en contener los extremismos, pero las instituciones europeas corren riesgo de par¨¢lisis al dedicar un esfuerzo excesivo a la negociaci¨®n con Londres
Angela Merkel defini¨® 2016 como un a?o ¡°turbulento¡±. 2017, que tiene pinta de serlo tambi¨¦n, arranca con el dedo pegado al bot¨®n de pausa: el Brexit y el superciclo electoral ¡ªHolanda, Francia, Alemania, quiz¨¢ Italia¡ª amenazan con ralentizar la UE e imponer el modo ¡°ir tirando¡± en Bruselas. Ninguna de las crisis de los ¨²ltimos tiempos ha conseguido vencer la resistencia de la Uni¨®n, pero Europa tampoco logra dejar atr¨¢s un solo problema. Bruselas conf¨ªa en mantener ese fr¨¢gil equilibrio (nada se rompe; nada termina de mejorar) con dos desaf¨ªos clave: la contenci¨®n de los extremismos y la nueva fisonom¨ªa que emerge del Brexit, con el peligro de concentrar demasiados esfuerzos en bloquear riesgos de desintegraci¨®n nunca vistos en 60 a?os.
Tratar de contar Europa es como describir los colores de un camale¨®n; cambian en funci¨®n del entorno, de las crisis que se suceden. Una encuesta de YouGov apunta que los votantes se aferran a valores como el respeto a la autoridad; un estudio de Harvard asegura que en Europa hay una suerte de contrarrevoluci¨®n cultural, con un relativo abandono de los ¡°valores progresistas¡±. Esas dos pinceladas subrayan que la crisis econ¨®mica deja paso a problemas de otra enjundia. La recuperaci¨®n es mediocre y est¨¢ plagada de minas ¡ªGrecia, Italia¡ª, pero la crisis migratoria es end¨¦mica, los atentados han encendido las alarmas en seguridad, y los l¨ªos en la vecindad sur (Siria) y este (Rusia) se a?aden a un entorno tumultuoso, marcado por la irrupci¨®n de Donald Trump. La crisis, en fin, tiene ya hechuras eminentemente pol¨ªticas: ¡°El mundo ha entrado en una recesi¨®n geopol¨ªtica¡±, resume Ian Bremmer, del think tank Eurasia Group, y la versi¨®n europea es una suerte de crisis existencial, con media docena de problemas entrelazados como las cerezas de un cesto.
Pese a las amenazas, el riesgo de par¨¢lisis obedece a una doble causa. Las instituciones se ven obligadas a prepararse a conciencia para la salida de Reino Unido, que exprimir¨¢ buena parte de las energ¨ªas. Muchos de los esfuerzos se centran ya en el Brexit antes incluso de empezar una negociaci¨®n que se adivina larga e intensa: el resultado marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en la UE. El calendario electoral impone tambi¨¦n prudencia en todas las agendas hasta que se conozcan los inquilinos del El¨ªseo y la canciller¨ªa. Con Berl¨ªn y Par¨ªs al ralent¨ª, no hay consenso para grandes avances en el 60? aniversario del Tratado de Roma, salvo quiz¨¢ en la pol¨ªtica de defensa y seguridad, la nueva ni?a bonita de Bruselas.
A la fuerza ahorcan: el nuevo rol de EE UU en la OTAN, el papel de Vlad¨ªmir Putin y la amenaza terrorista ¡°obligan a Europa a dar un paso adelante en pol¨ªtica exterior, pese al riesgo de que resurjan las diferencias en asuntos como las sanciones a Rusia¡±, explica Philippe Legrain, exasesor de la Comisi¨®n Europea.
Holanda celebra elecciones en marzo con media docena de partidos dispuestos a barrarle el paso al xen¨®fobo Geert Wilders. La noche del 7 al 8 de mayo estar¨¢ a¨²n m¨¢s claro si se avecina o no una Europa de Donald Trumps: Marine Le Pen puede pasar a la segunda vuelta, pero las casas de an¨¢lisis ¡ªen entredicho tras los gruesos errores de 2016¡ª le dan escasas probabilidades de ¨¦xito en las presidenciales. Y Merkel se examina en septiembre: las encuestas le dan la victoria, pero con menos brillo que anta?o si los extremistas de AfD confirman su pujanza. Los alemanes valoran la estabilidad que entra?a la canciller, pero el nuevo paisaje pol¨ªtico puede debilitar sus posiciones. A Merkel le ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil hacer concesiones a Turqu¨ªa para dar solidez al acuerdo migratorio; le ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil buscar salidas cre¨ªbles para Grecia, a las puertas de reabrir su eterna crisis; le ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil mantener un discurso duro en relaci¨®n al Brexit, por la presi¨®n de la industria exportadora. ¡°Todas esas dificultades se trasladar¨¢n al plano europeo¡±, asume Jakob Kirkegaard, del Peterson Institute.
La crisis ha sido durante estos a?os m¨¢s astuta e inventiva que los pol¨ªticos y economistas que corren tras ella. ¡°La situaci¨®n es seria: cada vez es m¨¢s dif¨ªcil sacrificar los intereses nacionales, y hemos visto varias demostraciones de euroescepticismo, desde referendos en los que nadie defiende a Europa hasta la negativa en el Este a acoger refugiados. La narrativa de los Kaczynski, de los Orb¨¢n [los fuertes liderazgos de Polonia y Hungr¨ªa] es cada vez m¨¢s agresiva, y el resto de pa¨ªses empiezan a mostrar cierta fatiga con esas actitudes. Ese m¨¦todo pol¨ªtico es devastador¡±, avisa una alta fuente europea en un tono inusualmente tremendista.
La Comisi¨®n, sin embargo, es m¨¢s optimista: ¡°2017 no ser¨¢ el a?o del Brexit: ser¨¢ el a?o de los primeros compases de la negociaci¨®n, los l¨ªos no llegar¨¢n hasta 2018. Y tanto en Francia como en Holanda y Alemania no parece que vayan a gobernar los populistas: si el panorama pol¨ªtico se aclara, se convertir¨¢ en un viento de cola a favor de Europa, despu¨¦s de dos a?os muy dif¨ªciles¡±, apuntan fuentes comunitarias. ¡°El debate ya no es izquierda-derecha: es populistas-moderados. Y no conviene que Bruselas sea discreta: la discreci¨®n no funcion¨® en el refer¨¦ndum brit¨¢nico, por ejemplo¡±, apuntan las mismas fuentes.
Pesimismo entre los expertos
Los claroscuros de las instituciones desaparecen cuando se llama a la puerta de los expertos, escamados tras casi una d¨¦cada de crisis que quiz¨¢ haya alentado el glamour intelectual del pesimismo. ¡°La paradoja es que el panorama econ¨®mico se aclara a la misma velocidad que aparece un panorama pol¨ªtico terror¨ªfico. Europa no puede confiar en Turqu¨ªa, una alianza Trump-Putin ser¨ªa temible, hay riesgos de escalada proteccionista. Con el Brexit y las elecciones a la vista, no puede esperarse de Bruselas otra cosa que hiperprudencia¡±, se?ala el siempre l¨²cido Charles Wyplosz, del Graduate Institute. ¡°El Brexit ser¨¢ duro y los riesgos est¨¢n ah¨ª¡±, a?ade Daniel Gros, del CEPS de Bruselas, ¡°pero quiz¨¢ eso acabe uniendo a Europa. Se ha visto ya con Reino Unido; puede que ahora lo veamos en defensa y seguridad¡±.
Desde m¨¢s lejos cunde el p¨¢nico: Desmond Lachman, del neocon American Enterprise Institute, alerta de que Europa ¡°se enfrenta a unos EE UU m¨¢s ego¨ªstas, con una Merkel en declive y con la reedici¨®n de la crisis del euro, que se desplaza de la periferia (Grecia) a un pa¨ªs sist¨¦mico como Italia¡±. Los anglosajones llevan d¨¦cadas anunciando cat¨¢strofes: a izquierda ¡ªPaul Krugman, Joe Stiglitz¡ª y derecha alertan del riesgo de ruptura. Europa empieza a crujir con el Brexit, pero el apocalipsis no llega. Mario Draghi compar¨® una vez la eurozona con un abejorro: un misterio de la naturaleza, porque no deber¨ªa volar. Y, sin embargo, lo hace.
Dudas sobre Europa en Par¨ªs, en Roma... y en Berl¨ªn
Marine Le Pen planea un refer¨¦ndum sobre el euro si llega al poder en Francia. Y el Movimiento 5 Estrellas en Italia. El malestar se extiende hacia el Norte: los ultras holandeses juegan con la misma idea y hasta Alemania tiene ya un partido euroesc¨¦ptico, AfD, aunque ha virado hacia posiciones antiinmigraci¨®n. Ese discurso empieza a hacer mella: el partido de Angela Merkel ha coqueteado con revertir la pol¨ªtica migratoria de puertas abiertas de la canciller para fijar un cupo de 200.000 entradas al a?o, seg¨²n el Frankfurter Allgemeine. Esa propuesta se rechaz¨® finalmente, pero algo se mueve en Berl¨ªn. El establishment germano se ha opuesto con fiereza a las medidas del BCE, y el Gobierno lleva meses cargando contra Bruselas por la aplicaci¨®n laxa de las reglas fiscales. Las voces cr¨ªticas aparecen tambi¨¦n en la izquierda: ¡°La cuesti¨®n es ya si esta Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria se puede salvar, y hay buenas razones para pensar que no¡±, asegura a este diario el soci¨®logo Wolfgang Streek, del Instituto Max Planck. Incluso en los cap¨ªtulos de consenso, como la seguridad, Francia, Alemania y el resto de socios ¡°tienen intereses divergentes, como ha podido verse en Siria, y antes en Libia e Irak¡±. ¡°No veo c¨®mo puede haber m¨¢s cooperaci¨®n; las fracturas en Europa son cada vez m¨¢s evidentes¡±, dice.
El ex economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, cree que 2017 y 2018 ser¨¢n a?os complicados: en una entrevista en Clar¨ªn se muestra muy pesimista con Europa. B¨¢sicamente, porque a la eurozona le falla el relato pol¨ªtico. ¡°Deber¨ªamos ser realistas: no hay voluntad pol¨ªtica de tener una Europa m¨¢s integrada, o una uni¨®n fiscal de verdad¡±, afirma.
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