Un olor a dignidad
Como en 'Los Perros de la Noche', cuando cae la oscuridad es cuando se deja ver mejor la valent¨ªa mexicana
De prosa incre¨ªble, parece algo excepcional, casi ¨²nico, al menos para aquellos que no somos cr¨ªticos literarios ni que alardeamos de conocer autores y g¨¦neros de aqu¨ª y de all¨¢. Los perros de la noche es una novela que narra uno de los cap¨ªtulos m¨¢s dolorosos para M¨¦xico. Es una historia de dos vecinos, que en realidad son enemigos y fingen amistad para poder convivir. Al menos as¨ª lo escriben los autores en la mitad de sus trecientas p¨¢ginas.
Es sin duda una novela policiaca, esa novela negra que tanto atrae, pero tiene las dosis necesarias del g¨¦nero de realidades paralelas y realismo m¨¢gico. Adem¨¢s, cuenta con una n¨ªtida investigaci¨®n hist¨®rica y geogr¨¢fica. Se desarrolla en los llanos de Coahuila. All¨ª, una legi¨®n de h¨¦roes, no m¨¢s de 400, dan sorbos de victoria a una historia que se sabe c¨®mo va a terminar. M¨¦xico, entre 1846 y 1848. perdi¨® a manos de Estados Unidos cerca de la mitad de su territorio.
Un ¡°huracanado¡± Joaqu¨ªn Baluarte, hijo ¡°ficticio¡± del Cura Hidalgo, lidera la legi¨®n de los Perros Negros, quienes ante la retirada del muchas veces derrotado general Santa Anna, en la batalla de La Angostura, asumen la defensa del norte de M¨¦xico. Al final se sabe c¨®mo terminar¨¢ la historia, los gringos invadir¨¢n Ciudad de M¨¦xico y se anexar¨¢n California, Nuevo M¨¦xico y oficializar¨¢n la anexi¨®n de Texas. Sin embargo, a medida que pasan las p¨¢ginas, hay destellos de esperanza, historias de grandes batallas, de sacrificios, de esa realidad paralela que a veces nos gustar¨ªa que fuera aquella que estuviera en los libros de historia. H¨¦roes que seguramente existieron pero que la historia de los victoriosos se dedica a mancillar y desaparecer. La legi¨®n de los Perros Negros, el Batall¨®n de Santuario y la estrella de Uriel, toda una historia fascinante.
Mientras le¨ªa el libro, ve¨ªa en las noticias c¨®mo el nuevo flamante presidente estadounindese, Donald Trump, amenaz¨® a Ford para que desistiera de la idea de construir una planta de ensamblaje de veh¨ªculos en M¨¦xico; cinco d¨ªas despu¨¦s, hizo lo mismo con Toyora como lo hab¨ªa hecho con GM. Miles de empleos que se preve¨ªan en M¨¦xico se esfumaron. Las ideas proteccionistas del nuevo presidente comenzaban a impactar a su vecino del sur. Incluso, en la nueva realidad norteamericana hay quienes proponen que sean los presos los que construyan el muro que prometi¨® Trump en campa?a, es decir, regresar a la ¨¦poca de la esclavitud.
Alguna vez Carlos Marx escribi¨® que a veces la historia pareciera que se repitiera dos veces, la primera se vive como tragedia y la segunda como comedia. Todo parece indicar que se comienza a vivir la ¡°segunda vez¡±. Trump ha dicho que construir¨¢ un muro que separe a ambas naciones, adem¨¢s que los veh¨ªculos que se ensamblen en M¨¦xico y que se vendan en Estados Unidos deber¨¢n pagar un impuesto de 35% y que el muro lo pagar¨¢n los mexicanos, ¡°as¨ª sea con impuestos¡±. Todo esto se le viene encima a M¨¦xico en un momento de crisis econ¨®mica y protesta social, con una inflaci¨®n en alza, precios del petr¨®leo bajos y un Gobierno en entredicho.
170 a?os despu¨¦s de la batalla de La Angostura, tal vez el momento en que Santa Anna estuvo m¨¢s cerca de vencer a los gringos, nuevamente M¨¦xico parece asediado por su vecino del norte. Ser¨¢n cuatro o posiblemente ocho a?os bastante complicados. La nueva Administraci¨®n norteamericana parece una caja de sorpresas, es totalmente impredecible, pero de todo lo que prometi¨® algo tendr¨¢ que cumplir. Es hora que los mexicanos miren a sus vecinos del sur, pues en el norte habr¨¢ hostilidad.
Pero como en 'Los perros de la noche', cuando cae la oscuridad es cuando se deja ver mejor la dignidad y la valent¨ªa mexicana: No s¨¦ por qu¨¦, pero cada vez que voy a M¨¦xico se respira un aire que huele a dignidad. No s¨¦ si sea dignidad, pues en mi pa¨ªs, Colombia casi nunca la he respirado, pero tiendo a creer que es dignidad. Tal vez, tambi¨¦n llegue el momento de izar el ¡°Pend¨®n de los Doce Campanarios¡±.
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