Un muro para frenar una migraci¨®n mexicana en m¨ªnimos hist¨®ricos

Donald Trump ha dado el primer paso en la construcci¨®n del muro fronterizo con M¨¦xico, la medida m¨¢s estramb¨®tica dentro de su pol¨ªtica de hierro contra la migraci¨®n. El magnate ha conquistado la Casa Blanca espoleando un discurso xen¨®fobo, colocando al vecino del sur como el enemigo imaginario que amenaza la paz social y econ¨®mica estadounidense. Durante la campa?a repiti¨® sin pudor que los inmigrantes mexicanos ¨Ctodos, sin especificar¨C eran narcotraficantes, criminales y violadores. Construir una barrera f¨ªsica, sobre la que este mi¨¦rcoles ha lanzado su primer decreto, ser¨ªa la soluci¨®n providencial. La cuesti¨®n migratoria est¨¢ sin embargo lejos de considerarse una alerta en EE UU. Los datos vuelven una vez m¨¢s a negar la realidad paralela dibujada en los discursos de Trump.

Los flujos de mexicanos al vecino del norte registran la tasa mas baja en 15 a?os, seg¨²n un estudio de Pew Research Center. El saldo migratorio marc¨® en 2014 una cifra negativa r¨¦cord: 140.000 salidas m¨¢s que entradas. Las deportaciones de migrantes indocumentados ¨Cmexicanos en su gran mayor¨ªa¨C cayeron por segundo a?o consecutivo. La cifra total de expulsiones en 2015 fue la m¨¢s baja desde 2007, seg¨²n las estad¨ªsticas del oficiales de Washington. Como consecuencia, la poblaci¨®n hispana ¨Ctambi¨¦n liderada por M¨¦xico¨C sigue siendo la minor¨ªa m¨¢s grande del pa¨ªs, pero cada vez crece a un ritmo m¨¢s lento. De acuerdo a los datos del Censo estadounidense, la tasa de crecimiento de la comunidad de americanos de origen asi¨¢tico super¨® el a?o pasado a la de los latinos. Adem¨¢s, China ha desbancado ya a M¨¦xico como pa¨ªs emisor de nuevos migrantes desde 2013.

El saldo migratorio marc¨® en 2014 una cifra negativa r¨¦cord: 140.000 salidas m¨¢s que entradas

El sue?o dorado ha perdido brillo para los migrantes mexicanos durante la ¨²ltima d¨¦cada. La par¨¢lisis de la locomotora estadounidense tras el batacazo financiero de 2008 y el endurecimiento casi simult¨¢neo del control policial en la frontera han ido frenando los anhelos de una vida m¨¢s pr¨®spera al otro lado de la frontera. En el caso de los pa¨ªses centroamericanos ¨CHonduras, Salvador o Guatemala¨C los flujos, menores que los mexicanos, han repuntado ligeramente durante los ¨²ltimos a?os. En 2016 la polic¨ªa fronteriza detuvo a 400.000 migrantes centroamericanos, un 20% m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n datos del centro de estudios migratorios Colegio de la Frontera Norte.

La pir¨¢mide mexicana ya se hab¨ªa invertido en el lustro anterior ¨Cde 2005 a 2010¨C pero el aceler¨®n de los ¨²ltimos cinco a?os ha sido de un 600%, seg¨²n el trabajo Pew Research, un centro demosc¨®pico con sede en Washington, que procede de cruzar los datos de la Encuesta Nacional Demogr¨¢fica mexicana y el censo estadounidense.

Un mill¨®n de mexicanos abandonaron EE UU en el periodo 2009-2014, mientras que la cifra de entrada fue de 860.000, menos de una tercera parte del volumen registrado hace 15 a?os, cuando se alcanz¨® el techo de los tres millones. El estudio subraya que m¨¢s del 60% de los mexicanos que han retornado a su pa¨ªs lo hicieron por motivos de reunificaci¨®n familiar. Apenas el 15% adujo la deportaci¨®n como la raz¨®n de su vuelta.

La disminuci¨®n del flujo migratorio ha alimentado a su vez una bajada en las deportaciones. El Gobierno de Barack Obama expuls¨® en 2015 a 333.341 inmigrantes indocumentados ¨Cmexicanos, tres de cada cuatro¨C, seg¨²n el Departamento de Seguridad Interior. Se trata de casi un 25% menos que hace dos a?os.

Pese a la ambiciosa reforma migratoria lanzada por Obama en 2014 ¨Cque buscaba dar permiso temporal de residencia y trabajo a casi la mitad de los indocumentados que residen en el pa¨ªs y que a d¨ªa de hoy sigue paralizada a¨²n por el Tribunal Supremo-, la pol¨ªtica migratoria del ya expresidente ha tenido su reverso en los altos n¨²meros de deportaciones. Obama ha sido el mandatario que m¨¢s inmigrantes ha expulsado. Desde su llegada a la Casa Blanca en 2009 han sido deportados alrededor de 2,7 millones de personas. Con Bush hijo, fueron unos dos millones.