Beno?t Hamon, el l¨ªder que exige impuestos a los robots

Tambi¨¦n esta vez, todo indicaba que Hamon se quedar¨ªa en la oposici¨®n. Los sondeos coincid¨ªan en que ser¨ªa el tercer hombre en la carrera, tras Valls y el exministro Arnaud Montebourg, tambi¨¦n del ala izquierdista del partido. La historia de los tres ha seguido una ruta pol¨ªtica coincidente durante muchos a?os. Han sido aliados clave. Unas veces, el jefe era Valls. Otras, Montebourg. Hamon, nunca. Hasta el domingo.

Exministro de Econom¨ªa Social y de Educaci¨®n entre 2012 y 2014, Hamon ha conseguido este triunfo inicial con un discurso duro, anticapitalista, lindante con el de los dirigentes antisistema. Pedagogo de ¡°la tensi¨®n entre el pueblo y las ¨¦lites¡± o de la confusi¨®n entre lobbies y Gobiernos, abomina del culto sagrado al crecimiento sin fin.

¡°El crecimiento del PIB es una convenci¨®n, pero la riqueza no refleja el bienestar, el nivel de desarrollo, las desigualdades¡­ La carrera permanente por el consumo nos lleva a la cat¨¢strofe. El crecimiento permanente es un mito. Por ¨¦l sacrificamos nuestros derechos sociales y nuestros recursos naturales¡±.

El ¡°ecosocialista¡± o ¡°socialecologista¡±, como se autodefine, tiene poco que ver con su antiguo aliado, Valls, que se autocalifica de ¡°socialreformista¡±. La medida estrella que ahora propugna Hamon consiste en establecer un salario social universal de al menos 600 euros para los mayores de 25 a?os. ¡°?De d¨®nde va a salir ese dinero?¡±, le han espetado sus rivales en las primarias. ¡°Del mismo lugar que han salido los 40.000 millones que este Gobierno ha dado a las empresas¡±, respondi¨®.

Pero tiene otras opciones m¨¢s imaginativas. Por ejemplo, quiere gravar con impuestos a los robots. ¡°Si una m¨¢quina remplaza a un hombre y crea riqueza, no hay motivo alguno para que esa riqueza no sea gravada con impuestos¡±.

Proteccionista, intervencionista y muy cr¨ªtico con la pol¨ªtica europea, Hamon ha hecho declaraciones a favor de la nacionalizaci¨®n de bancos, abomina la austeridad, es partidario de poner freno al libre cambio, quiere dar visados a los refugiados sin apenas controles, plantea legalizar la marihuana o la eutanasia y vot¨® no en 2005 en el refer¨¦ndum sobre la malograda Constituci¨®n Europea.

¡°Necesitamos una Europa que defienda m¨¢s a los ciudadanos. Hay que reforzar las fronteras exteriores de la UE, no las nacionales. El d¨¦ficit vale poco frente al riesgo de Marine Le Pen¡±

Hijo de un ingeniero y una secretaria, Hamon se educ¨® en un colegio cat¨®lico en Finisterre y nunca ha renunciado a sus principios religiosos pese a estar siempre en el ala radical de la izquierda. ¡°La religi¨®n es una riqueza¡±, suele repetir.

Encuadrado en 1992 en el disidente movimiento juvenil socialista pilotado por un tal Manuel Valls, Hamon empez¨® a codearse con la nomenclatura del PS. Dio un paso clave al integrarse en el gabinete de Martine Aubry, entonces ministra de Trabajo y cabeza visible del movimiento rebelde contra Fran?ois Hollande en esta legislatura. Aubry se ha cinvertido hoy en un apoyo clave de Hamon para la segunda vuelta de las primarias el d¨ªa 29. Los dos se han movido estos a?os en la misma onda.

Portavoz del partido con Aubry como jefa del mismo en 2008, eurodiputado, concejal, consejero en la regi¨®n de Par¨ªs¡­, Hamon dio un paso clave en su carrera cuando Hollande lo meti¨® en el Gobierno como ministro de Econom¨ªa Social.

All¨ª coincidi¨® en el mismo gabinete con sus aliados de siempre: Valls y Montebourg. Y los tres tardaron poco en conspirar. Su primera v¨ªctima fue el entonces primer ministro, Jean-Marc Ayrault. Culminaron su asalto en marzo de 2014 en coordinaci¨®n con Hollande. Valls ascendi¨® a primer ministro. Montebourg se hizo con la cartera de Econom¨ªa y Hamon, con la de Educaci¨®n.

Pero las alianzas en pol¨ªtica duran poco. Cinco meses despu¨¦s, Hollande y Valls apartaron del Ejecutivo a Hamon y Montebourg, cr¨ªticos con ¡°la deriva liberal¡± del presidente y del jefe del Gobierno.

Desde entonces, las espadas han seguido en alto y estos d¨ªas asistimos a la batalla decisiva.?