Bruselas ofrece 200 millones para que Libia frene a los migrantes
La UE dar¨¢ entrenamiento y equipos a los guardacostas y financiar¨¢ retornos voluntarios
Libia acoge aproximadamente a un mill¨®n de migrantes y la inmensa mayor¨ªa tienen intenci¨®n de viajar a Europa, seg¨²n estimaciones de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones. Tras el acuerdo firmado en 2016 con Turqu¨ªa, que redujo casi a cero las llegadas por Grecia, la Uni¨®n Europea ensaya ahora medidas que frenen la salida de barcazas desde las costas libias, el principal foco de desplazamientos irregulares al continente. Bruselas pone sobre la mesa al menos 200 millones de euros adicionales este a?o para ampliar el entrenamiento europeo a los guardacostas libios, proporcionarles medios de vigilancia y financiar retornos voluntarios de migrantes que deseen volver a sus pa¨ªses de origen.
La Comisi¨®n Europea lleva meses argumentando que la peculiar situaci¨®n pol¨ªtica en Libia, un pa¨ªs sin Estado con el que dialogar, impide forjar acuerdos. Pero la brutalidad de las cifras obliga a hacer un esfuerzo. El a?o pasado se detectaron en esa ruta hacia Europa casi 200.000 personas, con un r¨¦cord de 4.500 muertes en el mar. Para mitigar la p¨¦rdida de vidas -y principalmente para evitar que partan hacia Europa-, el Ejecutivo comunitario ha presentado este mi¨¦rcoles un conjunto de medidas que estudiar¨¢n los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre que celebrar¨¢n la pr¨®xima semana en Malta.
¡°No hay soluci¨®n m¨¢gica ni inmediata, pero hay cosas que podemos hacer y que pueden ser ¨²tiles¡±, ha admitido la alta representante para la Pol¨ªtica Exterior Europea, Federica Mogherini. Para aplicar estas iniciativas, Bruselas se aliar¨¢ con el llamado Gobierno de acuerdo nacional en Libia (reconocido internacionalmente, pero muy poco representativo) y tambi¨¦n con autoridades locales. El fomento de retornos voluntarios, que la UE ya financia, se har¨¢ en colaboraci¨®n con las dos agencias de la ONU expertas en la materia: la de refugiados (Acnur) y la de migraciones (OIM).
Europa constata que, cuando los barcos ya han salido de las costas libias, las diferentes misiones navales comunitarias no pueden hacer otra cosa que rescatar a las v¨ªctimas, adem¨¢s de intentar interceptar a los traficantes. Por eso las autoridades europeas quieren implicar a los guardacostas libios en la tarea. Y emplear toda la inteligencia que puede recabarse en el terreno (tanto la UE como la OTAN tienen desplegado personal en distintos puntos del norte de ?frica) para perseguir a las mafias. El ¨¦xito depender¨¢, en ¨²ltima instancia, de la receptividad que muestren los guardacostas libios, a los que tambi¨¦n se les ofrecer¨¢n recursos para patrullar, al igual que hizo Espa?a con los pa¨ªses vecinos cuando quiso atajar la crisis de llegadas en 2006.
Medidas para primavera
Lo mismo ocurre con la voluntad europea de mejorar los controles en la frontera sur de Libia (es decir, para evitar que migrantes de toda ?frica se desplacen hasta all¨ª con el fin de cruzar a Europa). Se trata de puntos de muy dif¨ªcil supervisi¨®n, sin un Estado que pueda -o quiera- impedir los movimientos.
Pese al escepticismo de algunos expertos, Bruselas ha decidido impulsar ahora este plan ante la insistencia de Malta, que ejerce este semestre la presidencia rotatoria de la UE y que est¨¢ decidida a mostrar iniciativa. Malta es, al igual que Italia, vecino cercano de Libia, pero las rutas irregulares no han llegado hasta ahora a la isla, sino que se han centrado en Italia, el pa¨ªs que hizo sonar las alarmas en el club comunitario por la crisis migratoria que comenz¨® en 2015. Se espera que los l¨ªderes aprueben un calendario concreto para esta misma primavera en su reuni¨®n del 3 de febrero.
Los 200 millones de euros previstos palidecen al lado de los 6.000 comprometidos para el acuerdo con Turqu¨ªa. Tanto Mogherini como el comisario europeo de Migraci¨®n, Dimitris Avramopoulos, rechazan cualquier comparaci¨®n con el acuerdo de Ankara, que tiene como interlocutor al Gobierno turco. El dinero destinado a Libia deber¨ªa, pese a todo, crecer con las aportaciones de los Estados miembros, aunque los responsables comunitarios evitan exigir cifras concretas. El documento presentado este mi¨¦rcoles habla de cantidades ¡°que igualen¡± la aportaci¨®n comunitaria.
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