El Chapo, ante el juez de los datos encriptados
James Orenstein, que llevar¨¢ el proceso del capo mexicano, acapar¨® los focos el a?o pasado por negar al Departamento de Justicia el acceso al m¨®vil de un acusado por narcotr¨¢fico
James Orenstein est¨¢ acostumbrado a los grandes casos. Se trata del juez asignado para llevar en Brooklyn (Nueva York) el proceso contra Joaqu¨ªn El Chapo?Guzm¨¢n. El primer encuentro con el capo de la droga el pasado viernes no le llev¨® m¨¢s de 10 minutos. ¡°?Sabe por que est¨¢ aqu¨ª?¡±, le pregunt¨®. ¡°S¨ª, se?or¡±, respondi¨® en espa?ol el narcotraficante antes de declararse ¡°no culpable¡± de los 17 cargos que pesan sobre ¨¦l por liderar el C¨¢rtel de Sinaloa, una de las mayores organizaciones criminales del mundo.
Orenstein es uno de los 17 magistrados que componen la corte penal del Distrito Este de Nueva York. El juez, de 54 a?os, estudi¨® en la escuela internacional de las Naciones Unidas. Complet¨® su formaci¨®n en Harvard y la Universidad de Nueva York. Como fiscal, particip¨® en los equipos que llevaron la causa penal por el atentado de 1995 en Oklahoma, en el que un coche bomba puesto por terroristas de ultraderecha mat¨® a 168 personas, y el juicio contra John Cotti, jefe de la familia Gambino.
El juez se col¨® hace un a?o en los titulares de la prensa al negar al Departamento de Justicia el acceso a los datos encriptados de un iPhone que pertenec¨ªa a un acusado por narcotr¨¢fico. La fiscal¨ªa quer¨ªa una puerta trasera para poder dotarse de pruebas con las que apoyar su causa. El magistrado consider¨® que las autoridades se exced¨ªan en su poder y puso en duda su constitucionalidad.
Orenstein pertenece al grupo conocido como magistrados de la revuelta. Es un movimiento en los niveles inferiores del sistema judicial federal que desde hace a?os alerta del creciente n¨²mero de ¨®rdenes para recopilar datos electr¨®nicos. Su opini¨®n en el caso del iPhone supuso una importante victoria legal para Apple, en su f¨¦rrea defensa de la privacidad de sus usuarios de sus dispositivos.
La batalla legal tuvo lugar en medio de un encendido debate p¨²blico por una solicitud similar del FBI para acceder al tel¨¦fono m¨®vil del autor del atentado de San Bernardino. La opini¨®n de Orenstein fue la primera en cuestionar la autoridad del Gobierno a la hora de exigir a las firmas tecnol¨®gicas un dise?o de sus productos que permita vigilar a los usuarios en nombre de la seguridad.
Pr¨®xima vista
Orenstein ha supervisado una amplia variedad de casos. Es preciso y punzante al cuestionar la interpretaci¨®n de los principios de la ley. Asumi¨® el cargo de magistrado en 2004 y ejerce como profesor adjunto en las escuelas de derecho de las universidades de Nueva York, donde dirige un seminario especializado en investigaciones federales de gran complejidad, as¨ª como en Fordham y Brooklyn. Tambi¨¦n imparti¨® cursos sobre la pena de muerte y sobre responsabilidad profesional en causas criminales.
El tribunal de Brooklyn no es elegido por casualidad para llevar ahora el proceso penal contra El Chapo. Es, seguramente, la corte que cuenta con m¨¢s recursos en EE UU para hacer frente a este tipo de causas. La segunda vista con el narco mexicano est¨¢ prevista para el viernes de la pr¨®xima semana. El acusado cuenta, b¨¢sicamente, con un plazo de dos semanas para empezar a montar su defensa. Pero este plazo suele prolongarse y m¨¢s trat¨¢ndose de en un caso de tal complejidad. El fiscal Robert Capers adelanta que participar¨¢n al menos 40 testigos.
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