¡°Aquello se volvi¨® una estampida, la gente luchaba por escapar¡±
El tiroteo en una discoteca en Playa del Carmen que dej¨® cinco muertos y quince lesionados amenaza la econom¨ªa de la joya tur¨ªstica de M¨¦xico
Luisana bailaba con sus amigas en el Blue Parrot, una de las discotecas m¨¢s famosas de Playa del Carmen, cuando escuch¨® detonaciones. Lo primero que hizo fue dirigir la vista hacia el cielo porque pens¨® que se trataba de fuegos artificiales, parte del espect¨¢culo. Al no ver la estela de colores y percatarse de que la gente empez¨® a correr y a gritar: ¡°hay balazos¡±, intent¨® resguardarse debajo de una mesa. ¡°Sent¨ª golpes en la cara, en la cabeza y me levant¨¦ para buscar una salida¡±, cuenta la joven colombiana. Se quit¨® los zapatos para correr m¨¢s r¨¢pido y sigui¨® a una de sus amigas hasta la puerta. Inmediatamente tomaron un taxi y se resguardaron en el hotel.
Las colombianas eran parte de los asistentes al festival internacional de m¨²sica electr¨®nica BPM, donde la madrugada del lunes se suscit¨® un tiroteo que dej¨® cinco muertos y quince heridos. Durante el evento celebrado en la antigua discoteca apostada en la orilla de la playa del famoso balneario, un hombre ingres¨® al lugar y sac¨® un arma. Los guardias de seguridad intentaron detenerlo, pero durante el forcejeo, el agresor accion¨® la pistola. La fiscal¨ªa del Estado ha dicho que entre las causas del tiroteo se investiga una disputa entre narcomenudistas o un posible intento de extorsi¨®n. Entre los fallecidos hay un italiano, un canadiense, un estadounidense y dos mexicanos originarios de Veracruz.
Xavier Aldana, un turista espa?ol que visita por primera vez M¨¦xico, es uno de los heridos que termin¨® en el hospital por los golpes causados durante la estampida. Recuerda que estaba cerca de la puerta de la discoteca cuando vio a dos hombres con playeras blancas apuntar sus pistolas hacia un miembro del staff que estaba a un lado de ¨¦l. ¡°Al principio pens¨¦ que era un juego, que eran petardos porque en estos eventos siempre hay alg¨²n espect¨¢culo, pero cuando vi que la persona que estaba a mi lado cay¨® y que todo mundo entr¨® en p¨¢nico, empece a correr¡±, dice a EL PA?S desde la cama del hospital en donde se encuentra convaleciente.
Al intentar salir, se cay¨® tres veces. Desde el piso vio c¨®mo la gente que buscaba saltar el cerco del lugar para huir hacia la playa se jaloneaba. La adrenalina lo puso nuevamente en pie y lleg¨® a la calle, donde se comunic¨® con sus amigos a trav¨¦s de un grupo de WhatsApp y luego tom¨® un taxi al sitio donde se hospedaba. Agotado por la trifulca se fue a dormir, pero despu¨¦s de dos, tres horas comenz¨® a sentir un dolor en la rodilla y le pidi¨® a un amigo que lo llevara al hospital. ¡°Yo trabajo en el mundo de la noche en Ibiza y he ido a muchos festivales en otros pa¨ªses y nunca ha pasado nada as¨ª¡±, asegura el joven de 30 a?os con la r¨®tula derecha fracturada.
Xavier dice que algunas personas cercanas a la organizaci¨®n del evento le contaron que en M¨¦xico ten¨ªan problemas ante los constantes intentos de extorsi¨®n. ¡°Me han dicho que esta gente quiere cobrar extorsiones m¨¢s elevadas¡±, menciona. Para ¨¦l, ese pudo ser el motivo del tiroteo. ¡±S¨¦ que estamos en un pa¨ªs controlado por los c¨¢rteles y eso s¨ª que es un peligro¡±, afirma. Este mi¨¦rcoles se va de M¨¦xico y pese a lo ocurrido asegura que planea regresar. Al a?o, unos 10 millones de personas visitan el Caribe mexicano y dejan una derrama econ¨®mica de 8.600 millones de d¨®lares que representa el 35% del total de divisas que ingresan al pa¨ªs por concepto de turismo.
¡°Aqu¨ª se vende droga¡±
Un d¨ªa despu¨¦s del tiroteo, en la entrada del Blue Parrot hay un par de polic¨ªas con chalecos antibalas que vigilan la entrada del lugar acordonado con cintas amarillas. Debajo de un letrero que dice ¡°clausurado¡± hay velas blancas, ofrendas florales y mensajes en cartulinas que piden ¡°no m¨¢s violencia¡±. Los curiosos se asoman a trav¨¦s de las rejas del lugar y toman fotos del desorden. En el interior hay zapatos regados, charcos de agua y sillas desacomodadas. En las mesas hay jarras de cerveza, botellas de distintas etiquetas y copas con licor.
¡ªAh¨ª estaba yo cuando empezaron los balazos, pero me di la vuelta por ac¨¢ ¡ªse?ala un joven regordete con gorra negra y short holgado. El oriundo del Estado de M¨¦xico estaba la noche del domingo en el Blue Parrot con otros amigos. Es fan de la m¨²sica electr¨®nica y desde hace cinco a?os asiste religiosamente al festival celebrado en el coraz¨®n del caribe mexicano.
Mar¨ªa, una vendedora de collares en la zona de playa, dice que en todos los antros de ah¨ª se vende droga. ¡°Los polic¨ªas saben qui¨¦n la vende y no hacen nada porque se llevan su mochada¡±, afirma en un tono irreverente. ¡°Tarde o temprano esto iba pasar¡±, sentencia la ind¨ªgena de origen maya.
Volga de Pina, turista mexicana, pide no criminalizar los festivales de m¨²sica electr¨®nica. Es la tercera vez que viaja a Playa del Carmen para asistir a estos eventos. ¡°No todos los que vamos a esos festivales vamos a drogarnos. Es verdad que circula droga, pero muchos vamos porque nos gusta esa m¨²sica", expone. La abogada, que caminaba cerca del Blue Parrot cuando se desat¨® el tiroteo, cuestiona las medidas de seguridad en el antro. ¡°Yo ya fui a esa discoteca el primer a?o que vine y es impresionante la cantidad de gente que dejan pasar. No te puedes mover porque est¨¢ muy lleno¡±, menciona.
La noche del lunes en la calle 12 no hab¨ªa m¨²sica. Algunos bares aleda?os al Blue Parrot estuvieron cerrados y los que s¨ª decidieron abrir sus puertas estaban vac¨ªos. Una joven mesera dijo que cualquier otro d¨ªa, a esa misma hora, el bar donde ella trabaja est¨¢ lleno de turistas. ¡°Seguro que nadie quiere venir por lo que pas¨®¡±, concluye recargada en la barra. A unos metros de ah¨ª, sobre la famosa quinta avenida -un corredor tur¨ªsticos con restaurantes y tiendas de marcas exclusivas- la m¨²sica no dejaba de sonar mientras los turistas alzaban sus copas.
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